Pude ver como una pequeña liebre se asomaba, en ese momento intenté acercarme a ella, pero, retrocedio con un poco de miedo.
- No tengas miedo, pequeña criatura.
- ¿Porque debería confiar en ti ? - exclamo la liebre con gran carácter.
Rápidamente receje sorprendida y a la vez asustada, ¿como era posible qué la criatura pudiera hablar?, y ¿si a lo mejor era una ilusión o un sueño?.
- No deberías estar asustada niña, ¿de donde vienes los animales no hablan ? - pregunto la liebre.
- Pero, ¿como es posible?.
- No lo se, desde que llegue aquí lo puedo hacer.
- ¿Hace cuanto tiempo estas aquí?.
- Hace mucho tiempo, tal vez días, semanas, meses, años, siglos o milenios, no lo sé exactamente.
- No entiendo, ¿cómo sabes donde te encuentras?, además es inquietante que una criatura como tu esté aquí, en medio de la nada.
- También es inusual qué una pequeña se encuentre en este lugar, ¿donde están tus padres?.
- Desearía saberlo, pero lo último que recuerdo es poco aclarecedor, aparte de sonidos estremecedores y una fuerte brisa recorriendo mi rostro.
- A lo mejor tu memoria se recuperara pronto - Exclamo contenta la liebre.
- ¿De verdad eres un animal parlanchin? - pregunto la chiquilla, enigmatizada por su encuentro con esta criatura poco común.