CAP. 15 - UNA GOLOSINA MORTAL Lidia llega a la escuela a caballo, la única forma de vincularse con un lugar tan remoto. El día parece habitual hasta que, en medio de la clase, un alumno empieza a ahogarse. El ruido de su dificultad para respirar se apodera del pequeño salón, y los otros niños la miran con miedo y anhelo. Ella sabe que no puede contar con el precario dispensario del pueblo, que está muy lejos y carece de equipamiento médico básico. Con los nervios de acero que ha moldeado en su vida como educadora rural, Lidia actúa rápido. Recuerda algo que leyó en un cuaderno de primeros auxilios. Le pide a un alumno que sostenga al niño para que ella pueda aplicar una maniobra de Heimlich espontánea. Lo toma desde la espalda como abrazándolo, y comprime. Su corazón late con fuerza mien

