Capitulo 3

2554 Palabras
Karma, tontearías, ganas de joderme la vida mas de lo que se encontraba, son las únicas explicaciones que le hayo para que la diosa luna me este envolviendo en esto. No puedo entender como puedo tener un segundo mate, y como este di por descubrirlo justo cuando se follaba de lo lindo con una maldita mujer que no era yo, ¡no era yo!, eso es lo que mas me destroza, saber que con tan solo olerlo ya estoy muerta de los celos, con rabia de querer volver y arrancarle los pelos a esa que estaba montando a mi mate. Quiero odiarlo, es mas en estos momentos lo hago, pero mi loba y un lado de mi trata de explicarme que no sabia que yo era su mate, algo muy lógico debido a que no he vuelto desde hace diez años, por ello no estuve cerca de Asher cuando ya se encontraba transformado, pero eso, y decirle a mi estúpido corazón que no le duela lo que vi y oí es algo totalmente distinto. En estos momentos siento como el Karma intenta castigarme por no haber vuelto, por ser tan cobarde, al igual que lo fui cuando lo vi con otra, ¿debí quedarme?, ¿reclamarle?, ¿besarle?, ¿quizás golpearlo? - ¡ahh! - grito de cólera al encontrarme en esta situación, con unos ojos como baches por aquel momento que me ha motivado a llorar de mil formas, ya no se si por la visita al cementerio o lo que he contemplado, solo se que no he salido desde que llegue ayer en la noche. - Amanda - escucho la voz de Sophia seguido de dos golpes en la puerta - ¿puedo pasar o corro peligro? - pasa ....- susurro con mi almohada sobre mis piernas, la cual ha aguantado varias lagrimas, y por ello tiene la pestañina manchado su funda. - por la diosa, ¿que rayos te paso? - dice Sophia a penas entra con una bandeja con comida, la cual la deja sobre la mesita de noche para sentarse junto a mi en la orilla de la cama. Desde que llegue no le quise contar a Sophia las causas de mis lagrimas, supongo que debo pensar que la causa es la visita al cementerio, si supiera que la causa es un de los hijos de nuestra amiga y luna. - Amanda, creo que deberías ya levantarte, no has comido nada desde ayer, además debemos llegar a la fiesta de Lia, ella quiere que estemos desde temprano - dice ganándose un bufido de mi parte al saber que fijo lo veré, y ni se como debo actuar. - yo... - trago saliva ante lo ronca que suena mi voz a causa de tantas lagrimas y gritos - estaré lista en una hora. - eso espero, no podemos llegar tarde, después de todo es al primer cumpleaños que asistiremos todas juntas - dice con una sonrisa antes de abrazarme. Se que el tema de mi ida al cementerio esta latente, pero agradezco que no lo aborde, dándome mi espacio, ya que lo que menos deseo es hablar sobre algo referente a lo ocurrido en la tarde de ayer. Cuando veo que me deja sola en mi cuarto, con un suspiro me levanto de la cama dispuesta a comer, para luego ir a la ducha, donde espero que se aflojen todos mis problemas. " ¿ estas segura de verlo? " pregunta Tania con su voz igual de rota o mas que la mia. " no se, pero no puedo esconderme" respondo. " te apoyo, y también quiero a mi mate, pero me duele aun esa imagen vista" dice haciéndome detectar su voz afligida. " somos fuertes, pasamos por cosas peores, esto no nos superara" digo intentando motivarnos a ambas. Salgo de la ducha para elegir un vestido color rosa oscuro, el cual posee un straplee, sin mangas y pegado al cuerpo, dando un buen balance en las curvas que posee y el volumen que conservo perfectamente en mis senos y retaguardia. Mi pelo decido dejarlo suelto, solo enrulándolo un poco, para después de colocarme unos tacones y darme un maquillaje sencillo pero elegante, proseguir a salir de la habitación, donde encuentro a Sophia con el mismo estilo de vestidos que usaba , esos claros que muestran pureza, lo cual en mi amiga se ven interesantes por la forma sensual y coqueta como se desenvuelve, algo que ha sabido enseñarle a la querida cumpleañera. Con nuestro regalo ya escogido salimos del apartamento para coger un taxi mientras siento como cada segundo los nervios me abundan mas, me desequilibran por saber que él estará ahí, me vera, lo veré, no podre huir, tendré que dar la cara. Cuando el auto se detiene, comienza el conteo regresivo, en el cual se marca cada que damos un paso a aquella casa que el Alpha compro como sorpresa para Melody, cuando se realizo su presentación a la manada. Varias risas y pasos se escuchan en la casa, demostrándonos que varios invitados ya se encuentran dentro, a pesar de que el sol ni siquiera se ha ocultado. Sophia toca la puerta muy feliz, para después ver como esta abre y una Lia muy feliz aparece en nuestra visión, con un vestido dorado, straplee, sin mangas, pero solo pegado hasta una parte mas arriba de su cintura, para de ahí se suelto, pero que le llega por máximo a su rodilla. - ¡ya están aquí! - grita antes de abrazarnos. - estas muy hermosa Lia - dice Sophia, a lo cual yo asiento en total acuerdo, causando que la celebrada sonría con victoria. - gracias, mamá y yo lo escogimos, papá casi no me deja colocármelo, pero mamá logro convencerlo - dice mientras nos guiña un ojo, entendiendo claramente su manera de convencer. Nos adentramos en la casa, admirando lo bien decorada que quedo, en nuestra visión aparecen Clary, el Beta y su hijo Adrian, un muy guapo muchacho, de uno casi dos años mayor que Lia, quien tiene sus ojos color azul, y su pelo rojo, dándole perfectas características que se de seguro será un conquistador. Oliver aparece por momentos, mientras yo me dedico a admirar como las cosas han cambiado bastante, como ya no somos las cinco chicas del principio, aquellas salían a fiestas y se divertían con sus parejas, no, ahora dos de esas cinco tienen hijos. Mi atención persiste en las personas, logrando identificar, o no identificar por ningún lado a Melody ni el Alpha, llevando curiosidades a mi, unas las cuales se detienen apenas el olor vuelve a mi, antes de escuchar un timbre y ver como tras abrirse la puerta los gemelos aparecen. Sus cabellos castaños son lo primero que distingo antes de llegar a sus ojos, esos que además de el olor que desprende uno, me dicen quien es quien. La saliva se atora en mi garganta, cuando veo como se adentran a la casa, y ambos vienen hacia mi. Por la diosa luna, aun no me encuentro preparada, no se ni que decir, ¿como se habla?, ¿que hago?, ¿huyo?, ¿se me es permitido?, pero suelto una buena maldición a penas los tengo a dos pasos de mi, mientras yo me fuerzo a levantarme de mi silla intentando no chocar mi mirada, con una de ojos grises. - Amanda, que bueno volver a verte, te hemos extrañado mucho - dice Dorian con una sonrisa, mientras sus ojos brillan. - Dorian, que bueno es volver a verte, luces muy cambiado, ya eres todo un hombre - y que hombre, heredaron muy bien los genes del Alpha porque sus cuerpos parecen esculpidos por dioses. - gracias, los ejercicios con los soldados nos han servido, lamentamos no haber podido ir a recibirte ayer, mamá nos dijo, pero teníamos unos asuntos que atender con papá - asiento con una sonrisa antes de darle un abrazo que me corresponde, mostrándome como es mas alto que yo, a pesar de que de las del grupo soy la segunda mas alta, Dorian me lleva por mucho. Al apartarnos, empiezo a comprender que es hora de darle la cara, así que sacando a la perra que llevo dentro giro mi rostro a su vista, hallándome con sus ojos, los cuales permanecen fijos en mi, como si estuviese admirando una pieza que quisiera descubrir sus secretos. - Asher - es lo único que suelto antes de extender mi mano, si, mi mano, y no darle un abrazo como con su hermano, lo cual lo sorprende a ambos gemelos, pero aun así la recibe, enviándome una corriente que me debilita las piernas, y si no es por sostenerme de la silla, estoy segura que doy con el piso. - Amanda, es bueno volver a verte, te hemos extrañado mucho - dice sin soltar mi mano, sin apartar su vista de la mía, y en cambio, con su dedo pulgar acaricia la piel de mi palma, haciendo que me trague un suspiro de satisfacción por tal caricia. Su olor me embriaga, sus brillos me hipnotizan, llevando a que tampoco a parte mi mano, ni suelte palabra, solo trague saliva sin quitar el contacto visual con mi mate, como si eso nos pudiese transmitir o decir tantas cosas. - si, yo... - diosa, esos dedos estan haciendo marivillas en mi mano, como sera cuando toque otra parte de mi. ¡Aguarden!, estoy enojada, porque pienso en eso, vamos Amanda, lo viste con otra, muestra un poco de dureza. Con esos pensamientos, mientras suelto un sonido con mi boca me separo de su toque girando mi cuerpo, nerviosa, para volver a mirarlos e intentar sonreír. - yo... fue bueno verlos pero creo que Lia necesita ayuda - suelto antes de salir de ahi, como una adolescente asustada. Otra cosa mas que debo pensar, es menor que yo. " es nuestro mate" dice Tania ya nublada por esas sensaciones de tan solo un momento. Diosa, casi me dejo llevar por un crio, pero aun, casi tengo un orgasmo a causa de uno d elos hijos de mi amiga, eso se escucha muy mal. " pero se sentirá bien" contrataca Tnia. "¿ ya lo perdonaste?" pregunto mientras me recargo en el mesón de la comida, mirando como varias personas salen y entran por este lugar. " no, bueno si... Amanda, yo... quiero" ni mi loba se entiende. Sus piro en mi puesto antes de aplicar un poco de agua en mi cuello para calmar un poco que un joven menor que yo me ha causado con un insignificante toque. Salgo de la cocina, fingiendo que estoy bien, que miles de pensamientos en estos momentos no rondan por mi mente, y procuro centrarme en ver como Lia esta rodeada por siete hombres, los cuales no paran de alagarla mientras ella sonríe y agradece con educación. Vaya, parece que tenemos a una encanta hombres. Veo como Sophia desde una esquina levanta sus dedos pulgares en señal de apoyo ante la cumpleañera, quien asiente mientras muerde su labio. Oliver camina por su lado, como si nada, demostrando como no es un atormenta hermanas, pero eso cambia cuando los gemelos se dan cuenta de los lobos que rodean a su hermanita, para encaminarse a ella, rodearla por su brazo y soltar un gruñido que hace que ellos se dispersen, mientras Lia les lanza dagas con la mirada. Todo lo ocurrido cambia apenas veo como la puerta se abre, y por ella aparece Melody y el Alpha, a los cuales todos en la casa le realizamos una reverencia, con excepción de sus cuatro hijos quienes van a ellos para darles un abrazo. Melody saluda a los invitados antes de empezar a dar un par de indicaciones a varias personas que la ayudan con la fiesta de su hija, quienes siguen al pie d ela letra sus palabras para luego verla venir a mi lado y mostrar una sonrisa que no logro interpretar. - Amanda, hola - dice mientras levanta las cejas varias veces, mientras yo arrugo mi entrecejo. - ¿si? - Melody me sigue mi gesto antes de volver a  hablar. - ¿ya saludaste a los gemelos?, ayer no pudiste verlos - si, ya, a todos en realidad , han cambiado bastante - Melody intenta interpretar no se que en mis palabras y en mi. - ahh, ¿segura? - asiento y ella muerde su labio en gesto... ¿nervioso?- y no... ¿no hay algo que quieras decirme? - no, ¿acaso hay algo que tu quieras decirme? - ella se sorprende al ver como el interrogatorio va para su lado. - no, no, no hay nada, solo es... curiosidad - sus palabras y su forma de actuar tan sospechoso no me termina de cuadrar, pero aun así decido fingir que le creo y olvide. La fiesta sigue, mientras yo intento convivir con ese olor tan delicioso que no para de volverme loca, el cual a cada nada busco la causa, y siempre encuentro a esos ojos grises sobre mi, y lo que hago, dándome paso a los nervios. Cuando todos están por partir el pastel, al ver que están demasiados invitados, Melody me pide el favor de que busque unos demás en la cocina, pero la situación se me va de las manos cuando ese olor vuelve a aparecer antes de que unos brazos rodeen mi cintura y una mano se pose en mi boca. Por la diosa, mi cuerpo se pega totalmente al suyo, estando así de espaldas, descontrolando mis hormonas, y mas aun cuando su voz gruesa y dura susurra en mi oído con claridad. - has silencio hermosa, si no quieres que alguien nos descubra en esta posición - dice dejando un beso en la parte descubierta que saca un jadeo- gemido de mi boca. Amanda, ¿donde quedo tu enojo?, me pregunto al ver como acato sus palabras, es mas, le doy acceso a su boca en mi cuello, lo cual hace que él no dude a pasar su lengua por el sitio erizando mi piel totalmente. Ay dios, esto... esto, hace mucho no sentía esto, podría decir que es aun mas diferente que lo que sentí. Siento como da un paso al frente, haciendo que yo también lo de, quedando a presión con el mesón y él. Genial, me estoy dejando controlar por el hijo de mi amiga. Pero el momento pasa cuando escuchamos la voz de Melody llamándome, lo que hace que Asher actué rápido y me haga caminar a la otra puerta de la cocina, saliendo por un pasillo, donde yo adelante, aun con sus manos en los mismos sitios, acato sus movimientos, embobada por el aroma que desprende, santa diosa, me esta atontando con su cuerpo y olor. Me detengo al ver como planea que suba las escaleras, pero eso parece motivarlo a tomarme y alzarme en modo princesa y subir como un rayo por ahí para adentrarme a una habitación que ni me acuerdo ni distingo cuando ya estoy de pie y pegada a la pared, con Asher empujando mi cuerpo con el suyo, con sus manos en mi cadera, inmovilizándome antes de que su rostro vaya a mi cuello y empiece a oler con satisfacción. - Mia - escucho como me reclama, llenando mi cuerpo y mi mente de mas cosas.
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