Coger duro... Escuchar decir esas palabras de los labios de Carlos habían creado una sensación difícil de explicar en Isabelle, pero de algo estaba segura, esta sensación era jodidamente increíble, olvidándose de que Carlos la tomaría. Ahora. Carlos sin dejar los labios de Isabelle, la llevo entre sus brazos hacia una de las tantas habitaciones. No fueron a su habitación, para él, su habitación era solo de él y nadie más a excepción de las personas que lo limpiaban podían accesar a ella, por eso se condujeron a una habitación que quedaba al final del enorme pasillo. Soltando un brazo de la cintura de Isabelle manejo la manija de la puerta hasta que estuvieron dentro de esta. A oscuras, con la poca luz que entraba a la habitación siguieron besándose. Carlos comenzó a recorrer sus manos p

