CAP. 32 - LA BODA El tiempo se vuelve aún más poderoso. Lidia, con el pedido de matrimonio sonando en el aire, siente su corazón palpitar. Su primera reacción es la duda, una mezcla de temor, de recuerdos, de todo lo que ha pasado hasta ahora. ¿Es posible ceder al amor después de tanto dolor? Pero Diego no la apresura. Solo la mira, con la paciencia de quien entiende que su vida ha sido batalla tras batalla. No hay prisas, no hay exigencias, solo una proposición sincera, una promesa de construir juntos lo que el destino aún les reserva. Y entonces, entre el brillo de la luna y la fragancia del postre, Lidia siente que algo en su interior se fisura. Las lágrimas brotan antes que las palabras, porque en lo más profundo de su alma, sabe que esto es lo que siempre ha deseado. -Sí, Diego.

