—¿Y eso qué es? —preguntó Sara al ver a Olga dudosa frente a la papelera. —Ah Sara. Era un encargo del jefe pero repentinamente cambió de opinión y me pidió desecharlo o regalarlo pero no conozco a nadie que pueda querer una cosa como esta. Y yo realmente no necesito nada así —respondió Olga. —Está muy bien envuelto y seguramente es costoso ¿Por qué lo querría desechar el jefe? —preguntó confundida. Era muy extraño de por sí que el jefe tuviese un regalo envuelto que de repente quisiera desechar, tal vez era algo vergonzoso y le pica la curiosidad por saber de qué se trata. —Lo puedo tener si quieres. —Sí, como tú quieras. De todas formas el jefe lo iba a lanzar a la basura. Ten. —Muchas gracias. Lo pondré en mi escritorio por ahora, lo revisaré cuando esté en casa. —No es algo muy

