Siento algo pesado en mi abdomen, al abrir de a poco mis ojos y notar que esta por entrar la noche, sonrió enamorada al ver a Lulú dormir en mi panza. No entiendo como esta chiquita logro subir, pero mi mano no espera más y comienza acariciarla. Ella abre sus ojitos de a poco y su colita se mueve de un lado a otro mientras se pone de cuatro patitas y su lengua pasa por mi cara. –Oh, pero que niña más tierna que eres Lulú, ¿Te gusta tu nuevo hogar? ¿Si verdad? Si, este es tu nuevo hogar... – ¿Un perro? ¿Es en serio? Mi corazón a punto de salir disparado al escuchar la voz de mi hermana, la veo apoyada al umbral de la puerta y sonríe. Me levanto y coloco a la perrita en el suelo, ella sale corriendo para tomar agua, paso a un lado de mi hermana y camino hasta la cocina, sirvo un vaso de a

