Ese sujeto era un idiota, insoportable, indeseable y… bueno, no, no era indeseable y eso era lo que me tenía más molesta. Que no pude reaccionar como solía hacerlo con la mayoría de los tipos con los que me cruzaba, cuando me sugirió aquello, o más bien me puso a elegir. ¿El caso o su cama?. En definitiva, estaba loco. No podía renunciar al caso porque era el caso que me anclaría a la lista del club de los socios VIP de los mejores abogados del país. Tenía mis ambiciones, y Kilian Black no me arruinaría con sus aires de grandeza y su increíble forma de hacerme dudar. Me había metido en la boca del lobo y compartir su cueva no estaba en mis planes. Al final de aquel incómodo y poco ordodoxo momento, lo empujé y me libré de sus manos en mi cintura, alejando de la misma forma sus labios

