CAPÍTULO 5. EMILIANO FERRER. ASISTENTE, NOVIA Y FUTURA ESPOSA. Tras dejar a Antonella en su casa, conduje directamente a mi hogar. Había sido un día agotador, sí, pero también rebosante de emociones que danzaban en mi interior. Las once de la noche ya marcaba el reloj, y dudaba que mi nana siguiera despierta a esas horas. Llegué al edificio y estacioné el auto en su lugar habitual. Una vez dentro de mi casa, un vistazo rápido confirmó la ausencia de mi nana. Me dirigí directamente a mi habitación, despojándome de la ropa. La fresca temperatura me impulsó a buscar el alivio de una ducha caliente. Mientras las gotas de agua templada resbalaban por mi piel, mis pensamientos se centraron en ella, en Antonella. Si antes me atraía con una fuerza innegable, ahora esa atracción se había multi

