Capítulo 5 ¡Devuélveme a mi hijo!
742 Palabras
—¿Susana? ¿Estás despierta?
Una repentina voz femenina hizo que Susana se detuviera. Tenía la frente húmeda de sudor frío. Incluso en la penumbra, el rostro terso de Janice seguía siendo cegador.
Susana miró fijamente a Janice. La expresión de Susana pasó del miedo a la cautela y finalmente a la ira.
—Susana, Adrián me ha dicho que me has salvado. Gracias —dijo Janice, mirando a Susana con expresión inocente. Era educada, pero había un brillo juguetón en sus ojos.
—¿Por qué me tendiste una trampa? —Reprimiendo el dolor de su cuerpo, Susana se agarró con fuerza a las sábanas. Estaba emocionada. Janice era más complicada de lo que parecía, pero ¿por qué Adrián no le creía?
—Susana, ¿de qué estás hablando? ¿Estás enfadada porque te he quitado el riñón? Ah, claro, acabas de perder un hijo. Supongo que ahora tienes el corazón roto. Pero no es nada comparado con mi propio aborto...
¡Boom!
La mente de Susana estalló y su cuerpo tembló de rabia. Miró fijamente a la mujer que tenía delante, que hablaba de su hijo nonato con tanta despreocupación, como si volviera a apuñalarla.
—¿Cómo lo has sabido?
»¡Estás mintiendo!
»Dejaste a Adrián hace tres años y has estado conspirando contra mí desde entonces. Janice, ¿cuál es tu motivo? Sabes muy bien que la muerte de Dudley no tuvo nada que ver conmigo, y sin embargo hiciste que Adrián lo malinterpretara. ¡Tú!
La voz de Susana estaba llena de dolor, sus ojos ardían de ira y determinación. Intentó acercar su cuerpo a Janice, pero no pudo debido a su estado físico. Sólo pudo mirar fijamente a la maliciosa Janice.
—Janice, si hay justicia en este mundo, ¡tendrás tu karma!
—¿Karma? ¿Qué karma? —Janice reveló por fin su lado siniestro ante las reveladoras palabras de Susana. Con una sonrisa burlona, Janice se levantó y miró a Susana en la cama del hospital.
—Srta. Morgan, mírese. ¿Qué derecho tiene a decirme esas cosas? ¿Karma? Ya ha perdido a su hijo y ahora es discapacitada. La familia Morgan está en ruinas. ¿Aún esperas que Adrián te quiera?
Las palabras de Janice estaban llenas de desprecio, pues Janice miraba a Susana como a una hormiga. Susana había pertenecido a una familia prominente, lo que había plantado la semilla de un resentimiento muy arraigado.
Susana notó los tubos y cables conectados a su cuerpo e ignoró el dolor. Se había visto obligada a romper los lazos con la familia Morgan. En su ira, fue capaz de reconstruir su terrible situación.
—¡Janice, mereces morir! —Susana se abalanzó sobre Janice con todas sus fuerzas, sus ojos rojos y su rostro pálido le daban un aspecto aterrador.
Sin embargo, la sonrisa burlona de Janice se hizo más intensa. Sin contenerse, tomó a Susana de la mano, tirándola de la cama y acortando rápidamente la distancia que las separaba.
—Oh, cierto, olvidé preguntarte. ¿Te gustó la gran sorpresa cuando nos conocimos? Debe ser terrible perder a tu hijo, ¿no? Parece que a Adrián no le importa, así que... Abre los ojos y mira cuánto me quiere Adrián de verdad.
Como si lo hubiera sincronizado a la perfección, la voz burlona de Janice llegó flotando a los oídos de Susana.
Sin embargo, en cuanto pronunció estas palabras, Janice, que estaba frente a Susana, cambió de expresión.
—¡Ah!
Un grito acompañó al sonido de la puerta al abrirse de golpe.
—¡Susana, para! ¡Es culpa mía! No me mates. ¡Por favor, no me mates! —gritó Janice, con lágrimas brillando en sus ojos.
—¡Susana! ¿Qué haces? —A continuación, la voz de Adrián llegó desde la puerta.
Furioso y deseando que Adrián estrangulara a Susana, la tensión en la sala disminuyó.
La mente de Susana se quedó en blanco. ¿El niño formaba parte del plan de Janice?
¿Conspiró Janice para matar al niño nonato?
El odio hizo que Susana perdiera la cabeza cuando vio la sonrisa triunfante en la cara de Janice. En un instante, Susana lo comprendió todo. —¡Janice, eres tan malvada! ¡Mereces morir! Devuélveme a mi hijo. —Susana tiró de Janice con furia. Su rostro se contorsionó como si se hubiera vuelto loca.
—¡Susana, estás pidiendo la muerte!
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