Capítulo 2: Avanzar

2240 Palabras
Salir de esa casa, la que fue vivir un verdadero infierno se sintió demasiado liberador. Estuve tres largo y miserables años viviendo en un lugar que jamás sentí como mío, solo el abuelo hacía sentir a la casa acogedora por eso le tengo cierto apreció, él era la única persona que realmente me quería en toda la familia Roig, que lamentable que ya no lo volveré a ver, él hacia mis días más felices y menos miserables. De alguna manera extrañaría al idiota de mi esposo, me acostumbré a estar rodeada de él, aunque me viera como una tonta y como un obstáculos en su vida, por que lamentablemente los seres humanos somos animales de costumbre y yo me acostumbré a tenerlo a él cerca. Mi estúpido corazón no lo puede eliminar tan fácil como quisiera, pero se que llegará el momento en que ya no lo amaré tanto como lo hago. Salir de esa propiedad se sintió bien, por primera vez en años siento que puedo respirar con tranquilidad, que idiota fui al escoger esta clase de vida versus la que tenía en casa junto a mi familia. No se si mi familia me recibirá nuevamente, tengo miedo de lo que me vayan a decir, me alejé de ellos cuando me casé con Darek, y si bien, mantuve contacto con mi familia todo este tiempo, fue bastante escasa y desde los últimos meses que no se nada de ellos o ellos de mi, así que no se que tan bien me vayan a recibir. No tengo nada, no me traje absolutamente nada de esa casa, de esa tonta vida que llevaba, solo saque mis artículos personales que casualmente llevo siempre conmigo, así que no tendré que volver. Antes de salir de la mansión deje las tarjetas de créditos que nunca use, las llave de la mansión y las llaves del coche, ya no necesitaría nada de ellos, desde ahora somos unos completos desconocidos. Los Roig ya no existen para mi, ja, si supieran quien soy en realidad creo que jamás me hubieran tratado de la forma que lo hicieron. Por que no solo recibí maltratos verbales, humillaciones públicas y frialdad de Darek, de su familia también que me hicieron la vida imposible, especialmente su madre. Su madre Adriana, una señora que se cree la diosa del mundo y que todo el mundo es inferior a ella, me trato como su maldita empleada, me hacía preparar todas las comidas de la casa y hacer el quehacer como una subordinada más. ¿Por que siempre hice lo que me pedía? Por que es la madre de mi esposo y quería ganarmela de alguna manera, por eso aguanté tanto. También está su hermana, Támara, una niña mimada que no hace nada más que no sea gastar y pasar horas enteras en el centro comercial o en una salón de estética, pero aunque es de esa manera jamás me trato de mala forma, no teníamos una gran amistad pero nos llevábamos bien, eramos cordiales. El padre de Darek falleció mucho antes de siquiera conocer a mi esposo, murió cuando el tenía alrededor de 15 años por un ataque al corazón. Ese fatídico accidente casi los destruyó, el abuelo de Darek tomó el mando de la empresa familiar hasta que su nieto y sucesor tuviera la edad y conocimientos necesarios para hacerse cargo, cosa que sucedió cuando Darek tenía solo 20 años, si, todo un maldito genio que a su corta edad asumió la posición de CEO en la empresa familiar. Por último pero no menos importante, esta el abuelo Robert, el único que siempre me quiso, él siempre estuvo a favor de mi matrimonio con su nieto, siempre me quiso y trato con el mayor de los respetos, pasábamos horas conversando de muchísimos temas, bebiendo té o cuidando de sus tantas plantas. Lo extrañare pero prometo darle una visita antes de irme de la ciudad, por que claro esta que no seguiré viviendo donde me pueda topar con algún Roig. Mientras más lejos, mejor. Decidí llamar a mi amiga de toda la vida, ella si es mi mejor amiga, cuando me percaté que al perderme en mis pensamientos, me perdí literalmente en las calles de Nueva York, no se donde diablos estoy y no traigo ni un centavo en mi bolsillo. Así que decido llamarla para que venga en mi encuentro. - Viví, necesito de tu ayuda - le digo apenas me contesta. - Hola amiga ingrata, hace días que no se de ti. ¿Por que necesitas de mi ayuda? ¡¿Que te hizo la infeliz familia Roig?! - me dice lo ultimo en un grito, ella sabe todo lo que he pasado con ellos, a sido mi confidente todos estos años, mi familia desconoce todo lo que he sufrido a manos de la que se supone era mi nueva familia. - Ya te contaré, solo debes saber por ahora que deje a Derek y que nos vamos a divorciar - le digo con pesar, por que en serio di lo mejor de mi para que me amará como yo lo hago, para que nuestro matrimonio funcionará. Esperaba que este bebé fuera la solución de alguna manera a nuestros problemas, lo sé, no se puede amarrar a nadie con un hijo, pero en serio pensé que sería de ayuda este bebé, quizás al saber que tendríamos un hijo cambiaba su actitud. Agradezco no haber alcanzado a darle la noticia, si no me hubiera tenido que quedar en ese hogar por el bienestar de mi hijo, Darek jamás me daría el divorcio si supiera que llevo su hijo, antecedente que pienso ocultar de él y de su familia. Este bebé es mío y solo mío. - ¿¡QUEEE?! ¿No me estas bromeando cierto? Por fin abriste los ojos y te alejaste de esa renacuajo inservible, pido disculpas a los renacuajos por mi analogía, pero es que en serio, esta es la mejor noticia que me has dado - escucho como chilla feliz por mi divorcio, bueno, al menos a alguien hace feliz mis decisiones. - No bromeó y si, algo tarde pero ya abrí los ojos - le digo con una leve sonrisa, independiente de lo destruido que este mi corazón ahora mismo, salí de mi prisión donde me auto sentencie años atrás...qué tonta e ilusa fui. - ¡Esto merece una celebración! ¿Dónde estás ahora? Se escucha como si estuvieras en la calle - tan observadora como siempre. - Así es, la verdad desconozco bien donde estoy, te envío la ubicación para que vengas por mi - le digo y se la envío de inmediato. - Perfecto, ya la tengo y voy saliendo para allá, dame 15 minutos y estaré contigo - me tranquiliza saber que no está tan lejos de donde estoy. - Vale, te espero - le digo y siento como se despide cuando ingresa a su coche. La llamada se corta y yo me quedo pensando en que será ahora de mi, lo único claro y seguro que tengo por el momento es mi bebé, mi angelito que no tiene la culpa de lo desgraciado que es su padre, este bebé no pidió llegar a este mundo pero no por eso merece ser menos amado, yo le entregaré todo el cariño, amor y contención que necesite, yo seré padre y madre para el o para ella, no le hará falta nadie más en esta vida y yo me encargaré de eso. Y mi familia, diablos, que dirá mi padre cuando se enteré que estoy esperando un bebé? Me recibirá? No espero que lo haga con los brazos abiertos, pero al menos espero que no me deje sola y desamparada, se que puedo salir adelante sola pero preferiría vivir esta nueva etapa junto a mi familia. Estaba tan perdida en mis pensamientos que ni cuenta me di de la llegada de Viví hasta que la sentí abrazándome de forma efusiva como es ella. - Hola, yo también te extrañe...pero, me estas asfixiando - le digo cuando me aprieta demasiado fuerte que me deja casi sin respiración. -¡Ay, lo siento mucho! No lo volveré hacer, como estas? - se aleja de mi y después me toma de los hombros analizándome entera esperando encontrar algo que la haga ir a la mansión Roig para descargar su furia. - Estoy bien, no me hicieron nada si eso te preocupa - le digo divertida dando una vuelta ante su atenta mirada para que vea que no tengo ni un cabello menos. - Menos mal, ya estaba lista para ir a golpear a la zorra de tu ex suegra, se merece unos buenos golpes de mi parte por todo lo que te hicieron estos años, si no hice nada antes fue por que tú me lo impedías, pero ahora no tengo impedimento alguno para torturarla - comenta molesta moviéndose de un lugar a otro como león enjaulado. - Ya, tranquila, esa familia ya es pasado para mi, así que olvidalos - me acercó a ella y la rodeo con mis brazos para que se calme. - Esta bien y solo por ti me tranquilizaré pero si la llegó a ver no respondo eh! - dice convirtiendo sus manos en puños simulando que da golpes al aire. Sonrió por la loca de mi amiga, es un caso especial pero la adoro con mi vida. - Mejor vámonos que tengo hambre y varias cosas que contarte - le digo, por que ella hasta ahora desconoce el motivo de mi separación y el hecho de que estoy embarazada, se que se pondrá feliz con la noticia. - ¡¿Ni siquiera te alimentaron esas bestias?! - grita indignada y varias personas se giran para mirar a la loca que esta gritando en plena calle. Niego divertida con la cabeza tomándola de la mano para llevármela de ahí, no quiero hablar de temas privados en la vía pública, uno nunca sabe quien puede estar escuchando una conversación ajena. Nos llevó por la calle hasta que Viví reacciona y me lleva donde está su coche estacionado, nos subimos y no vamos camino a su apartamento. - ¿Pedimos comida? - me pregunta a lo que yo asiento. - Si, muero de hambre así que pediré ahora mismo para que al llegar no se demoré tanto la comida en ser entregada - comentó mirando las diferentes opciones que tengo en mi teléfono para pedir comida a domicilio. Al final me decido por comida Thai, China y una pizza familiar de pepperoni. Acompañado de una gaseosa grande y un litro de helado como postre. Hoy me permito salir de la estricta dieta en la que estaba, mi bebé necesita alimentarse y eso haré. Minutos mas tarde, llegamos por fin al apartamento de mi amiga y subimos hablando de varias cosas, principalmente de su trabajo que la tiene más que feliz y de mi separación, que la tiene ultra emocionada. Además, en el camino le comenté que estoy embarazada, provocando que saltará en su asiento y chillara emocionada, ya se proclamó madrina de mi hijo, cosa que no podría ser de otra forma. Llegamos felices a su piso y me voy a la habitación que ocupó cada vez que me quedaba con ella, ahora creo que será mi residencia permanente hasta que vuelva donde mi padre. Lo bueno es que aquí tengo toda clase se ropa, así que elijo un pijama de panda que tengo y me lo coloco, la noche está algo fría y este pijama es ideal para mantenerme calentita. Mientras espero a que Viví salga de su habitación suena el timbre del apartamento, voy abrir cuando me percató que no tengo dinero. - Diablos, deme un minuto y le traigo de inmediato su dinero...cuanto es? - pregunto sin mirar a la persona del otro lado, busco con mi mirada el bolso de Viví donde me dijo que estaba el dinero, pero no lo encuentro. Pero me quedo petrificada buscando y dándole la espalda a la entrada del departamento cuando escucho una voz familiar... - No te preocupes, ya pagué...te extrañe pequeña panda - dice la voz inconfundible de mi hermano mayor Orlando. Los ojos se me cristalizan y se me nublan por el cúmulo de lágrimas que no quiero dejar salir, se que si me largo a llorar estaré un buen rato así y no quiero hacerlo, además que mis hormonas de embarazada tampoco ayudan mucho. - ¿Panda...? - ese es su apodo desde siempre, me lo dice por que dice que me parezco a ellos, solo me gusta comer y dormir, en parte tiene razón, más ahora. - ¿No me mirarás o darás un abrazo siquiera? - dice con la voz en un casi susurro, imposible que no haga lo que me pide. Me doy vuelta rápidamente y saltó hacia sus brazos enrollando mis piernas por su cintura. - ¡Oouf! Estas más pesada pequeña, ya no tienen 5 años para saltar así y yo menos 12 para recibirte, ya estoy más viejo, sabes? - dice el haciéndose el chistoso sin entender la magnitud de la felicidad que siento al verlo después de tanto tiempo, en serio necesitaba a mi hermano. - Orlando...te extrañe muchísimo - digo en un hilo de voz ya a punto de largarme a llorar. Diablos, en serio que necesito a mi familia ahora, amo a mi hermano, pero ahora mismo me encantaría un abrazo de papá...
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