Capitulo 10

2060 Palabras
Había un hombre, como de mi edad mas o menos y estaba sin camisa, tan pronto como salió, fue a mirar hacia la esquina donde estaba mi coche, luego de hacer no se que cosa se devolvió a la casa y se entro. Salí del árbol y tan rápido como puse salí corriendo hacia mi auto.  Me metí dentro y tranquilice mi respiración. ¿Esa era la sorpresa?,¿Un chico?. Me mas da no. Después de todo es su vida, y ya han pasado dos año desde que terminamos, y no prácticamente bien. Era obvio que Amy estaría con novio, si es muy linda y mas ahora que creció de todos lados. Yo también hice mi vida, posiblemente mas rápido que ella, pero de todas formas es lo justo ¿No?. No claro que no es justo, yo... Ella es mía, me pertenece, solo a mi, por muy tonto que suene, no me imagino a otro hombre tocándola y haciéndola feliz. Solo me imagino a mi haciendo todo eso. Pero es obvio ya que la conoce de sobra. Solo dejo de pensar tanto y doy la vuelta al coche para irme a casa. Me he demorado ya mucho y mi padre ya debe estar en casa. Conduzco por otra hora mas, hasta que llego a mi destino. Aprieto el botón automático y este comienza abrirse solo.  Ya una vez en la casa busco a mi familia, la sala. –¿Hijo?– mi padre se levanto en cuanto me vio, camino a mu y me dio un cálido abrazo.– ¿Que haces  aquí?, me da gusto tenerte de vuelta. Ya sabes, hacia falta un hombre mientras yo no estuviera. –He regresado por los estudios, mañana comienzo mi ultimo año de prepa. Y porque quería conocer a Banu pero me tope con una sorpresa.–me encongo de hombros. –Señores la cena esta lista– una de las sirvientas nos aviso, los tres nos levantamos y enseguida fuimos al comedor. –¿Ya has recorrido la casa?. –La verdad es que no he tenido tiempo, creo que mañana lo haré. –Te encantara, y aun mas el gimnasio. –¿Tienen gimnasio?¿ Desde cuando les gusta hacer ejercicios?. –Ahí no exageres hijo.– me regaño mi madre, yo rodee los ojos. Ella un cree que tengo diecisietes. –No exagero madre. Las niñas llegaron segundos después y se sentaron, el transcurso de la cena fue platica general, hablamos de todo en pocas palabras, hasta tocamos en tema de Hailee, ya que mi padre no se había enterado de nada. Pero solo fue eso y desde allí no salió mas en la conversación. Subí a mi habitación después de un largo y agotador día, por sorpresa mi ropa ya estaba ordenada, y quiero decir que me molesto bastante que hicieran eso. Porque primero que todo no me gusta que se metan a mi habitación sin mi autorización, aunque no es mi habitación pero de todos modos me estoy hospedando ahí. (Saque mi remera y mis zapatos, cambie mi pantalón por uno de algodón) Segundo no me gusta que estén metidos en mi ropa, aun que puedo decir que esta muy bien ordenada por colores, aun que no sea mucha. Tercero y ultimo, al menos pregunten si quiero que ordenen mi ropa, ósea ya eso es algo prudente. Me mire al espejo por ultima vez, ya había cepillado mis dientes y todo así que salí del baño listo para dormir, pero la puerta sonó. –Hijo, hace unas horas cuando saliste a lo de Amy, mande a una de las empleadas a ordenar tu ropa, ¿Lo hicieron?. –Si, sobre eso– me dio una rápida mirada–Madre sabes que la privacidad es muy importante para mi, ojalá no se vuelva a repetir, no quiero a nadie adentro, sin mi permiso. –Se los haré saber mañana mismo, no te preocupes cariño. Buenas noches, descansa.– se largo a su habitación, cerré la puerta y me fui a dormir. A la mañana siguiente... Ya estaba listo para la prepa, iba con mis perchas normales. Una jeans n***o nevado, que tenia unas costuras en los muslos y eran bombachos. De arriba llevaba una remera blanca y una blusa acuadrille roja abierta y por ultimo una Vans casi del mismo tono que la blusa, esta vez use aceite para el cabello, por que últimamente ha estado porfiado y suele despeinarme y la verdad es que no me gusta estar pasándome la mano para peinarlo cada diez segundos. De lo que estaba claro es que iba bien perfumado, casi gasto en frasco del perfume.  Hay que dar una primera buena impresión ¿No?. Mi madre me presto la hermosa Jeep Wrangler. Pero para mi mala suerte, pajarito nuevo desde hoy tengo que pasar a dejar y a buscar a Anna al colegio. –¿Te sientes nerviosos por el primer día de clases?– le di una mirada a Anna, quien miraba por la ventana mientras iba escuchando música baja desde sus auriculares. –La verdad es que no, porque todos mis amigos están allí, entonces ya se que estaré con ellos en vez de estar solos por los pasillos a ver si alguien se me acerque a hablarme. –Ya veo– carcajeo– y dudo que alguien no quiera acercarse a hablarte, por lo guapo y perfumado que vas, de seguro se te acercaran varias chicas. – reí por su comentario halagador. –A ver que estamos en las mismas por lo que veo, tu vas igual de guapa y perfumada que yo, recuerda que solo eres mía y de papa, así que nada de chicos hasta el momento. –Acabas de decir que hasta el momento, eso quiere decir que mas adelante puedo. –Exacto– estacione fuera de su gran escuela, y la mire– a partir de los treinta, muy buena edad para buscar algún hombre serio. –¿¡Que!? –Me golpeo bruscamente con su mochila, hasta casi quedo sin aire en el estomago.– no seas exagerado, ¿Como sabré yo después las consecuencias del amor?, también quiero tener un amor juvenil y sentir que todo esta bien, hasta que no lo este y termine con el corazón roto. –No pasaras por eso, no lo permitiré. No permitiré que ni un hombre te haga daño. –Eres tan tonto– se bajo del coche y me miro– vamos debes bajarte. –Tengo que irme a la escuela, no estoy para dejarte en la entrada, ¿No te crees grandecita?, pues vete sola entonces. –No tontito, debes entrar conmigo a la presentación de bienvenida. Lo hacen el primer día de clases. –¿Que?, claro que no iré, vete. –¡NO!, ¡Bajas ahora mismo y me acompañas! –abrí mis ojos de la sorpresa, no sabia que tenia eso en común con Banu, mandonas y caprichosas. –Ya esta bien.– rodee los ojos y ella me sonrío inocentemente, salimos del auto y caminamos hacia la escuela, al igual que ambos habían muchos niños y sus padres, todos entrando al salón de la escuela. Después de cinco minutos, eternos minutos mirando mi reloj para no llegar tarde, el director de la escuela se presencio en el escenario, cantaron el himno de la escuela, dio una palabras y seguía platicando. –Anna, debo irme llevo casi media hora de atraso, ¿Sabes como castigan en la prepa?. Ya luego te tendré que recoger treinta minutos tarde. –No hermanito, ya acabara y luego podrás irte.– rodee los ojos– no rodees los ojos – bufe. Permanecí otros diez minutos escuchando blah, blah. Y pude salir con Anna del salón, le di un beso en la frente. –Adiós y pórtate bien. –No soy una niña pequeña, se como comportarme. –Si, si. Adiós. –Hey, tenemos que tomarnos una foto para mama y papa del primer día de clases. –¡Ahh!, no jodas Anna– comencé a caminar hacia la salida, pero Anna tomo mi brazo y como yo era mas fuerte la arrastre conmigo, (no arrastrar por el suelo). –¡CALEB! –me grito con el mismo tono mandón que el de hace un rato. Deje de caminar y la mire. –Anna por favor. –¡LA FOTO! –¡Maldición!– me voltee a buscar a alguien quien pueda sacarnos una foto. –Yo les saco una foto chicos, me parecen tan adorables verlos pelear así.– Se me acerco una mujer algo robusta de caderas, pechos y trasero. Operada claro, vestía algo extravagante a mi gusto a decir verdad. –Si no es mucha la molestia– le pase mi celular y saco un par de fotos– gracias.– le sonreí cuando me paso el celular pero esta no lo soltaba, en cambio toco mi mano de adrede y lo soltó.  –De nada– me sonrió. –Ok– voltee a ver a Anna–adiós mandona, cuídate. Paso por ti a la salida– me volteé a  caminar– te quiero. –Yo también te quiero hermanito. Salí al estacionamiento y me acerque a mi auto, sentía que alguien venia tras mío, decidí por mirar por el rabillo del ojo y la mujer de hace unos segundos atrás venia a unos cuantos pasos mas atrás. No quería platicas ahora así que practicante corrí hacia el auto y me fui a la prepa rápidamente. Cuando llegue salí corriendo hacia dirección por mis horarios. –Caleb, años sin verte por aquí. ¿Primer día atrasado?. –Si, tuve que pasar a dejar a mi hermana a su escuela y me ha obligado a entrar a la presentación de bienvenida. –Sabes los castigos de atraso aquí ¿no? Haz llegado cerca de cuarenta minutos atrasado. Por lo tanto te ira cuarenta minutos tarde. –Si tan solo le hubiese venido y ya.... Pero usted no sabe como son mis hermanas, todo lo que quieren lo consiguen como sea, hasta con ese grito mandón que suelen usar las madres. – la secretaria soltó una risa. –Este es tu horario y las llaves de tu casillero aquí están– me entrego ambas cosas, di las gracias y salí hacia los casilleros. Acomode algunos cuadernos y solo deje el que le tocaba ahora. Corrí hacia el salón de Biología. Solo espero que no esta la misma profesoras que me tenia mala, pero allí estaba ella, mirándome tras la puerta, con odio puro. –Jovencito– alzo su ceja– primer día de clases y ¿Ya comenzó con lo mismo?. –Tuve unos pequeños problemas. –Adelante– rodó los ojos y abrió mas la puerta, entre al salón y enseguida las miradas llegaron a mi. Ya conocía a la mitad de los que estaban aquí, y me sonreían en forma de saludo. De alguna forma me sentí como en los viejos tiempos, con las miradas de las chicas. Me senté en el penúltimo puesto, uno de los tres que estaban inhabilitados, me toco al lado de una chica pero no quise prestar atención a lo que tenia a mi lado, la clase fue silenciosa y de hecho hasta un poco aburrida pero es normal de la profesora Cecilia Evans hacer sus clases aburridas y eternas. Cuando sentí el timbre del recreo me levante rápidamente con mis cosas para ir en busca de los chicos, pero una mano grande me atrapo en brazo. Me voltee a ver. –¿A donde ibas tan rápido?. –¡Man! no te había visto ajaja entre algo despistado. Tanto tiempo sin verte, ¿Como estas?.– nos abrazamos. –Bien aquí, supongo ¿Y tu?. –Bien gracias, ¿Los chicos?. –Están en las canchas, quedamos en que nos veríamos. –Vamos. Comenzamos a caminar hacia las familiares canchas de futbol, y mi celular sonó con un mensaje. Era Jacob avisando que estarían en las canchas. Ibamos hablando de la vida y las chicas con las que se habían liado estos años. Cuando llegamos a las canchas los chicos se acercaron a nosotros y me saludaron con un abrazo. –¿Entraras al equipo de nuevo?. –Si, ¿Quien de ustedes es el mariscal?.– todos se me quedaron mirando en silencio, con sus caras de pocos amigos– ya entiendo ninguno de ustedes. –Es Derek Collins, llego el año pasado y es muy bueno en el campo, pero dudo que sea mas bueno que tu. –Ya lo veremos. –Hoy día a las dos son los partidos. –Tengo clases de literatura, pero supongo que será mas aburrida que mi abuela así que me quedare con ustedes– los chicos soltaron una risa. –Ok vamos, el entrenador llego. Caminamos hacia el nuevo entrenador y nos anotamos, cuando estaba por anotar mi nombre, alguien me empujó haciéndome a un lado. Con los chicos volteamos a mirar a la persona que hizo eso. Un chico, alto y rubio, de unos penetrantes ojos celestes me miro. Le di una sonrisa fulminante y volví a voltear a escribir mi nombre en el cuadernillo. –¡Hey!, yo iba a anotar mi nombre.– le entregué el lápiz al entrenador después de escribir, me voltee a mirar al chico. –¡Ups!, yo estaba primero. –pase por su lado dandole un brusco choque de hombros, los chicos venían atrás mío. –Eso estuvo bien bro. –Supongo que ese imbécil es Derek. –Si. Salimos de la cancha y caminamos al casino, una chica se me adelanto a entrar pero no vi su cara solo su cabello. Me quede quieto en donde mismo, ese olor, ese cabello. –¿Amy?– los chicos se voltearon a verme al igual que la chica.
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