Derek. Nada estaba saliendo de acuerdo con el maldito plan. Solo debía llevarla a casa, y, sin embargo, aquí estaba después de obligarla a comer observándola con los ojos anhelantes, era como si mi cuerpo reaccionara antes que mi mente. “Si ella quiere jodidos dulces, se los daré” Entonces sí, aquí estaba, comiendo gominolas asquerosamente dulces después de comportarme como un humano en lugar de un imbécil y a cambio había obtenido una Gisel sonriente y tranquila. Intente hacerme entrar en razón a mi mismo. “Joven, es Joven, como unos 20 años menor que tú…” Mi mente dejo de funcionar en cuanto sus labios soltaron un pequeño gemido de placer debido a los chocolates, cerro los ojos y su pecho vibro por un milisegundo como si el sabor le diera un pequeño orgasmo, mi polla pago el

