Capítulo 2

3163 Palabras
Rebecca y Seung terminaron de desayunar, salieron del hotel y Seung alquiló una lancha que los llevó de paseo por la costa y los dejó en Cannes donde pasaron el día en una amena excursión durante la cual conversaron sobre sus trabajos y cosas triviales (hasta ahora ninguno de los dos había mencionado su pasado), regresaron en taxi ya tarde en la noche. Estando sola en su habitación Rebecca pensaba “Seung es todo un caballero, me trata como si fuera de porcelana, me encanta eso, es tan diferente a Gianluca quien al cuarto día de conocerlo ya quería colarse en mi habitación, tal vez por eso me pidió matrimonio, se cansó de luchar conmigo para entrar a mi cuarto, Seung ni siquiera ha intentado besarme, tal vez es algo cultural, lo buscaré en Google cuando despierte…” Y se durmió. *** Varios años atrás, cuando Seung terminó su posgrado pensó en su padre, pero también le vinieron a la mente imágenes que había intentado olvidar y que al parecer estaban talladas en su mente y en su espíritu. Mientras estaba en la preparatoria cada período de vacaciones iba a casa de sus padres, pero su abuelo tomaba ese espacio como un campo de entrenamiento y era muy rígido en sus enseñanzas. Durante mucho tiempo vio a su abuelo acabar con los pequeños negocios que intentaban competir con él, los degradaba y arruinaba hasta que le cedían todo, así se fue apoderando de los mercados. Si alguien pretendía iniciar algo por su cuenta, él debía aprobarlo y si no representaba ningún interés para él, podían continuar, de lo contrario los aplastaba como moscas. Siempre le decía “Choi Seung aquí aprenderás más, no es necesario que regreses a esa escuela a menos que estés preparándote para superarme, en ese caso, lo permito gustoso, sólo Choi Jun o tú pueden ser más exitosos que yo”. Cuando terminó la preparatoria trató de disuadirlo de ir a la Universidad, en ese entonces le dijo que era necesario que aprendiera nuevas estrategias de negocio y así podría llevar su empresa fuera de las fronteras coreanas, los ojos de su abuelo brillaron, tal vez imaginó un gran imperio y solo así desistió de su idea de que no fuera a la Universidad. Cuando entró a la Universidad de Oxford tomó cursos adicionales con la idea de no tener tiempo libre y evitar volver a la casa de sus padres, ya que había decidido que no trabajaría en la empresa familiar. Cuando su abuelo enfermó, su padre se hizo cargo bajo las estrictas instrucciones del abuelo, quien desde su lecho agonizante exigía reportes diarios para asegurarse de que todo marchaba como si él estuviera presente, eso le iba informando su madre con quien sí tenía comunicación frecuentemente. Finalmente su abuelo falleció y él no asistió al funeral, lo que ofendió mucho a su padre quien continuó al frente de la empresa. Pero con el tiempo Corea del Sur adoptó tecnologías y estrategias occidentales que hicieron a su padre retroceder un poco en sus métodos de eliminar a los posibles competidores. Seung definitivamente no sería como su padre y mucho menos emularía la forma de ser de su abuelo, no podría bajo ningún concepto seguir ese legado. Por eso decidió comenzar a invertir en pequeñas empresas, tenía dinero ahorrado de su asignación mensual porque no era gastador, además, del abuelo sí aceptó su herencia, era su único nieto y haría un mejor uso de ese dinero ayudando a esas empresas en su desarrollo, recuperando la inversión y continuando el flujo de ingresos porque estos emprendimientos serían muy exitosos y él siempre conservaba un porcentaje de las acciones. Así fue como decidió establecerse en Londres y no ir a trabajar con su padre quien, una vez más, terminó ofendido y decepcionado. Las primeras inversiones las hizo con su buen compañero y mejor amigo Noah Cooper, un australiano m*****o de una de las familias más adineradas de Australia, de la misma edad de Seung, con quien congenió desde su primer día en la preparatoria y que continuó el mismo recorrido estudiantil hasta terminar el Posgrado. Cuando le expuso su idea de invertir y desarrollar pequeñas empresas, se entusiasmó de inmediato, juntos elaboraron la propuesta, el plan de negocios y se dispusieron a buscar proyectos en los cuales pudieran intervenir con éxito. Muy pronto estaban evaluando proyectos, entrevistando emprendedores y decidiendo dónde invertir. Llegaron muchas propuestas de Londres e incluso de otros países. Noah estuvo con él hasta el proyecto número siete, luego tuvo que regresar a Australia para dirigir la cadena hotelera de su madre. Continuaron trabajando juntos, pero ahora mantenían la sociedad a distancia gracias a la comunicación virtual, aunque algunas veces tomaban tiempo para verse personalmente en algún lugar. Debería llamarlo y ponerlo al tanto de los últimos acontecimientos en su vida, siempre confiaron el uno en el otro, siempre se oyeron y se aconsejaron, este sería un buen momento para una conversación entre ellos. *** Corría el año 2014 y Gianluca Altobella estaba en el aeropuerto coqueteando con la despachadora de la línea aérea cuando recibió una llamada telefónica, así que le hizo una seña a la chica, se retiró del mostrador y atendió: –Hola querida ¿Estás cerca? –No podré ir. –¿Cómo? ¿Por qué? –Mi esposo regresó antes, me sorprendió, yo esperaba salir mientras él no estuviera en la ciudad, pero está aquí y me es imposible ir. ¿Lo dejamos para otra ocasión? Él siempre viaja, seguro pronto se irá de nuevo. –Bueno –dijo Gianluca- te llamaré o me llamas, no sé. Gianluca se quedó absorto un momento, pero ya tenía el pase de abordar en la mano, había reservado en un discreto hotel de Verona, realmente le interesaban los vinos de la región para su nuevo restaurante en Manhattan, no desperdiciaría la oportunidad de visitar su país de origen y tal vez pasaría a saludar a sus abuelos, así que se dirigió a la puerta de embarque diciendo: “Italia, ¡aquí voy!”… Luego de casi nueve horas de vuelo, tomó un taxi y fue directamente a casa de sus abuelos en Roma. Luego de su sorpresiva llegada saludaron, conversaron, celebraron su visita, comieron y él cayó rendido en el cuarto de invitados. A la mañana siguiente habló con su abuelo de sus planes de ir a Verona, éste lo llevó a la Estación del Tren y desde allí emprendió el viaje de tres horas a su destino, le gustaba el tren porque le permitiría pensar, leer e investigar sobre los viñedos que debía visitar en Verona, le interesaba un tipo de vino en particular y esperaba obtener un buen trato de distribución. En su primera noche en Verona, Gianluca conoció a una exótica mujer asiática con quien compartió mesa para cenar ya que también estaba sola y pasaron el rato conversando animadamente de su pasión: la cocina italiana y los vinos. Pensó que era muy hermosa, pero sentía en su helada mirada que quería ver a través de él, por eso no intentó nada más que tener una amena y agradable cena, se despidió con la mayor cortesía y se marchó a su habitación, quería establecer la ruta que tomaría al día siguiente para iniciar su visita a los viñedos. Gianluca se levantó, bajó a desayunar y con la Guía de Viñedos en mano salió a alquilar un auto para iniciar su recorrido, ese día tuvo dos visitas muy exitosas, conoció de primera mano los procesos de elaboración y pudo probar los exquisitos vinos que producían, todo iba bastante bien; se ducharía e iría a cenar porque estaba realmente hambriento en ese momento. Al llegar a la entrada del restaurante coincidió nuevamente con la exótica hermosura de la noche anterior, pero esta vez estaba acompañada de una espectacular morena que puso en alerta todos sus sentidos. Más tarde en su habitación ni siquiera recordaba qué nombre le había dicho, sólo sabía que tenía que volver a verla. Era espontánea, divertida, en ningún momento se sintió bajo escrutinio como la noche anterior, de hecho, ella casi no había intervenido en la conversación, se mantuvo seria y distante, lo cual fue mejor porque le dio oportunidad de dedicarle más atención a la hermosa morena de grandes ojos… Oh, por favor, no recordaba su nombre. Cuando al día siguiente Gianluca fue a desayunar, las vio y se acercó para invitarlas al viñedo que visitaría ese día, pero Hana-Ji respondió enseguida: Lo sentimos, pero Rebecca y yo ya hicimos planes para hoy. (“Rebecca, Rebecca, no se me olvidará de nuevo”) pensó e inmediatamente expresó que lo lamentaba y que esperaba que disfrutaran sus planes. Rebecca le preguntó a Hana-Ji: –¿Me dirás cuales planes hicimos para hoy? –Claro, vamos, son muchos. Ese italiano se cree un súper conquistador –comentó Hana-Ji. –¿Por qué lo dices, intentó algo contigo? –Otra pregunta de Rebecca. –No lo dejé y ya no me parece tan fabuloso, ahora que lo vi bien, es algo tosco. –A mí me agrada –dijo Rebecca. –Camina, a ti te agrada todo el mundo –replicó Hana-Ji. Esa noche no lo vieron porque cenaron fuera del hotel, Gianluca tampoco estaba, ya que en la última visita de ese día el Sommelier de la bodega resultó ser una muy atractiva chica a quien invitó a cenar y luego compartieron algo más que el postre, así que regresó al hotel ya bien entrada la mañana. Luego de cambiarse, Gianluca caminó por los alrededores y las encontró en una pequeña tienda, las saludó y se ofreció a acompañarlas a lo que Rebecca (adelantándose a Hana-Ji quien ya iba a responder) dijo que aceptaban con gusto en compensación al rechazo del día anterior. A medida que pasaban los días la atracción entre Rebecca y Gianluca se hacía más evidente al punto que en una visita que hicieron a la Casa de Julieta, repentinamente Gianluca sacó un pequeño estuche de su bolsillo, se apoyó en su rodilla derecha y le pidió matrimonio a Rebecca, Hana-Ji quedó congelada, Rebecca lloró y Gianluca gritó desde el balcón que se casaría con la mujer más hermosa del mundo, los visitantes de ese momento aplaudieron y gritaron vítores, mientras Rebecca y Gianluca sellaban su compromiso con un beso, Hana-Ji cerró los puños con fuerza y se dibujó un rictus amargo en su boca. De regreso al hotel y estando a solas Rebecca y Hana-Ji esta le dijo que estaba loca, que era una inconsciente y otra gran cantidad de improperios, pero al ver que Rebecca no desistía guardó silencio y en ese mismo momento decidió que su viaje a Verona-Italia había llegado a su fin. Volvería a su oficina, al menos allí los días eran más satisfactorios. *** Cuando Rebecca quedó sola en su habitación se sentía abrumada, feliz por la propuesta de Gianluca y triste por la reacción de Hana-Ji, comenzó a llorar por tantas emociones encontradas. Necesitaba desahogarse, revisó la hora y calculó el horario en Nueva York, primero envió un mensaje para verificar si su gran amiga Ann estaba ocupada. Ann es una maravillosa chica que conoció en la secundaria, es su mejor amiga y la persona en quien más confía en el mundo, de hecho, de haber tenido oportunidad la hubiera llamado antes de responderle a Gianluca, pero ya había aceptado, se sentía bien por eso y quería contárselo de inmediato, también le comentaría sobre Hana-Ji porque la hirió y entristeció con todo lo que le dijo cuando regresaron. Ann siempre ha estado para ella aún en sus peores momentos. Cuando sus padres fallecieron y se quedó completamente sola, Ann y sus padres la consolaron y acogieron con mucho cariño, fueron momentos muy difíciles y ellos estuvieron todo el tiempo a su lado. Era la víspera del 4 de julio del 2010 (cuatro años atrás) y los padres de Rebecca habían acordado pasar el fin de semana largo en Hawái, ellos vendrían desde Connecticut por tierra, pasarían por ella a la oficina (donde trabajaba medio tiempo) y continuarían al aeropuerto, pero a media tarde se dio cuenta que había dejado el equipaje de mano en el apartamento de la residencia universitaria, llamó a su madre y le dijo que se retrasaría porque debía volver a su apartamento. Su madre le dijo que también estaban retrasados y que aún no salían de casa. En vista de eso decidieron encontrarse en el aeropuerto directamente… Rebecca tenía media hora esperando a sus padres y estos no llegaban, ya estaban llamando para abordar cuando sonó su teléfono, era la policía de tránsito: sus padres habían tenido un fatal accidente en su automóvil, su padre perdió la vida en el propio lugar del accidente y su madre falleció en la ambulancia que la trasladaba al hospital, sucedió a poca distancia de su casa, recién habían salido bajo una fuerte lluvia, tal vez eso llevó a su padre a perder el control de su vehículo. Fue devastador y sólo se le ocurrió llamar a su amiga Ann quien la buscó en el aeropuerto y a partir de ese momento ella y sus padres se hicieron cargo de todo… El timbre del teléfono la devolvió al presente y al atender rompió en llanto de nuevo. –Aló Becca, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras? –Estoy feliz –contestó Rebecca. –¿En serio? No suenas feliz –respondió Ann. –Disculpa Ann ya te cuento, el día que llegué aquí conocí a un guapo chef Italiano, resulta que vive en Manhattan, estamos enamorados y hoy me propuso matrimonio. –El día que llegaste lo conociste y diez días después te propuso matrimonio y… ¿estás feliz porque aceptaste? –Sííí Ann, acepté –Oookey, pero no te casarás allá, ¿verdad?, vendrás y lo harás aquí, ¿cierto? –Sí, sí, regresaremos y prepararemos todo con tiempo, no será de inmediato –dijo Rebecca. –Bueno, perfecto, felicidades señorita comprometida. Te quiero y me alegro mucho por ti. –Hay algo más… –¿Algo más? Cuéntame Becca. –Hana-Ji se molestó mucho, me gritó una cantidad de cosas y se alejó de mí, regresará a su casa mañana. –Becca sólo tú soportas a esa cesta de amargura, si no es feliz por ti, no permitas que te perturbe, respira profundo, que tenga un buen regreso y listo. Me parece exagerada su reacción, a menos que también le gustara el chef italiano ¿qué sabes al respecto? –Bueno Ann, ella me había dicho que lo conoció al llegar, que era fabuloso, pero también le pregunté si él había intentado algo con ella y me respondió que no, que ella no lo había dejado. –¿Qué te puedo decir? Ella es rara, siempre lo ha sido, me contaste que en la Universidad no le conociste ningún chico, tal vez esté destinada a un hombre de su cultura, generalmente es así, no te preocupes ya por ella y espera que te llame. Yo voy a buscar revistas de novias mientras regresas y a prepararme para ser la Dama de Honor perfecta. Lo seré, ¿verdad? –Por supuesto Ann, nadie más podría serlo, te quiero, gracias por ser como eres, saluda a tus padres, ni siquiera te pregunté por ellos. –Ja, ja, ja no importa, imagino cómo está tu mente en este momento, mantenme al tanto, sigue feliz y disfrutando tu viaje y tú romance. –Gracias de nuevo Ann, te escribiré. Besos. *** Bae Hyun salió de la reunión con Choi Jun y le dijo al chofer que lo llevara a su oficina, estaba realmente satisfecho con el curso de los acontecimientos ocurridos hasta el momento, pronto la familia Choi pagaría la deuda que tenían con la familia Bae y su padre podría descansar en paz. Entonces revivió, una vez más, los terribles momentos por los que pasó su familia: “Mi padre tenía un almacén muy próspero en la parte baja de la ciudad donde abastecía a una gran parte de la población y a precios justos, tenía muchos empleados y había agregado divisiones para que otros comerciantes ofrecieran sus productos. A todos les iba muy bien y yo al salir de la escuela siempre pasaba tiempo con mi padre ayudándolo y aprendiendo. Regresábamos juntos a casa en la parte alta de la ciudad donde vivíamos en una cómoda casa, allí nos esperaban mi madre y mi hermano menor. Al cabo de un tiempo comencé a notar a mi padre alterado y preocupado, pero no me explicaba nada, solo me decía que no dejara de estudiar para que fuera diferente. En casa hablaba con mi madre pero callaban cuando me acercaba. Pronto noté cambios en las divisiones, los otros comerciantes cerraban y se retiraban. Entonces lo supe, había un hombre llamado Choi Yang que estaba comprando todo, mi padre se negaba a vender, el precio no era justo y además, con ese almacén nos mantenía y sus empleados mantenían a sus familias, aparentemente eso no le importaba a ese hombre quien siguió presionando a mi padre hasta que un día, éste muy enfadado, le expresó que no volviera a molestarlo, que se fuera a su parte de la ciudad y lo dejara en paz ya que jamás le vendería su almacén. Esa noche cerramos, nos despedimos de los empleados y nos fuimos a casa. Durante la noche todo el almacén se volvió cenizas y fue imposible probar mala intención”. Bae Long (el padre de Bae Hyun) tomó a su familia y se fueron a j***n donde tenía una hermana que los recibió y los acogió con mucha alegría, el esposo de ella le dio trabajo a su padre en su almacén y prosperaron mucho, su padre mantenía contacto con varios comerciantes de Seúl y pronto pudo ayudarlos. Cuando Bae Hyun comenzó la Universidad también empezó a elaborar su plan para arruinar al hombre que obligó a su familia a salir de su hogar. Su padre (Bae Long) conservaba muchos amigos que recibieron agradecidos su ayuda y que le ofrecieron su apoyo incondicional así que desde j***n fue invirtiendo veladamente y ganando terreno comercial en Seúl, al mismo tiempo le enseñaba a él (Bae Hyun) estrategias comerciales muy importantes para su futuro. Al terminar la Universidad se casó con una colega nacida en j***n, tuvieron una niña pero debido a graves complicaciones en el parto, la madre falleció; por varios años sólo se dedicó a su pequeña Hana-Ji, pero cuando ella terminó la preparatoria la envió a una prestigiosa Universidad en Estados Unidos a prepararse para ser su aliada y sucesora, ya que desde pequeña había demostrado una fuerte personalidad, mucho carácter y una gran ambición, sería perfecta para sus fines. Él regresó a Seúl para hacerse cargo de todas las posesiones que su padre, ya fallecido, había acumulado desde j***n, así inició una feroz competencia contra Choi Jun.
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