El inicio del fin
El mundo estaba dividido por cuatro grandes imperios, cada emperador dirigía su imperio con audacia y valentía, cada uno de ellos se ubicaba en unos de los cuatro puntos cardinales, al sur el imperio Romanet que era el mas débil de los cuatro, al norte se ubicaba el imperio Sorne uno de los imperios que comercializaba armas de guerra, al oeste estaba el gran imperio Berlans quien era gobernado por emperadores sabios, superaban en números y estrategias a cualquiera de los cuatro imperios y por ultimo el imperio Nord que era uno de los que poseían grandes tierras gracias a las guerras, era el imperio mas ambicioso que existía también era conocido como el imperio sangriento que había conquistado los reinos cercanos. En medio de los cuatro imperios se encontraba un país neutral y democrático que poseía grandes riquezas como oro, gemas, diamantes, perlas, todo tipo de piedras preciosas y estas eran distribuidas a los cuatro imperios.
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En el imperio de Nord existían privilegios sobre las personas nobles de alto rango mientras que los plebeyos eran tratados con indiferencia, muchos de ellos carecían de lo básico para sobrevivir, dándoles un trato diferente a pesar de ser iguales lo único que los diferenciaban era la riqueza y el poder.
En una familia plebeya que vivía cómodamente nació Kill Bellevord que en un futuro sería conocido como el mayor villano del imperio.
Era un día hermoso en el que el cielo estaba despejado y la luz del sol entraba por la ventana mientras el viento ondeaba las cortinas suavemente, a mi lado se encontraba mi hermana mayor, que tenía 17 años, dos años mayor que yo, ella era una chica amable, cuyo pasatiempo era enseñarle a leer a los niños de nuestra pequeña aldea su nombre es Alice cuya belleza es radiante con unos ojos que se asemejan a las hermosas perlas negras con el cabello abundante y largo de un color plateado con finos rizos, era considerada la belleza de nuestra aldea muchos la comparaban con un ángel, no solo por su deslumbrante belleza sino también por su gran bondad, mis padres eran granjeros, así que estábamos rodeados de animales, cultivábamos plantas las vendíamos en el mercado, era poco lo que teníamos, una humilde y acogedora casa y comida caliente sobre la mesa, que más podía pedir.
-Kill, por favor, apresúrate a ordeñar las vacas si es que aun quieres asistir al festival – exclamaba mi madre mientras lavaba los platos.
Era cierto, hoy era el festival en el que se celebraba la llegada del príncipe heredero después que regresaba del campo de batalla, por esta razón el emperador Artur II había organizado un gran banquete en el palacio real, aunque los plebeyos no tenían permitido el acceso al castillo solo dábamos vueltas en la plaza ya que si nos adentrábamos éramos detenidos por los guardias, solo los nobles de alto rango podían, pero de igual forma la celebración se llevaba en toda la plaza donde se hacían danzas y cantos para celebrar la victoria y venerar a los caballeros que no pudieron regresar con vida después de la guerra
-Me apresuraré madre- exclamé con cierto tono de entusiasmo- mientras mi madre pintaba una ligera sonrisa
-Kill, debes apresurarte para que podamos ver a los caballeros que regresaron del campo de batalla- exclamó mi hermana
-Si, lo haré- conteste, terminado de ordeñar las vacas y llevar el jarrón de leche hacia la cocina
Después de unas horas se cayó el atardecer, así que nos preparamos para salir, yo vestía de forma casual, como siempre, nada especial, mi hermana de igual forma iba vestida de manera sencilla, llevaba puesto un hermoso vestido azul que a pesar de que no llevaba tantos adornos ni joyas, le daba un aspecto angelical, mi hermana siempre lucia bella con lo que sea que se pusiera.
Estaba ansioso así que sostuve su mano y la jalé, quería ver a los caballeros como había comentado mi hermana, para mi el trabajo que hacían era honorable y los admiraba por su gran valentía, si tan solo tuviera una oportunidad, definitivamente iría al campo de batalla.
-Apresúrate- grite mientras tomaba su mano
Ella asintió con una leve sonrisa, mientras le dijo a mi madre
-Madre, en un rato volveremos, no te preocupes por nosotros
-Cuida bien de tu hermana- gritó mi madre para que pudiéramos escucharla, y poco a poco nos fuimos alejando hasta ver su pequeña figura decirnos adiós.
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Las luces en la plaza estaban encendidas, se escuchaban voces muy apresuradas por los preparativos, el centro de la plaza estaban las chicas y chicos listos para su baile quienes vestían ropas extravagantes, al lado se encontraba la estatua del antiguo emperador que llevaba una corona puesta y una gran capa, era el emperador que había gobernado el imperio de Nord con justicia y hazaña, quien eliminó el poder de los magos quienes habían traicionado al reino y estaban a punto de atacarlo, por esta razón aun después de su muerte se le venera.
Kill estaba tan inmerso en sus pensamientos, observando detenidamente a su alrededor, pero los chiflidos y palabras obscenas hacia su hermana le hizo percatarse de lo incomoda que se llegaría a sentir, así que miro con furia aquellos chicos que se agrupaban en una esquina, pero Kill para ellos no era la gran cosa ya que lo consideraban un niño pequeño
-Kill, no prestes atención hacia las cosas que otras personas puedan decir, no llegan a ofenderme, venimos aquí para pasarla bien, así que tranquilízate, si te portas bien el día de hoy cuando lleguemos a la casa te prepararé la tarta que tanto te gusta- dijo su hermana quien tomaba la mano de Kill y trataba de tranquilizarlo, Kill era un chico con un carácter impulsivo desde que era niño así que se preocupaba de que armara un alboroto.
Al oír la voz tranquilizadora de Alice, Kill se calmó, después de todo Alice tenía la razón, a pesar de su apariencia ingenua era una chica inteligente y disciplinada con aspiraciones que parecían casi imposibles, fundar una pequeña escuela y enseñarle a los niños de la aldea a leer y escribir eran sus sueños, mientras que Kill planeaba unirse a los caballeros imperiales para pelear por su nación, mientras juraría lealtad al próximo emperador, quería ser reconocido por las personas como un héroe así poder llevar el titulo del caballero dorado pero, tan pronto como escuchó las palabras de su hermana desechó la idea.
“Killl, quiero que vivas una vida tranquila” fueron las palabras de su hermana que lo miraba con angustia, desde entonces Kill solo pensaba en hacerse cargo de la granja de sus padres, solo así su hermana y sus padres podrían estar tranquilos, Kill daba gracias todas las mañanas por lo poco o mucho que tenía, el hecho de ver a sus padres y hermana sonriendo y compartiendo momentos felices era suficiente para estar agradecido, por ello rezaba todos los días, por el bien de las personas que amaba y deseaba permanecer así.