Capítulo 4: Teatro y Aves

1504 Palabras
Y es en este estúpido momento donde te das cuenta que tu vida no podría ir mejor (que se note el sarcasmo).    Me siento en una de las tantas sillas del teatro, es muy lindo y grande; sus altos muros le dan un aspecto de fortaleza histórica, pero a la vez tienen ese toque elegante que lo hace sumamente espectacular, pero lastimosamente odio estar aquí. No me trae buenos recuerdos. Bueno quizás si fueron buenos, pero recordarlos no.     Esa noche no fue la mejor, la función del ave termino y por arte de magia todo acabo. -¿Qué haces? - le digo al chico ese cuando se sienta a mi lado, su presencia me asusta, estoy comenzando a creer que es un acosador. Ahora bien, no es que quisiera entablar una plática con el, era más bien por el hecho de que justamente se estaba sentando a mi lado. -Me voy a sentar, es obvio. - dijo con una sonrisa como si nada fuese nada.  -Lo que es obvio es que hay cientos de banquetas aquí, no es necesario que te sientes a mi lado. - dije observando el teatro mientras le hacía una demostración con mi mano izquierda. -Me gusta este asiento. - dice acomodándose mejor. -Pues bien por ti, ¡acosador! Yo me voy a otra parte. - dije mientras delicadamente me ponía de pie. ¡Ja! Si claro. -No te estoy acosando. ¡No seas ignorante! Estoy aquí por tu culpa. - su chillona voz me sobresaltó haciendo que uno de mis pies falseara y casi caigo por una de las tantas filas de escaleras del gran salón. -¿Perdón? - río irónica - te repito por millonésima vez, ¡No te pedí tu ayuda! - digo completamente enojada, sumándole que me había llamado ignorante, casi caigo por su culpa. -A ver allá atrás, ¡hagan silencio! - la profesora estaba en medio del escenario y todos los chicos que habían voltearon a vernos interrogantes. No quería otra ficha de maestros a mi expediente, por lo que me siento unos asientos más alejados del señor blanco, busco mis audífonos y me pongo a escuchar música, me interesa un regalado comino lo que sea que siga hablando la maestra, al final yo ni pertenezco a esta clase.  -Into cold, cold water for You. - canto en voz baja, es cierto, lo admito, tengo una fuerte obsesión con las canciones viejitas, pero es que esas también están muy buenas. Aunque yo soy de las personas que escucha una canción nueva, al principio no me gusta tanto y luego me gusta demasiado a tal punto que en cada segundo del día la escucho... provocando que le tome odio de tanto escucharla y luego simplemente un día la escucho nuevamente y recuerdo que me gustaba; como pasó con esta canción. ¿Han vivido el molesto momento en el que no dejan de pincharte el brazo y tú solo intentas escuchar música en paz? ¿No? Pues a mi me estaba pasando. -¿Y ahora que? - le preguntó claramente molesta, mis momentos son sagrados. -La profesora te está hablando. - dice como si estuviera asustado. -¿Y ahora que? - preguntó de nuevo, pero esta vez miro a la miss. -Necesito que me prestes atención niña.- dije con un tono que me causa molestia.  Ruedo los ojos y hago lo que dice, la verdad es que no quiero más problemas de los que ya tengo. Necesito guardar mi promesa de respetar a los profesores. -En este sombrero. - dijo mostrando un sombrero n***o como el de los magos que tenía en la mano. - aparecerán papeles con todo tipos de nombres, ya sean de animales o cosas. De acuerdo al papel que ustedes escojan, hablaran de lo que les salga, ya sea verdadero o no. Señorita Eileen venga por aquí. - dijo sin siquiera mirar. -¿Así que Eileen eh? - dijo el chico a mi lado. -Si prestaras más atención, te hubieses dado cuenta que mi nombre lo dijo el director... Estúpido. - y con eso me levante del asiento, caminando a paso lento hasta el centro del escenario, donde estaba la señorita. -Tenga. - dijo una vez que estuve a su lado, tendiéndome el sombrero. Saque uno de los papeles y mi respiración se corto cuando leí de lo que tenía que hablar. -¿Qué dice? -Aves. - dije con la voz entrecortada. -Comience, esto es una forma de liberar estrés, entre otras cosas. - yo lo que me quería liberar era en un sueño profundo. -Bueno, dijo que podía ser falso o verdadero? -La profesora solo asiente - En una clase de biología me enseñaron que las aves no tienen memoria y... - me detengo por unos largos segundos para después continuar. - a veces miro al cielo viendo los pájaros volar y me pregunto, en como los pájaros podrían vivir sin recordar, sin tener un momento feliz, sin recordar a quienes amas y a quienes te ayudan. - no se como pero mi mirada se clava en la de Víctor e inconscientemente sonríe. - incluso a tus amigos, una vida sin tener ningún tipo de emoción. Olvidan a su familia, amigos y cada Navidad. Sólo vuelan a cualquier lugar por instinto, al final solo mueren. Cuando vienes a ver todo su recorrido, ya sea estando en un limbo en donde quedan sus almas, no sabes a que vinieron a este mundo, su deber, no sabes nada. Luego pienso en mi vida. - sonrío de lado con amargura. - recuerdo los problemas, las responsabilidades, los dolores, las despedidas inesperadas, tristes recuerdos, las pruebas del destino, los retos y fracasos. Tantos momentos tristes que no recuerdas los buenos. En ocasiones sentirse ahogado, sin saber si podrás salir de esta porque sientes haberte ido por el precipicio. Ves que es más lo que sufres que lo que vives, y ahí es cuando dices: quisiera ser un pájaro, porque se que vivo para volar, mi prueba es sobrevivir y mi deber protegerme de la lluvia, nada me dañara, pues ningún recuerdo del pasado lo hará; feliz... No tienes memoria. Estaba en un infinito lejano del que me sacaron los aplausos de los presentes. Inconscientemente mire a Víctor, el cual me miraba triste y podía jurar ver sus ojos cristalizados. -Lo hiciste muy bien, eso fue... Hermoso. - dijo la señorita poniendo una de sus manos en mi hombro. Solo asentí con la cabeza y cuando me iba a dirigir al que había sido mi asiento minutos atrás, la campana sonó, y no pude estar más agradecida. Sentía dentro de mi millones de sensaciones, esa que había dejado enterradas, las que se habían quedado en el pasado. Aquel trágico día. El chico salió a pasos apresurados del gran salón, la chica se había ido como en un limbo, él quería saber si estaba bien. Nunca nadie había despertado tantas emociones en el como lo hacía aquella rubia. Aunque ella solo le hablara nada más y aquellas perfectas palabras lo habían transmitido a un lugar que ni sabia describir. Cuando divisó su cabellera en medio del tumulto de personas, corrió hasta ella tomándola del brazo. Ella voltio confundida. -¿Qué quieres? - dijo mirándolo confundida aún, pero él ya estaba en otro lugar y no podía siquiera articular palabra alguna, sus ojos, aquellos pares de ojos grises, como si fueran hierro, pero no, los de ella eran el cielo nublado en una tarde de tormenta, de esas que te gustan, aquellas frías. - ¡Hey! ¿Sigues vivo? -Eh si, este, solo quería, yo... ¿Estás bien? -quería morir allí mismo por lo imbécil que estaba siendo. Es cierto, era tímido, pero a su defensa, en su antigua escuela no tenía mucho que hacer, las chicas se le lanzaban y ya estaba. -¿Por qué habría de estar mal? - dijo enarcando una ceja, no le gustaba él comportamiento del chico, a otra chica le hubiese parecido de lo más tierno, pero no a ella. Sus intenciones eran las de cualquier estúpido de esta escuela, salir con ella... Etc. Quizás estaba equivocada, pero fuese lo que fuese, era mejor tener al chico lejos de ella. -Fue muy intenso lo que dijiste y sé que sentiste cada palabra. -Estoy bien niño, deja de decir estupideces. - dije soltando una carcajada. Necesitaba esquivarlo, porque si, había sentido cada palabra, pero a él no le importaba. -Tus ojos dicen lo contrario. - dijo mirándola con profundidad, como escaneando cada facción de su cara, buscando una respuesta que estaba oculta en algún lugar. -¿Y qué eres? ¿Lector de ojos o de mentes? O que se yo como se le llaman a esas personas. - dije sin importancia, dándome la vuelta para largarme de ahí, no necesitaba llegar tarde a otra clase de nuevo. -Tus ojos siguen demostrando lo contrario Rubia. - dijo para el mismo. Sabía que algo escondía aquella perfección de persona... Y él lo descubriría.
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