- Está bien, entonces, ¿cómo creamos este ... otro tótem?" - Me volví hacia Ceorge. - Debes ir a la última parada del bus de cercanías. Allí vive una bandada de perros callejeros. Compra un trozo de salchicha o algunos embutidos de la tienda en el camino. En resumen, tu tarea es traerme aquí el perro más sano. Será el segundo tótem. Entonces haré todo bien. - ¿Cuanto costará eso? - espetó Miguel de repente. George lo miró de tal modo que Miguel hundió su cabeza entre sus hombros y miró hacia abajo. - Chicos, soy un científico e iniciado con los chamanes de la tribu Navajo, - comenzó decir George con voz gélida. - Veo que alguien te ha gastado una broma cruel, y juntos debemos corregir esta situación. O Rangivak regresará al mundo de los espíritus o tú, Miguel, morirás pronto. Y fíjense

