Gisel. De vuelta al hotel, Derek y yo continuamos riendo durante el camino, la tensión se había esfumado, éramos dos personas normales teniendo una conversación completamente normal. Me acompaño hasta la puerta de mi habitación y no pude evitar mirarlo un poco mas de tiempo, sus ojos brillantes su media sonrisa con la que seguro a seducido a mas de una mujer, sus brazos fuertes cruzados en su pecho, esta firme como un tronco parado frente a mí y no estoy lista para dejarlo ir, no aún. -¿Te gustaría entrar? Sus ojos se agrandan y un pensamiento oscuro le pasa por la mente, lo sé porque su cuerpo tiembla por un segundo antes de tomar el control de nuevo. -No creo que sea una buena idea, de verdad yo no soy buena compañía. ¿Por qué siento que siempre ese intento de alejarme es más pa

