"¿Cómo te sientes hoy, Carla?" preguntó Jake, tomando un sorbo de su café. Era como si estuviéramos teniendo una charla de amigos más que una conversación formal.
"Pues, la verdad, me siento mejor. Anoche fue intenso, pero también necesario, ¿no crees?" respondí, buscando las palabras adecuadas para expresar lo que pasaba por mi mente.
"Totalmente. Fue como despejar el camino para algo nuevo. Y, por cierto, este café está increíble hoy," dijo Jake con una risa. Nos reímos un poco, saboreando la ironía de cómo algo tan simple como el café podía alegrar el día.
Después de unos minutos de charla informal, decidimos abordar algunos de los temas que surgieron la noche anterior. La cocina se convirtió en nuestro espacio de confesiones y resoluciones, con tazas de café como testigos de nuestra
