P.O.V. Sky
Termino de despedirme de toda mi familia, mi hermana menor me abraza por la cintura susurrando algunas palabras haciendo que mi corazón lata más rápido. Doy una última mirada sobre mi hombro antes de emprender mi camino hacia la salida del lugar.
Escucho algunos gritos por parte de mi hermana, sonrió de lado, nunca van a cambiar siempre son así. Después de llegar al paradero, me siento en una de las bancas esperando el bus que me lleve devuelta a la ciudad donde ahora se encuentra la universidad que estoy residiendo. Saco de mi mochila un libro y lo empiezo a leer mientras espero la llegada del bus.
No les voy a decir que estoy bien, porque les diría una completa mentira, en realidad, me encuentro hecha un desastre tanto física como psicológicamente gracias a que... da un poco de vergüenza, pero igual lo diré, en mi casa nos cortaron el agua hace un mes debido a que no la pagamos y ahora mis hermanos tienen que ir a visitar a nuestro tío por parte de mi padre y yo pues no me llevo muy bien que digamos y en la parte psicológica, emocional no me encuentro bien porque no me gusta dejar a mi mamá sola con mis hermanos, en realidad, no me gusta las despedidas y mucho menos las de mi familia siento que se despiden para siempre como que si nunca voy a volver.
Levanto la mirada debido al ruido que hay a tan solo unos metros cerca de mí. Tomo mi mochila y la llevo a mis hombros al ver al autobús acercarse. Estiro una mano para llamarlo, el bus se detiene y sin más, me subo en él. Pago el pasaje y me siento en uno de los asientos posteriores ya que no hay demasiados.
Una vez allí saco mis audífonos y me los coloco para después continuar leyendo el libro. Solo se una cosa, va ser un viaje muy, pero muy largo.
(...)
Abrí mis ojos como pude al ver que el taxi ya se acercaba a la universidad. Saque mi billetera como pude y sin mas, le pague al taxista. Él se despidió y después de darle un "gracias" subí las gradas como si mi vida dependiera de ello. eran más de las tres de la mañana, pero no me importaba en lo absoluto que despertara a la gente, tenía que llegar y darme un baño sea como sea.
Abrí la puerta de la habitación que compartía con Zayn. Entre de puntillas con la esperanza de no despertarlo cuando mi vista viajo hacia donde se encontraba su cama, vacía, si vacía. Un suspiro se escapó de mis labios, prendí la luz y me tire en mi cama. La habitación se miraba muy sola, aun había rastros de pintura en el piso, pero no importaba se miraba como que si nadie hubiera estado ahí por meses ¿acaso me había un año?
Vacié mi mochila y sin más, salí hacia los baños con una toalla en la mano y la polera que me había prestado de Zayn que hasta ahora no se la devolvía, pero ya la había lavado. Prendí la luz de los baños gracias a que se encontraban apagadas para después ir a una de las banquitas y dejar mi ropa cerca de la ducha, abrí el agua esperando a que este caliente, pero claro que no me importaba demasiado gracias a que ya estaba acostumbrada a bañarme con agua helada, en mi familia nunca habíamos tenido una ducha con agua caliente, raro, pero cierto.
Mi mano toco el agua después de unos segundos, estaba caliente. Me saqué mi ropa, y me metí dentro de la ducha. El agua acaricio mi cuerpo haciendo que cerrara mis ojos, me gustaba estar bajo el agua era muy relajante. Tome la botella de shampoo, saque un poco de ella y unte el shampoo en mi cabello haciendo pequeños masajes en mi cabeza, después de ello me enjuagué para después echarme el re- acondicionador, tome la barra de jabón entre mis manos y la pase por todo mi cuerpo para después enjuagarme. Finalmente, antes de salir de la ducha enjuagué mi cabello que se encontraba con re- acondicionador. Una vez que sentí que ya me encontraba completamente limpia salí de la ducha envuelta en una toalla color amarillo.
Miré a mi alrededor, no había ni una sola persona entonces sin vergüenza empecé a cambiarme con toda la paciencia del mundo, primero la ropa y después me puse a cepillar mi cabello. Me mire en el espejo estaba presentable si me encontraba con alguien, tenía la polera de Zayn que me llegaba hasta la mitad de los muslos y un pequeño short que era tapado por la polera de él. No tenía miedo de encontrarme con algún pervertido gracias a que no era una de las chicas que... ¿Cómo explicarlo? No me preocupo por mi cuerpo, no tengo demasiadas curvas, en realidad, son casi inexistentes así que si encuentro a algún pervertido no creo que se quede mucho tiempo conmigo.
Tomo las cosas que tengo y salgo del baño, no sin antes dejar en su lugar todo lo que moví y apagar la luz. Subo por las gradas sin ninguna prisa hasta que llego a mi piso y empiezo a caminar por mi pasillo es ahí donde empiezo a acelerar mi paso gracias a que escucho algunos gemidos en las puertas que paso. Con un poco de torpeza abro la puerta de la habitación, una vez que me encuentro dentro me dejo caer en una de las paredes.
Mi corazón deja de latir al momento que una maldición se escapa por mis labios. El olor a cigarros continúa invadiendo mis fosas nasales, levanto la mirada con la esperanza de encontrar la ventana abierta. Y si, estaba abierto, pero no era lo único que estaba abierto también se encontraba abierto el pequeño ¿balcón? - Si, así se le puede decir – que teníamos en la habitación. Un poco dudosa me acerque hacia donde se encontraba el balcón abierto.
Deje las cosas en mi cama y aun con la luz apagada camine hasta llegar al balcón. Una persona se encontraba recostada en el balcón fumando un cigarrillo y uno era cualquier persona, no era nada más y nada menos que Zayn. Al sentir mi presencia ni se inmuto solos siguió haciendo lo que hacía hace unos instantes.
- ¿Qué... haces aquí? – su voz ronca inundo mis oídos. Levante la mirada para encontrarme con su profunda mirada. Era perfecta.
- yo... tenía que volver – dije tratando de sonar lo más casual posible. El humo salió de su boca como si de un completo experto se tratara, ni siquiera tocio solo lo hizo con la mayor naturalidad del mundo como que si su cuerpo ya estuviera acostumbrado.
-pues ve a dormir, mañana tienes que... - dejo la frase en el aire. Negué con la cabeza para luego decir: - no. –
- ¿Qué? – articuló mirándome completamente. Sus ojos verdes se encontraban oscurecidos varios tonos, pero no me importo en lo absoluto.
- vamos adentro – dije tomándolo del brazo, pero al instante me arrepentí al escuchar un gemido adolorido salir de sus labios. Baje mi vista hacia sus brazos. Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo.
Se encontraban golpeados.
Continué observando sus brazos que se encontraban con algunas raspaduras y con moretones hasta que llegué a sus nudillos, estaban ensangrentados.
-¿Qué paso? – articule con un hilo de voz. Zayn sonrió de lado.
- él imbécil quedo mucho peor – dijo esquivando mi mirada.
- vamos adentro... tengo que curarte esas heridas –
- estoy bien no te preocupes – dijo arrastrando las palabras y fue ahí cuando me di cuenta que había tomado.
- te vas a resfriar, te curo las heridas y si quieres puedes seguir afuera-
- no me vas a dejar en paz ¿verdad? – pregunto. Asentí con la cabeza, no lo pensaba dejar así después de ver sus golpes.
Una vez que Zayn tiro la colilla del cigarrillo se levantó y entramos adentro juntos gracias a que yo tenía miedo que se pueda caer. Se sentó en su cama y yo en la mía mientras buscaba el alcohol y las venditas que siempre llevaba conmigo.
Una vez que las encontré me acerqué a él para preguntar: - ¿dónde mas tienes golpes? – se quitó el polo tan pronto como lo dije dejando expuesto todo sus abdominales haciendo que mis hormonas se alboroten. Trague duro.
- ¿te pongo nerviosa? – pregunto moviendo su cabello. Una risita nerviosa broto de mis labios a la vez que bajaba la mirada.
- olvide el algodón- dije para mí misma y me levante de su cama para ir a la mía en busca del algodón. Mi bolso cayo debajo de la cama, suspire, y con mucha pesadez fui a recogerla, pero no de la manera correcta, sino que me apoye en la cama y como si fuera un murciélago me agache hacia abajo. Una vez que me levanté con el rostro más rojo de lo normal encontré a Zayn mirándome entonces recordé... tenía su polera.
-oh! Lo siento, no te devolví tu sudadera, ahora te la doy – dije tomando cualquier chompa dentro de mi maleta.
- no te preocupes. Te da mejor a ti, resalta tus piernas. –
Bufe.
Y me sonrojé.
-estas ebrio, no sabes lo que dices- dije negando con la cabeza y cruzando a su cama para poder curarlo.
- ¿no sabes que los niños y borrachos dicen la verdad? – tan solo reí. Unte un poco de alcohol en el algodón y tome la mano de Zayn. Una corriente volvió a recorrer mi cuerpo, Zayn se tensó.
-bien, esto te va doler un poco. No te preocupes. – Zayn asintió y sin más, pase el algodón por la herida. Un grito ahogado salió de los labios de él. Con su otra mano agarro las sabanas de su cama y las apretó. No dije nada, era normal.
Después de ello tome otro alcohol y unte un poco de ello en otro algodón. Pasé el algodón por otra de sus heridas para después ponerle la gasa y así fui repitiendo el procedimiento hasta que solo quedaron los hematomas. Tome un poco de crema en mis manos y las pase por sus brazos. Sus brazos se tensaron, levante la mirada y vi que tenía la mirada de Zayn puesta en mí, no dije nada tan solo continúe haciendo mi labor con la mirada puesta en sus ojos de él.
Su respiración se volvió más pesada al igual que la mía. Su mirada me atrapaba. Pasaron unos segundos cuando terminé de untar la crema y me di cuenta en la posición en la que me encontraba: estaba entre las piernas de Zayn sentada en ellas, al instante el color subió a mis mejillas y me separe de él.
-creo... que... deberíamos dormir – dije nerviosa. Abrí mi cama y al instante me metí en ella, no espere la respuesta de Zayn, aunque, nunca llego o sí, pero de otra forma, apago la luz dando a entender que estaba de acuerdo conmigo. La estancia se hubiera sumido en un gran silencio sino hubiera sido por los latidos rápidos que daba mi corazón que parecía que estaba por salirse.
¿Qué me estás haciendo Zayn?