Club de los inmortales

Me bajo del autobús y recorro con mis ojos el campus de la Universidad Leónidas por primera vez, todo se sentía tan nuevo. El lugar está lleno de nuevos estudiantes yendo de aquí para allá pero yo no comparto su entusiasmo. Supongo que es bastante impresionante. Sacudo la cabeza ante tanta opulencia. Moví mi cabeza de un lado a otro buscando el grupo de orientación de los nuevos estudiantes, lamentablemente es obligatorio. Aunque la verdad me gustaría descubrir quien fue que me robo el primer puesto en la lista de Ingresantes. Dos chicas muy bien vestidas cuchichean cerca de mi con tono risueño. Una de ellas tiene colgando un bolso Louis Vuitton. La Leonidas es una universidad exclusiva. Ninguna otra universidad ofrece cursos de tanta variedad y calidad. Es natural que atraiga a los estudiantes más ricos. Suspiro en un esfuerzo para distraerme de mis penurias y busco el edificio Durand donde se supone que me orientarán. Una de las chicas da un grito emocionado haciéndome dar un salto. —¡Oh, Dios mío! ¡Es Nicolas! —chilla la misma chica. ¿Ese grito por un chico? Crei que el edificio se había prendido fuego o algo así —No es posible! ¿Nicolas... ¿Bla... Black? —Le pregunta la otra chica. —Estoy segura de que ese es su auto. Victoria me dijo que se había comprado igual a ese —le responde de nuevo la otra chica. —Ahh entiendo, ¿Victoria no te dijo también que se sacó la mejor nota de todas? —¡¡Exacto!! ¡Y también es inteligente! ¿Cómo es posible? ¿Ese tal Nicolas es el que me robo el primer puesto? No puedo creer que un ricachón inútil y pedante me haya ganado, debe haber hecho trampa seguro. Comienzo a caminar en dirección al vehículo n***o. Ugh, hasta su auto es demasiado lujoso, me indigna que le hayan dado una beca completa a un tipo así. Un hombre con un traje de color azul grisáceo, con cabello n***o y unos hermosos ojos verdes baja del vehículo. Me rehúso a ser intimidada por su hermosa cara. Aburrido el hombre echa un vistazo a su alrededor y después de un momento camina hacia el campus. Me acerco hacia el y lo intercepto. —¡Oye! ¿Eres el tal Nicolas? —Le pregunté. Noto un leve rastro de sorpresa en su expresión —Lo soy. Aunque no me sorprende que alguien de tu calaña no me reconozca al verme —me muestra una sonrisa afectada. —Nunca antes te había visto, y tu ropa es de una calidad... cuestionable. Además, no siquiera te has presentado. Es obvio que tu clase social es insuficiente para haber compartido un espacio conmigo alguna vez. Intento ignorar sus insultos, ese tipo de chicos pretenciosos son lo que más detesto. —¿Como lograste sacar la mejor nota? Llevo años estudiando y... —Hago una leve pausa. —Es obvio que no necesitas una beca para estar aquí, no me sorprendería que hayas sobornado a alguien para que te pongan primero. Nicolas entrecierra los ojos brevemente, pero luego larga una risa. —No se muy bien por qué mis notas te interesan tanto. —Me miró de arriba a abajo y continuó. —No te he robado nada, simplemente hice mi mejor esfuerzo... Evidentemente fue superior que el tuyo. Eso fue muy descortés de su parte, yo estuve matándome para poder entrar a esta Universidad. —Lo que no me sorprende, considerando la vergonzosa crianza que debes de haber tenido—Agregó. —¡¿Vergonzosa?! Mi crianza no tuvo nada de vergonzosa. Me enseñaron a trabajar duro y a esforzarse —doy un suspiro. —Dos cosas que, estoy segura que nunca has experimentado. Nicolas vuelve a reírse pero esta vez hay un tono amargo en su voz. —No estaría tan seguro de eso niña, los ricos se hacen ricos, justamente, por poseer esos dos atributos. Sin embargo, el trabajo duro y la dedicación no parecen funcionar muy bien en tu caso —Dijo con un tono de superioridad en su voz. Nicolas se aleja caminando antes de que pudriera decir una palabra —Guau... que imbécil —dije internamente. Aunque supongo que yo podría haber sido un poco más amable, también, quizá atacarlo apenas lo he visto no ha sido la mejor de las ideas. Aunque la verdad es que no lo ha negado cuando le he dicho que pagó para entrar a esta universidad Ugh, maldito imbecil. La alarma de mi teléfono iniciándome que estoy llegando tarde. —Maldita sea, la orientación esta a punto de empezar. Salgo corriendo al edificio Durand, me apresuro y me siento en una de las sillas vacias. Aquí adentro la suntuosidad es insoportable. Varios representantes de la universidad dan discursos sobre la vida en el campus. Soy incapaz de prestarles atención. No puedo dejar de pensar en mi encuentro con Nicolas de hace un rato, ese chico tiene una actitud insoportablemente arrogante. La orientación termina y no siento que me haya enterado de nada nuevo. ¿Todas las universidades tienen discursos inaugurales tan... sosos? ¡Estudien mucho y les irá bien! ¡No falten a clase! ¡Participen de las actividades extracurriculares! Como si alguien pagara tanto dinero para faltar a clase y no estudiar en todo el año... Bueno... quizá algunos ricachones sí... Siguiendo a la multitud, entro en lo que parece un salón de baile o un teatro con una cortina de color bordo con dorado. Al menos este salón parece un poco más normal, aunque las decoraciones son un poco exageradas. Una persona sube a el escenario parece un profesor del Leonidas. —¡Muy bien, todo el mundo! Echen un buen vistazo a su alrededor, porque estos serán sus compañeros durante los próximos cuatro años —comenzó a dar vueltas en el escenario. —Recuerden que conocer a sus compañeros es algo muy importante. Incluso podrían hacerse amigos —agregó. Hago un gran esfuerzo por no poner los ojos en blanco. Muchos de estos chicos están aquí porque sus padres tienen conexiones aquí, en esta universidad. Como ese imbécil de Nicolas... Una chica con un aspecto angelical se me acerca. —Hola, mi nombre es Victoria Abercromp. Una voz femenina me saca de mi trance. Una parte de mí quiere que seamos buenas amigas, y... , su nombre me suena de algún sitio... —Soy Olive Wells, todavía no decido cuál carrera quiero seguir. ¿Tú estás igual...? —En realidad, estudio comunicaciones, me gustaría trabajar en relaciones públicas —Respondió con mucha seguridad. —Ahh, ya me parecía que tu nombre me sonaba —respondí. —Así es. Soy la más pequeña de tres hermanos. Dudo que llegue a heredar mucho más que el apellido. Victoria mueve los dedos y sus ojos se vuelven más fríos y calculadores —Ya que nos hemos presentado... Te vi esta mañana hablando con Nicolas. Suele ser un poco... distante, digamos. ¿Por qué te molestaste en acercarte a él? —Oh, es que se las ha arreglado para robarme el primer puesto en el examen de ingreso. Estoy segura de que debe de haber sobornado a alguien —respondí. Victoria se lleva la mano al pecho. —¿Tú... qué? Perdona pero... ¿Eres tonta o qué? No se le dicen esas cosas a Nicolas Black.—dijo enfadada. —Lo siento, no entiendo a qué... Es un simple humano como tu y yo. ¿Por qué debería tratarlo diferente? —Cuestione. —¿Porque la familia Black es una de las familias más poderosas del planeta Tierra, tal vez? Si lo haces enojar... puedes tener problemas graves. Y a Nicolas, las crueldades parecen hasta divertirle en ocasiones. Puede encargarse de que nunca consigas trabajo y ni siquiera perdería el sueño por eso —dijo con un tono de angustia en su voz. ¿Tan... tan importante es? Supongo que estoy siendo demasiado imprudente. Tengo que aprender quiénes son mis compañeros. A pesar de mi inquietud, pretendo que todo eso me da igual, siento que es la mejor actitud que puedo tomar. —No me preocupa. Mis esfuerzos me han traído buenas conexiones también. Además, es un simple hombre. La expresión de Victoria se oscurece. ¿Me estaré excediendo? —Mi advertencia era una cortesía, pero es evidente que estás más perdida de lo que creía. A menos que no quieras tener una vida profesional, pídele disculpas. No pienso arriesgar el pescuezo para defenderte. No si vas por el mundo con esa actitud —Victoria se marcha con el ceño fruncido. Bueno... qué bien. No me había dado cuenta de que me estaba poniendo a prueba. Bueno la verdad es que nunca le pedí que me defendiera. Tal vez lo más prudente sea tener cuidado con ella en el futuro. Oigo una carcajada. Me giro y veo a una chica riéndose a carcajadas con las manos en el estómago. ¿Qué es tan divertido...? La chica se seca las lágrimas de los ojos, se acerca a mí. —Eso ha sido increíble. Soy Charlie Clark. Estoy en segundo año, pero me he ofrecido como voluntaria para pasar un rato con los ingresantes. Eso ha sido genial. Has puesto a Abercromp en su sitio. Ojalá todos fueran tan directos como tú aquí —da un paso a adelante y toca mi hombro. —Ja. No te preocupes, no muerdo. De hecho, soy cantante de la banda Crows at Dawn, a diferencia del resto de los estudiantes aquí, trabajé por todo lo que tengo. —Lo siento, yo.., no he escuchado tu banda... Charlie parpadea sorprendida, pero pronto vuelve a sonreír. —No somos muy famosos, la verdad. Pero aquí en esta universidad somos bastante conocidos, tal vez deberías venir a uno de nuestros ensayos alguna vez. —Suelo estar muy ocupada, pero seguro puedo hacerme un hueco en la agenda —la verdad Charlie me agrada pero, es verdad últimamente estoy muy ocupada Charlie sonríe aún más. —¡No puedo esperar a verte ahí, entonces! Es una chica agradable. No como esa falsa de Victoria. El profesor vuelve a subir a el escenario. Aclara su garganta. —Muy bien. Ahora, por favor, divídanse en grupos y busquen a alguno de nuestros guías, ¡Guías! ¡Levanten las manos! Charlie levanta la mano. Luego, me susurra algo. —Quédate conmigo. Tengo planeado un tour muy divertido. —Está bien, me quedaré contigo —le respondo también susurrando. Momentos más tarde... —A muchos les gusta hacer picnics en el césped, especialmente durante primavera y otoño —indica Charlie. Espero no estar tan ocupada y poder balancear el estudio y el trabajo para participar en actividades extracurriculares. Me desanimo un poco ante esto pero de inmediatos reintegro. Es una lástima que no me haya inscripto para vivir en el campus... Pero no tenía sentido hacerlo, vivo demasiado cerca. Aunque es parte de la experiencia de la universidad...