bc

Atracción Fatal

book_age18+
100
SEGUIR
3.2K
LEER
venganza
love-triangle
HE
poderoso
jefe
bxg
pelea
campus
ciudad
desaparición
friends with benefits
seductive
like
intro-logo
Descripción

Evangeline Bennet jamás consideró necesario huir del pueblo donde creció para dejar su pasado atrás y mudarse junto a su mejor amiga de la infancia a la enorme ciudad de Nueva York. Cambiar de página para despedirse de su pasado y comenzar de cero era lo único que necesitaba.

Sin embargo, el caos del que creía haber escapado se personifican al conocer a un hombre mayor, Gabriel Cleveland, sexy y con una profunda tristeza en su mirada que la llevan a adentrarse en su vida creando una atracción entre ambos. Cuando Evangeline intenta escapar de aquello es tarde porque por arte del destino conoce al primogénito de Gabriel, un joven atractivo y problemático.

Aquel caótico otoño, lo que Evangeline creía prohibido y todo de lo que buscaba escapar se convertirá en algo tentador. ¿El problema? Tarde o temprano deberá tomar una decisión y elegir solo a uno de ellos.

chap-preview
Vista previa gratis
Prólogo
Hace 11 años… — Soy tu fan número uno — una voz familiar me sobresaltó tomándome por sorpresa y me giré de inmediato colocándome de pie. — ¿Qué haces aquí? Mi voz salió desde el interior de mi garganta temblorosa y me mordí el labio sin poder apartar la mirada de mi padre que apenas podía mantener el equilibrio. Había salido de la cama nada más que para verme. Tenía los ojos cristalizados y con ojeras debajo de ellos. Se veía fatal, su delgadez era extrema y aún así se limitaba a sonreír. — Es hermoso oírte cantar y tocar el piano pero es un placer verte haciéndolo, cariño. No podía perderme semejante espectáculo. — Lo sé — sonreí con timidez y desvié mis ojos hacia otro sitio porque ver como mi padre se había consumido por completo en tan poco tiempo gracias a mi madre y el simple hecho de no poder hacer nada más que sentarme a esperar a que su hora llegara era otra forma de tortura. No podía soportarlo — . Pero vas a hacerte daño. Vamos, voy a llevarte a tu habitación. — No, sirenita — sacudió la cabeza y me detuve a mitad de camino — . Nada puede dañarme más de lo que ya estoy. Me quedé en silencio y tensé la mandíbula. » Desde aquí puedo leer tus pensamientos — murmuró mi padre llamando mi atención y justo cuando iba a abrir la boca una vez más para hablar una mueca de dolor se adueñó de su rostro reemplazando la mirada llena de comprensión y amor cada vez que ponía sus ojos en los míos. Enseguida, no tardó en retorcerse del dolor y tuve que sostener su cuerpo para que no cayera al suelo. Soltó un quejido cuando comencé a guiarlo en dirección al sofá situado a pocos metros del piano. Sin poder evitarlo, observé con tristeza su piel amarillenta al igual que su mirada. Respiraba con dificultad y llevaba el pijama empapado en sudor. — Volvamos a la habitación. Traeré la silla de ruedas y llamaré a Joel… — No. — John… — No más doctores, sirenita — intenté moverme pero cogió mis manos entre las suyas que estaban completamente frías — . No quiero volver a dormirme anestesiado sabiendo que probablemente no despierte y tenga la oportunidad de oírte cantar otra vez. Mi visión se tornó borrosa y cuando me percaté de ello, ya era un mar de lágrimas. Cerré los ojos intentando detenerlas mientras sentía la sensación de que mi mundo se desmoronaba por completo. Todo lo que creía conocer no había sido más que una mentira. — Sh — siseó y sentí las yemas de sus dedos fríos limpiar mis lágrimas — . No quiero verte así. — Y yo no quiero que te vayas. Es demasiado temprano. Para mi sorpresa, John soltó una risa. Luego de extender un vaso con agua a su dirección, tomé asiento en el suelo sin dejar de sostener su mano entre las mías. El tiempo se agotaba y en mi mente no había espacio para pensar en una vida después de la muerte de mi padre. No podía siquiera pensar en ello aún cuando sabía que era inevitable. — Es el ciclo de la vida, sirenita — dijo oyéndose tan sabio como siempre aún cuando el cáncer lo estaba matando. — Pero no mereces sufrir de la forma en que lo estás haciendo — murmuré entre lágrimas. John me contemplaba con una dulce sonrisa y temí que todo aquello terminara. — Puede que tengas razón… — ¡Claro que la tengo! — exclamé enojada y sin dejar de sollozar — . Eres la persona más buena que he conocido en mi corta vida. Aún cuando mi madre te ha hecho tanto daño… — Cariño… — ¡No, déjame terminar! — sentí el nudo en la garganta hacerse cada vez más grande buscando la forma de impedirme hablar — . Todavía cuando sabes que ni siquiera eres mi verdadero padre cuidas de mí y me amas como nunca nadie lo ha hecho. ¡Y la vida decide que es bueno hacerte sufrir de esta forma para arrebatar de mi lado a la única persona que me queda! ¡Es jodidamente injusto! Oculté mi rostro con ambas manos escuchando mi llanto que me destrozaba por dentro y sacudía mi cuerpo con violencia. La mano de mi padre no tardó en tocar mi espalda intentando calmarme y enseguida, me ayudó a incorporarme para que tomara asiento a su lado haciéndome apoyar mi cabeza en su regazo. Acarició mi cabello corto y cerré los ojos durante un momento sintiendo mis sollozos pero ya me encontraba más calmada aunque el enojo y el dolor aún continuaban allí. — Es cierto que en este mundo hay malas y buenas personas, me halaga saber que soy uno de los buenos — bromeó pero no sonreí aunque lo intentara, estaba cansada de fingir que todo estaba bien cuando no era así — , sin embargo, aún conociendo a tu madre de toda una vida, todavía estoy dispuesto a poner mis manos al fuego de que ella es buena persona. Te ama tanto como yo lo hago y lo sabes pero estás muy enojada para reconocer que lo que digo es cierto. — ¿Cómo puedes defenderla luego de todo lo que te ha hecho? — No es culpa de tu madre mi depresión ni mucho menos el cáncer. Sólo estás hablando desde el enojo y el rencor que habita en tu corazón — susurró y permanecí en silencio porque no quería discutir con él. Jamás iba a entender cómo podía estar tan enamorado de una persona que le hizo tanto daño — . Así que debes prometerme una cosa. — Papá, sabes que… — Déjame hablar — suspiré y me quedé callada dejándolo hablar — . Vete de aquí. Ve a plasmar todo el dolor que sientes en el arte. Todavía eres una niña para vivir con tanto rencor, así que prométeme que encontrarás la forma de plasmar todo lo sientas en el piano y mostrándole a todos el honor que es oírte cantar. Tienes talento y un gran futuro por delante como para desperdiciarlo. Mis ojos eran un océano en aquel entonces. » Eres mi hija y ha sido una fortuna coincidir en esta vida con alguien tan maravillosa como tú — manifestó sin dejar de sonreír un solo segundo — . Jamás dejaste de enseñarme, ya hice mi trabajo contigo, ahora ve y sé feliz. No pierdas tu tiempo condenando a tu madre por errores del pasado, sabes que somos seres imperfectos. Te amo, eres lo mejor que he tenido en esta vida, cariño. Y tengo la certeza que no soy la única persona que va a amarte como lo hago, te amarán en cuanto te conozcan porque yo lo hago desde que te conocí. Me incorporé para arrojarme en los brazos de mi padre mientras ambos llorábamos en aquel abrazo. Sin dejar de sonreír el uno al otro mientras nos secábamos las lágrimas, me separé un poco de él. — ¿Puedo pedirte un último favor? — asentí con la cabeza — . Toca para mí. No esperé un segundo más y caminé hasta el piano para tomar asiento frente a él. Acaricié las teclas oyendo el sonido llenar la gigantesca sala de estar y cerré los ojos perdiéndome en la melodía del piano mientras mis dedos danzaban en las teclas y luego comencé a cantar dejándome llevar, encerrándome en mi propia burbuja y el único escape que existía para mí desde que tenía uso de razón. Me perdí por completo en aquello y cuando toqué la última tecla, abrí los ojos para voltear hacía papá y esperar el aplauso final que siempre hacía cada que terminaba mi pequeño show privado y exclusivamente para él. Sin embargo, no llegó. Parpadee sintiendo una lágrima rodar por mi mejilla cerrando el piano por última vez. Se había ido y conmigo se quedó la promesa de no amar nunca, jamás, a nadie de la misma forma que John amó a mi madre. O eso creía…

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
54.0K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.9K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.7K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.7K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook