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1545 Palabras
Seth miró el entorno y se encontró en el centro de un escenario con una cortina que los separaba de los demás. Escuchó entrar a alguien y observó al guía James vestido de manera similar a Anthea. - Guía Allen, Esper, - les saludó con afectación - les agradezco este honor. - No quiero estupideces. - advirtió la joven - Esta ceremonia es para las luces, no para lucirte, guía James. - Se hicieron los ajustes, Guía Allen. Todo se hará según lo que solicitó. - Mas te vale. - amenazó haciendo sonreír a Seth. Su pequeña revoltosa era de armas tomar - Empecemos. - ordenó poniéndose en el centro junto a Seth mientras el Guía James se paraba frente a ellos mirando al escenario. De repente, las luces cambiaron y se proyectaron en ángulos que difuminaban la claridad de los rostros. La cortina subió revelando gradas de forma circular donde los guías y los esper ocupaban los lugares separados en dos grupos. Seth vio a Anthea hacer una mueca. - ¿No te gusta? -le preguntó. - No. - susurró para que solo el pudiera escucharlo - Los esper y los guías están emparejados y nuestras habilidades se complementan. Nunca he entendido porque debemos estar separados. - Si quieres cambiarlo. Te ayudaré - le dijo sorprendiéndola con sus palabras mientras tomaba su mano. - Sería muy hermoso de ver. – murmuró conmovida. La música entrada sonó haciendo que la gente guardara silencio. - Bienvenidos. - dijo el guía James - Nos hemos reunido hoy para la ceremonia de la generación de las nuevas pequeñas luces - se giró dándoles paso a la pareja quienes se detuvieron al borde aun tomados de las manos, lo que generó murmullos en el auditorio - En esta ocasión tenemos el honor de que uno de nuestros guías más especiales realice la bendición. Su esper lo acompaña para mostrar las habilidades y atributos que luego ayudará a unir a cada pareja de luces cuando cumplan quince años. Anthea descubrió su cabeza y pudo observar su rostro en las pantallas ubicadas en varios lugares. Inhaló tranquilizando su respiración haciendo que los tres círculos aparecieran en su pómulo. Debe haber sido muy sorpresivo ya que se escuchó un gran grito ahogado en la multitud. - Guía de tercer círculo Anthea Allen aquí presente esta noche. - les dijo - Es un honor bendecir a las nuevas luces - miró a Seth quien permanecía un paso más atrás a su lado, firme - Me acompaña mi esper, quien también es especial como yo. - sonrió haciendo que Jasper, John y sus parejas se miraran alegres. No era común ver ese gesto en ella en público - Debido a que yo los bendeciré, quiero hacer algo diferente para que puedan encontrar sus atributos - Vio que Seth se tensaba - Necesito un pañuelo para vendar a mi esper, guía James. - éste hizo un gesto para que uno de los asistentes saliera. No pasó mucho tiempo hasta que Anthea tuvo un pañuelo grande en sus manos. Se acercó a Seth y lo hizo girar para dar la espalda al público. - ¿Qué estás pensando, cariño? – susurró ansioso. - El implante. Verán que no lo tienes. - susurró pasando el pañuelo por sus sienes - Baja la capucha. Seth obedeció dejando que lo atara - Mmmm - lo escuchó mientras extendía las manos para sujetar su cintura - Esto me da ideas - rio bajo - Lo probaremos en casa. - Shhhh - pidió ayudándole a girar para quedar de frente otra vez - Hay niños. - No he dicho nada. - le dijo inocente. - Tengo que bendecirlos. No necesito esos pensamientos en mi cabeza. - Vale. - le dijo enderezándose - Me portaré bien. Anthea tomó la mano de Seth y caminó hacia el centro del auditorio, más cerca de la audiencia. Hizo un gesto para que, del suelo, subiera una silla y seis niños vestidos como guías y seis niños vestidos como esper se levantaron y se acercaron a la pareja alineados en una fila. Se veían ansiosos y curiosos, pero sin miedo y eso tranquilizó a la joven. - Sé que han llegado hace pocos días al domo. A mí me pasó lo mismo. - les dijo con una sonrisa - Estudien y aprendan todo lo que puedan cuando lleguen al Centro de Entrenamiento en la Cúpula. Será difícil al principio, pero si se enfocan en dar lo mejor de ustedes estaré muy orgullosa. - se enderezó – Selene, - dijo en voz alta - presenta a las nuevas luces, enlaza sus brazaletes al del guía que los bendice. – ordenó. - Enlace realizado, guía Allen - dijo la voz por los altavoces. Ayudó a Seth a sentarse. -Activa tu energía, - le dijo - tus brazos, palmas arriba. - el joven asintió extendiendo las manos con las palmas abiertas como lo pidió. Anthea se paró detrás de él apoyando las manos a cada lado de su cuello. Cerró los ojos y su marca se destacó aún más en su rostro. - Preséntense en orden, nuevas luces. - pidió con una sonrisa -Vayan pasando de uno a uno y pongan las manos en las del esper. A través del SICOM que me une a él podré encontrar la palabra que los define y que guiará su camino. Los niños se miraron entre si asombrados y expectantes antes de que el primero avanzara e hiciera lo que se le había pedido. Anthea lo miró a los ojos esbozando una sonrisa. - Curiosidad - le dijo y lo vio sonreír antes de regresar a su lugar. El siguiente pasó - Perseverancia. Cada niño fue recibiendo su palabra hasta que el último regresó a su lugar. - Bien hecho a todos, - los felicitó cuando todos pasaron - Selene, - ordenó - presenta los perfiles. En las pantallas apareció cada niño con su imagen, datos básicos y en la parte baja estaba la característica primordial identificada en la evaluación por la que pasaron para saber si eran metahumanos y, a su lado, la que acababan de realizar identificada por Anthea. La primera estaba enfocada en competencias de rendimiento o rango y la verbalizada por Anthea alineaba la características emocionales o psicológicas para ser de utilidad al momento de ser acoplados a su guía o esper respectivamente - Den la bienvenida a las luces de esta generación - dijo al auditorio quienes aplaudieron mientras los niños se ubicaban en los grupos de pertenencia - La ceremonia ha concluido. La joven se giró tomando la mano de Seth y lo llevó al escenario superior cubriendo su cabeza con la capucha y esperó que la cortina descendiera para liberarlo del pañuelo. Seth pestañeó varias veces para acostumbrarse a la luz. - Eso fue genial - le dijo dándole un beso rápido - Pude sentirlos. - Me alegro. - le dijo girándose hacia el guía James quien se inclinó - Déjalos descansar hoy y mañana. - ordenó - Se lo han ganado. Que coman lo que les gusta. Sus brazaletes están vinculados al mío. Recuérdalo. Esos niños son tu responsabilidad y me aseguraré de que hagas un buen trabajo. Son las luces que pediste bendecir. - Entiendo Guía Allen. - se enderezó - Lo haré. - Ahora nos iremos. Saldremos por el área de servicio. - tomó la mano de Seth y salieron del lugar atravesando algunos pasillos fuera de la vista general. - ¿No nos despediremos? -preguntó. - Mira tú brazalete. - le dijo con una sonrisa. Seth la activó mostrando un sobre en la pantalla. - Abrir. - ordenó y la pantalla virtual se abrió mostrando la imagen de una hoja al desplegarse - Puerta trasera, unicornio. Tu gente te espera con el auto. Vayan a casa - decía - Lo hiciste bien. - Olvidas ver el brazalete. - se burló Anthea divertida. - Oh, demonios, - dijo apresurado - ¿Puedes ir más rápido? - La escuchó reír - Muévete, tengo el pañuelo. Quiero probarlo - la tomó de sorpresa por los muslos cargándola sobre el hombro - Muy lenta - le dijo con una sonrisa avanzando a grandes zancadas mientras la joven reía. - Pequeña revoltosa. - le dijo dándole una nalgada al tiempo que salía al estacionamiento y vio el automóvil con Daniel esperándolos con la puerta trasera abierta. La inclinó y la dejó caer en el asiento trasero sentándose a su lado sin darle tiempo de sentarse derecha. Tomó sus piernas y las estiró sobre sus muslos - Vamos a casa - ordenó – Rápido. - Si, jefe - dijo Kevin con una sonrisa esperando que Daniel se sentara asegurando el cinturón. Anthea trató de acomodarse, pero Seth la sujetó. - Tarde - le dijo con una sonrisa. - Estás castigada hasta llegar a la casa. Estoy apurado. - Se me va a ir la sangre a la cabeza. - le dijo divertida. - No será un problema. - miró a Kevin - Toma la autopista - pidió. El hombre obedeció - Estaremos en casa en diez minutos. Si te mareas te llevaré en brazos - Anthea rio alegre ante sus atenciones y suspiró. Iba a intentarlo. Por ambos. Sería su pareja hasta que se cumpliera el tiempo.
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