[AÑOS ANTES] —¡Vamos, Susan! Será una fiesta muy divertida, no tienes que beber si no quieres, y tampoco socializar con alguien es una obligación. Puedes quedarte solo conmigo, tomar ponche si no quieres alcohol y podemos bailar toda la noche juntas. ¿Qué dices?. —No —Fue mi tosca respuesta a su arrebatada invitación, que era para mí una pérdida de tiempo. Tenía sobre la mesa cinco libros de derecho que leer, tres ejemplos de casos que resolver y una simulación de juicio a la que asistir mañana a primera hora. Si había algo que no necesitaba ahora, era ir a una inútil fiesta de antifaces. Sin embargo, si algo caracterizaba a Alejandra Andrews Johnson, era su poder de convencionalismo y su forma de aludir a los demás, y conmigo no tenía que hacer un gran esfuerzo. —Te prometo no a

