POR PRIMERA VEZ

1132 Palabras
[FRANCESCO] No siento las manos. Llevo horas en el simulador, y, aun así, cada vuelta se siente peor que la anterior. El trazado de Austin me está ganando la partida, y lo sé. Sofía también lo sabe. No dice mucho, pero el silencio que deja entre cada dato es más pesado que cualquier crítica directa. —Tienes que frenar dos décimas antes en la curva 11 —dice sin levantar la vista de la pantalla. —Si freno antes, me pasan todos —respondo, sabiendo que esa excusa no convence ni a mí mismo. —Y si sigues entrando así, vas a terminar en la grava. Otra vez. Aprieto los dientes. Me quito el casco con rabia. Siento el sudor bajándome por el cuello, pegándome el traje al cuerpo. Me está diciendo la verdad, pero eso no la hace más fácil de tragar. William Soyer, nuestro jefe de equipo ha estado rondando todo el día como un buitre. Cuando entra, el ambiente se congela. Lo vi esta mañana entrar a la sala de reuniones como si fuera dueño del aire que respiramos. —O haces puntos en Texas o te vas al carajo. No me importa si el coche vibra, si los neumáticos se calientan, o si tienes mal día —escupe, sin filtros, con esa sonrisa falsa que sólo usa cuando va a matar a alguien. Y luego, lo inevitable: —Ah, y cuida lo de Sofía. La historia funciona. A la prensa le encanta. No le respondo. Lo único que quiero es subir al auto y desaparecer, pero no puedo. Todo esto, todo este circo, también lo sostengo yo. Salimos de la fábrica pasada la medianoche. Mis piernas duelen. Sofía camina junto a mí, en silencio. Y de pronto, como si leyera mis pensamientos, suelta: —Hay un evento esta noche. En Luxor. Estará lleno de prensa. Deberíamos ir. —¿Estás hablando en serio? —la miro sin poder disimular el fastidio—. ¿Querés que vayamos a fingir una relación después de matarnos todo el día en el taller? —Quiero que sigas en la Fórmula 1. Y yo quiero seguir diseñando piezas que terminen en el podio. ¿O te pensás que no tengo una fila de tipos esperando verme fallar? Tiene razón. Maldita sea, siempre la tiene. Una hora más tarde, ahí estamos. Entramos a Luxor como si fuésemos estrellas de cine. Ella lleva un vestido n***o que no tiene nada que ver con el buzo manchado de aceite que suele usar. Yo sonrío como si la amara. La prensa compra cada gesto. Una mano en su cintura. Un brindis que dura lo justo. Un par de risas compartidas que no tienen nada de verdad. Y sin embargo, en medio del ruido, cuando me acerco a su oído para hablar sin que nadie escuche, lo digo sin filtro: —No sé cuánto más de esto puedo aguantar. Sofía me mira. Por un segundo, su expresión cambia. Ya no es la ingeniera brillante ni la pareja perfecta. Es solo una persona tan cansada como yo. —Entonces más te vale tener una buena posición en Texas —responde. Y aunque lo dice como una amenaza, me suena a advertencia. A advertencia sincera. Como si, detrás de todo este teatro, todavía quedara algo real entre nosotros. No sé si eso me da esperanza… o miedo. [SOFIA] Las luces me ciegan antes siquiera de entrar. Luces frías, flashes, gritos de periodistas. "¡Mirá para acá, Sofía!" "¡Francesco, una sonrisa!" "¿Es cierto que están pensando en comprometerse?" No respondo. Sonrío. Tomo su brazo. Me acerco como si fuera natural. Como si no sintiera que cada paso dentro de este lugar es una traición a mí misma. Luxor está lleno. Gente importante, cámaras, influencers. Todo está preparado para que el mundo vea lo que necesita ver: Francesco y yo, brillando juntos. La pareja perfecta. Él lleva esa sonrisa media torcida que siempre le funciona. La que dice: "No me importa nada, pero soy encantador igual." Me la conozco de memoria. Sin embargo, hay algo diferente en sus ojos esta noche. Están cansados. Demasiado. Yo también lo estoy. Caminamos entre la multitud. Lo guío sin que lo note. Me aseguro de que estemos en el ángulo correcto para las fotos, de que nuestras manos se toquen lo justo. Sé lo que esperan, he estudiado estos gestos como si fueran parte de un protocolo técnico. La ingeniería de la mentira. Pero cuando Francesco me mira de verdad, me desarma. Porque no está actuando. No del todo. Y yo tampoco. No sé cuándo empezó. Tal vez fue una noche en el garaje, cuando lo vi destrozarse por una sesión fallida y no dijo nada. O cuando me defendió delante de Soyer, sin ganar nada a cambio. Tal vez fue cuando me escuchó sin interrumpirme. Nadie escucha en este mundo. Pero él sí lo hizo. Aunque solo fuera por un momento. —¿Estás bien? —me pregunta ahora, con la música retumbando detrás de nosotros. Quiero decirle que sí. Que todo esto me da igual. Que no me afecta, pero no puedo mentirle. A él, no. —No lo sé —respondo. Se queda callado. No me suelta. Su mano en mi espalda no es para la foto. No esta vez. Está ahí, firme, como si de verdad quisiera sostenerme. Y ahí es donde empiezo a caer. Porque si esto fuera solo un trabajo, no me importaría. Si él fuera solo el piloto al que tengo que controlar, mantendría la distancia, pero ya no puedo. Y eso me asusta más que cualquier carrera. Siento que estoy perdiendo el control. No del monoplaza, no de los datos, sino de mí. Y yo no soy de perder el control nunca. Entonces lo veo inclinarse, como si fuera a besarme. Lo hace despacio. Me da tiempo para detenerlo. Para apartarme, pero no lo hago. Nuestros labios se rozan. Y aunque estamos rodeados de cámaras, de ruido, de gente que espera una buena toma, no es eso lo que me paraliza. Lo que me deja sin aire es que, por primera vez, no sé si estamos fingiendo. Cuando se separa, me sigue mirando. No sonríe, no dice nada. Solo espera. Como si, por fin, no fuéramos personajes de un guion. Y yo quiero decirle que no fingir. Que no sé qué somos, pero que quiero descubrirlo, pero no puedo. Porque mañana estamos de nuevo en el garaje y Soyer va a seguir exigiendo. Y este mundo no perdona debilidades. Así que solo le digo: —Tenemos una imagen que mantener. Y él, sin soltarme, responde: —Sí. Pero no esta noche. Y por primera vez, no me corrijo. No me alejo. No le doy la espalda. Por esta noche… me permito sentir.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR