Dejo que mis lágrimas resbalen por mis mejillas dejando que mojen mis mejillas, ya sabía que mi jefe fuera un hijo de puta, pero no lo creí capaz de obligarme a casarme con él, o a que me...
Me levanto temprano y regreso al trabajo con una buena actitud. Aunque me siento de la mierda.
Subo por el ascensor hasta llegar a mi piso, me siento en mi escritorio esperando que se le haya olvidado lo que me dijo ayer.
Duro unas horas en mi labor cuando escucho que me llama por teléfono, descuelgó para poder hablar. Entro en su oficina y antes de que hable él lo hace.
-Puedes irte el día de hoy-dice y eso no me lo esperaba ya que falta medio día para que me vaya-. En tu cuenta bancaria hay nueve mil dólares, quiero que te compres un vestido y zapatos, no te estoy preguntando.
-Señor ya le dije que no quiero un matrimonio-me doy la vuelta cuando me toma del brazo.
¿En que momento se puso a mi lado?
-Ya te lo dije-dice en tono neutro y autoritario, su mano me toma la otra y junta a su cuerpo-. Tú te vas a casar conmigo aunque no quieras, y no hay quejas ni nada, te vas a buscar eso que te dije.
-Señor... No porque no tenga pareja significa que...
Me besa los labios a la de fuerza, al principio intento alejarlo pero no me permite retroceder, pero después termino cediendo a sus deseos, mis labios siguen el movimiento de los suyos.
Sus manos bajan por el costado de mi cuerpo, me jala y sin pensarlo termino sentada en el escritorio, mi blusa sale volando por encima de mi cuerpo.
Y el saco de él cae al suelo.
Comprende lo que estamos haciendo hasta que tocan la puerta interrumpiendo lo que estamos haciendo.
-Demonios Ares-su mamá, me lleva la chingada-, te doy cinco minutos para que ella se vista.
No había notado que mi falda está a sus pies, sale de la oficina y no tardó en ponerme de pie y tomar mi ropa. Ares me pone la blusa de nuevo, mientras me subo la falda y acomodo mi cabello.
-Vete a hacer lo que te pedí-su camisa ya está de nuevo en su pecho.
La puerta se abre antes de que hablé, la madre de Ares vuelve a entrar y nos mira con una expresión fría.
-¿No te da vergüenza Ares?-reniega ella-Tu padre me dijo que estabas comprometido y que el viernes iríamos a cenar... No le creí y vine a que tú mismo me lo dijeras y ve con lo que me encuentro. A punto de que te revuelques con tu...
-Prometida-contesta él antes de que su madre siga.
-¿Ella es tu prometida?-pone su mano sobre mi cintura.
-Buenas tardes señora Hera-saludo consiente el que no tengo las gafas puestas.
-¿Eres su secretaria?-pregunta con curiosidad no con mala intención.
-Era mamá-me asombra el tono natural para sus cosas-. Elena ya no será mi secretaria de aquí hasta que la muerte nos separe.
-Todavía no nos casamos-ni idea de dónde salió esa forma de contestarle-. Me retiró, un gusto verla de nuevo señora Hera, amor nos vemos mañana.
Salgo de la oficina después de darle un beso en los labios, bajo hasta la zona de mercadotecnia y le digo a Lola que me acompañe a comer, lo hace ya que es su hora de comer.
Nos sentamos en el restaurante ya conocido y empezamos a platicar hasta que llega Arturo, un amigo de ambas.
Gay, por cierto.
Les cuento lo que será de mi vida a partir de unos días, y ellos solo me desean suerte en mi matrimonio, nunca he tenido secretos con ellos y este no será la excepción.
-Pues ve el lado bueno-empieza a decir Lola-, ya no vas a trabajar.
-Pero yo quiero trabajar-me quejo-, nunca me ha gustado no hacer nada, no digo que no disfruto descansar o él no hacer nada.
No ven que sólo perderé toda mi vida.
Duramos hablando por horas y horas, lo que me parece una abominación ya que el tema principal es mi boda y ellos la quieren organizar. Les digo que no les prometo nada, me voy a casa después de escuchar tanta tontería sobre preparativos de boda.
Llegó a casa y me acuesto en mi cama cansada de todo, cansada de mi vida, cansada de mis pensamientos y cansada de mi jefe que me va a hacer mierda.
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Compro un vestido n***o que me llega hasta los pies y otra cosa para combinar el atuendo además de unos zapatos altos que me quedan de maravilla y que podré usar después.
Llegó a una tienda y me mido un par de blusas, algunas olgadas y sueltas, otras ajustadas a mi figura, estoy pagando cuando veo en televisión nacional una fotografía de Ares con una modelo de uso veinticinco años, miró la imagen buscando un rasgo de compromiso pero no lo hay. La chica le sube al volumen de la televisión para poder escuchar con atención.
-Al parecer nuestro hombre de negocios, a encontrado con quién compartir su vida-vaya actor-, el amor lo ha flechado-ruedo los ojos pero dejo que siga-, nuestro empresario se casa a final de este mes-pasan las imágenes de la modelo y de él-. Tristemente no es con la modelo venezolana que todos creíamos-ahora si me confundo-, ellos terminaron su relación unos meses atrás-una foto mía es puesta en vivo y en todo color junto a él, una que fue tomada en una fiesta de la embajada colombiana hace como unos tres meses me estaba cayendo y él evito que me rompiera la cara, pero lo que más me llama la atención es que no parece que estuviera ebría como lo estaba ese día. Parece que de verdad somos pareja-. Nuestro gran soltero se comprometió la semana pasada con esta chica que se a robado su corazón según él. Por el momento es todo lo que nos informó nuestro reportero.
La chica baja el volumen y suspira con tristeza, te lo regalo.
Pago y salgo de la tienda con rapidez, tomo un taxi para que me lleve a mi casa, al llegar a mi departamento hay un vehículo estacionado afuera, no le tomo interés y entro a mi hogar con rapidez.
-¿Es mucho pedirte que me digas que te vas a casar?-me doy la vuelta y está sentado sobre mi sillón.
-No tengo que decirte nada-me encaminó a mi cocina para empacar mis cosas.
Me hago pendeja por un rato para que me deje en paz pero lo que provocó es que se moleste y me estampe contra el lavabo.
-¡Suéltame!-pido pero no me deja.
-¡Tú y tu bonito cuerpo son míos!-me grita en el oído dejándome con ganas de matarlo.
Se separa de mí y recibo una patada en las costillas, seguida de muchas más y de unos golpes más que me dejan claro que me matará si se lo propone.
Me deja tirada en medio de mi sala y se va dejándome el dolor en el cuerpo y mente.
No sé cómo logro ponerme de pie y enviarle un mensaje a Lola para que venga por mí y me lleve al hospital.
Espero no sé cuánto tiempo hasta que llega y se deja caer a mi lado al verme llena de sangre que mi cuerpo se encargó de sacar por mi boca.
Entre ella y Clark, su novio y amigo mío desde que tengo razón me llevan al hospital más cercano. Van a una velocidad altísima y casi se estampan un par de veces tanto que una patrulla los detuvo pero al ver como estoy ellos mismos los escoltan al hospital, los paramédicos son los primeros en recibirme y poner una camilla para trasladarme al quirófano para operar lo que tenga que ser operado o ver sino tengo algo roto.
Duro horas adentro del quirófano hasta que me llevan a mi habitación y ahí es donde entiendo que me fracturo casi todas mis costillas, y que me lesionó gravemente.