6- La charla sucia mas extraña

2106 Palabras
DECLAN Por un momento, todo lo que puedo hacer es mirar a Jazmín con la boca abierta. —¿Acaba de decir mi muestra? De ninguna manera. ¿un maldito vaso para orinar? ¿Está loca? No debería estar enojado. No me está pidiendo exactamente una dificultad. Pero tener un orgasmo en un vaso no es lo que quiero. Ella sí, y hasta hace cinco segundos, pensé que estábamos de acuerdo sobre este acuerdo. He estado deseando llevar a esta sexy petardo de mujer a mi cama esta noche, no darle mi semen en un vaso de plástico esterilizado. Que maldita decepción. —¿Hay algún problema? — pregunta, parpadeando. Consigo descongelar mi cerebro lo suficiente como para responder. Inclinándome más cerca, digo en voz baja: —Diablos, sí que lo hay. No me voy a masturbar en un vaso para ti en el baño de un restaurante mexicano. ¿Qué creías que quería decir con hacer esto “a la antigua”? No estaba hablando de usar una mantequera— —Por supuesto que sabía que hablabas de tener sexo. No soy tan ingenua. Y no pretendía que lo hicieras aquí— dice, y puede que sea mi imaginación, pero creo verla sonrojarse un poco, —Solo decidí que el acto físico de tener un bebé no funcionaría para mi— —¿Por qué no? — ¿Podría haberla malinterpretado tanto? De ninguna manera. Si algo sé, es como saber si una mujer está interesada en mí, y Jazmín ha estado mostrando todas las señales desde el momento en que nos conocimos en ese ascensor. —Porque no quiero provocar ninguna…complicación— duda. —Mira no te lo tomes a mal, parces genial y todo eso, pero apenas te conozco. Nos conocimos hace dos días. Cenamos juntos una vez. Paso más tiempo decidiendo mi próxima compra de zapatos que el tiempo que hemos pasado juntos— ¿Eso es todo? Así que no es del tipo que folla en la primera cita, no es para tanto. ¿le preocupa que intente apresurarla? Nunca haría un gesto de imbécil como ese, pero claro, como acaba de señalar, no me conoce lo suficiente como para saberlo. Tengo que ganarme su confianza por las malas. Le dedico una sonrisa tranquilizadora. —Ese es un problema fácil de solucionar. Podemos seguir saliendo y tomar las cosas con la calma que necesites— —Pero no quiero tomarlo con calma— Levanto las cejas. —¿Ah? También puedo hacerlo rápido— Baja la mirada por un segundo y tartamudea. —E-eso no es lo que quise decir. siento que conectamos, pero simplemente no tengo el tiempo ni la energía para nada mas— Oh, ahora lo entiendo. Parece que estamos en el mismo barco cuando se trata de citas. Junto los dedos delante de mí barbilla. —Entiendo por qué lo dices. Pero el sexo no tiene por qué complicar las cosas— De hecho, en mi experiencia, a veces las hace maravillosamente simples. —Si solo quieres ser amigos con derecho, me parece bien— le dedico una sonrisa lobuna. —Mas que bien en realidad— Sus ojos permanecen firmes como una roca, impasibles ante mi coqueteo. Este es el tipo de mirada que les he dado a oponentes condenados en la mesa de negociaciones, y siempre gano. Pero algo en la confianza de Jazmín me deja inseguro. Con un suspiro dificultoso, explica: —Este pequeño vaso asegura que evitemos caer en cualquier tipo de relación en primer lugar. Ya tengo un plan de vida elaborado, y no incluye a un hombre— —Entonces es una suerte que nunca tenga relaciones de todos modos— cuando parpadea como un búho, explico. —Déjame explicártelo todo. Claramente eres una mujer muy ocupada, y yo soy un hombre muy ocupado. Estoy casado con mi trabajo. puede que no sea el matrimonio más feliz, pero sigue siendo mío, y no soy infiel. Mi vida no tiene espacio para nada más que aventuras de una noche. No he tenido una novia estable en casi una década. Mierda, apenas tengo tiempo para tomar una cerveza con mi mejor amigo una vez a la semana, y mucho menos para cuidar a un niño. Así que si, todo lo que quieres es que te deje embarazada y luego me largue de tu vida, eso me parece. perfecto— —Si, eso es todo lo que quiero, sin ataduras y que las cosas se hagan en mis términos…antes y después, si me entiendes. ¿Y si cambias de opinión? — cruza los brazos sobre el pecho. —No quiero preocuparme por esa posibilidad. Parte de la razón por la que recurrí a un banco de esperma es para que algún día no apareciera de repente un extraño exigiendo derechos de paternidad— —Te juro que este niño será cien por ciento tuyo. Estoy dispuesto a poner esa promesa por escrito, si quieres. No me involucraré ni opinaré sobre como lo crías. Créeme, estoy feliz de no hacer nada más que echar una mano—  Muy, muy feliz. La expresión de Jazmín cambia de terca a pensativa. Se muerde el labio inferior y luego responde lentamente: —Bueno, si es legalmente vincularte, tal vez. Y he oído que los orgasmos facilitan la absorción de esperma, así que supongo que tener relaciones sexuales en lugar de inseminación artificial podría no perjudicar mis posibilidades de fertilización— Esta es la charla sucia más extraña que he escuchado, pero me quedaré con mis victorias como sea que pueda conseguirlas. Está dispuesta a considerar la idea, o al menos a dejar de importarme esa maldita taza. Aprovecho la oportunidad para insistir en mi punto. —Usar una muestra de esperma frustra todo el propósito de mi oferta de todos modos. La razón por la que sugerí esto en primer lugar es para que no tuvieras que recurrir a… ¿Qué fue lo que dijiste que hacen? Cateterizar tu cuello uterino en alguna clínica fría— hago una mueca y no puedo evitar notar la forma en que la boca de Jazmín también se ha curvado hacia abajo. —Es un buen punto— se encoge de hombros. —¿Y estás seguro de que podré ser libre de esto? — Asiento. —Absolutamente. Serás libre de seguir tu propio camino. Demonios, si el niño quiere subirse a un tren y huir para unirse al circo, por mi está bien. siempre y cuando nunca lo dejes volverse vegano. Resopla, intentando no sonreír. —Dijiste que no tendrías ninguna opinión— Levanto las manos en señal de derrota fingida. —Bien. Ahora, guarda ese vaso por el amor de Dios— Suspira, pero lo guarda en su bolso, y me alegro de verlo desaparecer. Luego añade. —Hay un tema más del que deberíamos hablar— —Déjamelo a mi— sea lo que sea, estoy seguro de que puedo lidiar con ello. —Puede que esto no sea algo de una sola vez. Puede que tengamos que seguir intentando concebir durante meses. Y ya que tendríamos sexo sin protección, necesitaría ver una copia de los resultados de tu prueba para asegurarme de que tienes un certificado de buena salud, y tendrías que aceptar dormir solo conmigo hasta que terminemos— Sus ojos son agudos, evaluándome, pero también hay vulnerabilidad en ellos. una pizca de inquietud mientras espera a ver como reacciono. —¿Puedes comprometerte con esas condiciones? — Debería estar enloqueciendo. ¿Acostarme con una sola mujer durante el tiempo que le lleve orinar en una prueba de embarazo? Básicamente me está pidiendo monogamia hasta nuevo aviso. Pero, por extraño que parezca, me doy cuenta de que estoy lejos de estar desanimado. Y no solo por sus garantías de no encariñarse. Ya puedo decir que tenerla una vez no será suficiente para sacármela de la cabeza. Sus curvas sexys, su boca inteligente…no, Jazmín no es el tipo de chica de una noche. Intrigado, asiento. —Si, sigo a bordo. Eso tiene sentido, y estoy feliz de intercambiar los resultados de las pruebas— De hecho, estoy tan de acuerdo con eso, que es todo lo que puedo hacer para no ponerla encima de mi ahora mismo. —¿Estás seguro de que estas bien con todo eso? — pregunta. —Por supuesto. Vamos a follar, Jazmín, y lo haremos hasta que el trabajo este hecho— Me levanto, saco mi billetera y dejo un billete de cincuenta en la mesa para cubrir nuestra comida y propina. —Entonces, ¿estás lista para salir de aquí? No hay mejor momento que el presente— Parpadea hacia mí, luciendo confundida, y luego se ríe. —Oh, no, no lo haremos esta noche— —Pero acabas de decir…— —Todavía no estoy ovulando— se levanta y me da una palmadita en la mejilla, su sonrisa tímida enloquecedora. —Buenas noches, grandulón. Hablemos el próximo martes— Me quedo de pie, boquiabierto, en el patio del restaurante con una tienda de campaña en mis pantalones, caliente por todas partes, viéndola pavonearse por la calle. Y ni siquiera un beso de buenas noches para demostrarlo.¡Mierda! *** Mi erección aún no ha desaparecido del todo cuando llego a casa. estaciono en el garaje del sótano del edificio y me apresuro a ir a mi pent-house, ansioso por tener privacidad. Todavía puedo sentir el fantasma de las yemas de los dedos de Jazmín rozando mi mejilla, como el calor persistente de una brasa. Habría esperado que toda esta charla sobre bebes y cosas clínicas como la ovulación matar mi erección, pero de alguna manera, con Jazmín, es todo lo contrario, sexy como el infierno. Lo expone todo con tanta libertad, sin andarse con rodeos ni avergonzarse. A mis compañeros de juegos habituales les gusta divertirse, no me malinterpretes, pero a veces está claro que les falta confianza, franqueza y madurez. Jazmín es completamente diferente. No es una niña, es toda una mujer. Dios, no puedo esperar… Después de colocar mi chaqueta deportiva sobre el respaldo del sofá, me dirijo a mi habitación y me siento en el borde del colchón mientras me bajo la cremallera de los pantalones y saco mi polla rígida. Un suspiro de alivio se me escapa con la primera embestida firme. Cierro los ojos y dejo que mis piernas se abran de par en par mientras me concentro en las sensaciones. Me sacudo pensando en cosas sucias sobre Jazmín, sintiendo ya un cálido cosquilleo extendiéndose por mis venas. El hecho de que me esté haciendo esperar para tomarla me pone aún más cachondo. ¿Qué haré con ella cuando finalmente ponga mis manos sobre su delicioso cuerpo? Aprieto mi polla y dejo volar mi imaginación con imágenes pornográficas. ¿Cómo se verá, sonará, olera, se sentirá? ¿Es una gritona o tendré que arrancarle los ruidos, abrumarla antes de poder oírla gritar de placer? ¿Cuáles son sus posiciones favoritas? ¿Le gusta que la inmovilicen o tomara las riendas y se sentara a horcajadas sobre mi? sea lo que sea que le apetezca, estoy listo para jugar. Bombeo rápido y fuerte, girando mi puño alrededor de la cabeza cubierta de líquido preseminal, frotando mi pulgar contra la sensible hendidura. Me imagino a Jazmín por todas partes. Retorciéndose de espaldas debajo de mí, montándome con fuerza como un toro de rodeo, a cuatro patas y empujando su trasero contra mis caderas mientras embisto por detrás. Y trato de imaginar cómo será follarla desnuda, sentir cada parte de su coño caliente y húmedo apretándose alrededor de mi polla sin un condón entre nosotros. Como será vaciarme dentro de ella. Hacer un bebé Esta será la primera vez para mí: intentar embarazar activamente a una mujer, y después de décadas de evitar que eso sucediera, debería sentirme apagado. En cambio, el pensamiento tiene el efecto contrario. Mis muslos tiemblan con mi orgasmo inminente. Me retuerzo cada vez más rápido, embistiendo contra mi mano. No hay nadie aquí para oírme, no hay necesidad de contenerme, así que inclino la cabeza hacia atrás y dejo escapar un gemido largo y fuerte mientras el semen espeso salpica mis dedos. Reduzco la velocidad hasta detenerme, respirando con dificultad. Luego me levanto para tirar mi camisa sucia y mis pantalones chinos a la lavandería y me ducho antes de acostarme. A pesar del largo día que he tenido, los pensamientos sobre Jazmín corren desenfrenados por mi mente y ya siento la necesidad de masturbarme de nuevo. El próximo martes, dijo. Dios. Solo son seis días más, pero ya parece una eternidad.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR