Lo Que Comenzó Con Un Beso Camila Nunca fui de esas mujeres que creen en los cuentos de hadas. Para mí, el amor siempre fue algo que se daba a medias, entre horarios ajustados, responsabilidades que asfixian y niños que reclaman toda mi atención. Nunca me sentí víctima, pero sí olvidada. Hasta que llegué aquí. Hasta que conocí a Caleb. Desde que pusimos el pie en esta casona, una parte de mí comenzó a sanar. Cada rincón, cada gesto de Valeria, cada conversación y desahogo con ella mi alma lentamente se iba limpiando, purificando, después cuando llegaron mis bebes y luego con la llegada de los hermanos de Valeria, con cada mirada de los hermanos… me hizo sentir parte de algo que nunca imaginé tener: una familia real. Pero fue Caleb… su risa, su paciencia infinita con mis bebes, sus si

