CAPITULO 3

1412 Palabras
Tenerlo a tan solo treinta centímetros de distancia no eran buenas cosas, en lo absoluto. El contacto físico y yo no éramos buenos amigos desde lo que habia pasado tiempo atrás, y que se quedaba perfectamente guardado, los contactos eran algo que no me gustaba en lo absoluto. —¿No crees que estas siendo demasiado atrevido con una chica que apenas conoces? — todo esto estaba demasiado patas arriba y lo único que necesitaba hasta este punto era terminar de asimilarlo, solo eso. Kevin, que parecía que no le dolía el rostro de tanto sonreír, levanto mas sus labios ampliando mucho mas su sonrisa, —creo que tenemos que poner las cartas sobre la mesa Cherry— sonriendo observo el reloj que tenia en su muñeca izquierda y se levanto un poco su gorra negra, solo para acomodarla— tenemos solo quince minutos antes de que me lleves a nuestra clase, así que vamos tenemos que hacer esto Cherry. ¡Oh no! Este hombre iba en serio. No pensaba huir de esta situación, solo que era bastante difícil de similar. En estos momentos era un poco complicado todo esto y mis emociones estaban a flor de piel. ¿Algunas ves han sentido cuando todo se le viene encima y lo único que desean es esconderse de todo? Bueno justo en estos momentos esa sensación habia desaparecido y ahora los benditos nervios me reinaban por todo mi cuerpo. Por mucho tiempo habia estado sometida amucho estrés. Sin duda alguna me consideraba una persona con bastantes estándares en mi vida al grado de que todo siempre tiene que estar en su lugar, de manera correcta; y sabia que eso no era nada nuevo. Manejar niveles de estrés tan altos para alguien como yo, que tenia menos de veinticinco años, era algo riesgoso para mi sistema y sabia perfectamente que lo tenia en cuenta, pero era algo inevitable. Apenas sentía que algo, por mas mínimo que fuera, iba salir mal, me dolía la cabeza y mis manos sudaban demasiado. No fue hasta que mi madre se dio cuenta y me llevo a terapias logrando que con esto el estrés recorriera un poco menos mi sistema, aun que bueno, justo en estos momentos sentía mis manos sudar demasiado y sabia lo que se avecinaba. Kevin estaba esperando respuesta mía, ¿Pero que le iba a decir? Ni el maldito saludo y presentación querían salir por mi boca así que era mejor esperar sus palabras antes de arruinarlo por completo . —¿No me vas a decir nada Cherry? —Kevin recargo su brazo derecho en la mesa de cemento, justo a lado de mi mochila y me observaba fijamente—Bueno yo si diré que tenemos mucho en común— y como por arte de magia su sonrisa volvió a su rostro. Ay no, conocía esa frase. De verdad que los chicos no cambiaran nunca. —No puedes decir que tenemos mucho en común si ni siquiera te conozco, Kevin— habia dicho su nombre y sonaba muy bien decirlo. — Que nos conozcamos porque raramente hemos soñado el uno con otro no amerita nada. Kevin no dio el brazo a torcer, ¡No! Sabia perfectamente esa frase y solo un chico con el ego hasta el cielo era capaz de decir tales frases para conseguir una chica, y Kevin era uno de ellos. Dios hasta eso salió mal. —Vaya Cherry— ese apodo lo decía tan seguido que empezaba a fastidiarme— eres de hueso fuerte baby. —Lo soy cuando intentas coquetear conmigo y dices que no me dejaras ir, ¿Crees que eso me hará querer estar contigo? —Siempre hay que intentarlo, ¿No? Pero Cherry, aun así— volviendo a ver su reloj regreso a verme— sabes que todo esto no es normal, ¿Estas de acuerdo con esto? La brisa por la mañana era bastante fría pero cómoda lo cual me permitía refrescarme por la mañana, y en este preciso momento era lo que necesita mi cabeza; despejarme por completo. —Yo… yo lo se— me tope con sus ojos miel y ambos nos veíamos con intensidad— los sueños, la protección, se que no es normal, pero ¿Cómo es posible que todo esto sucedería? —Yo, tampoco lo se Cherry. De verdad que cuando te vi— de nuevo su sonrisa y sus dientes perfectamente blancos sobresalieron— pensé que aun estaba dormido— volteo solo unos segundos hacia las otras mesas, acomodo de nuevo su gorra y regreso su vista—Pero te vi, y supe que eras tu Cherry. Tus ojos, tus labios perfectamente rojos… Si eras tu. Y se que esto es algo extraño y nosotros sabemos que esto solo pasa en la fantasía sin embargo; tómalo como algo bueno, ¿Sabes? Siempre pensé que era mierda las cosas del destino. Nunca he confiado en la suerte y en demás cosas, pero sinceramente ahora que estas frente a mi, que te he visto completamente se que eres real y que el destino nos unió Cherry. —¿Ahora crees en esto? —¿Lo dudas? —Kevin se acomodo de mejor manera en el asiento de cemento, tomando mejor postura— creo que hay una conexión entre nosotros, ¿No crees? Que estemos en la misma ciudad, en la misma universidad y ahora frente a frente. Créeme, esto es cosa del destino. Tenia perfectamente razón sobre esto. Yo tampoco creía en la casualidades, ni en cosas de suerte, creo que simplemente las cosas ya estaban trazadas, pero esto era como desviar un coche en plena carretera y hubiera chocado con un carro en el árbol. —No dudo pero, es demasiado ¿Sabes? No tengo respuesta lógica. —Y no la tendremos, pero si podemos hacer algo— Kevin se levanto de la banca esperando a que hiciera lo mismo—En estos momentos— por tercera vez levanto un poco la manga de su sudadera observando su reloj plateado— acabamos de perder la segunda clase y eso significa que tenemos cuatro horas para conocernos. —Espera, ¿Qué? Rápidamente saque mi teléfono de mi sudadera y comprobé que si, habían pasado mas de quince minutos desde que habia empezado la segunda clase, —¡Diablos! — con rapidez tome mi mochila y camine hacia mi edificio. Esperaba que al menos la profesora Karen me dejara entrar a su clase. —¡Espérame Cherry! —Escuche unas pisadas rápidas pero fuertes, así que supe que el estaba atrás de mi. Justo cuando llegaba al final del pasillo, donde estaba mi salón, recordé que por mas que tratara de entrar iba a ser imposible. Mucho mas con esa maestra que siendo sincera era una perra absoluta. —¿Qué pasa? —Olvídalo. No pasaremos, esa maestra es el mismo diablo en persona y es obvio que no entraremos a clase— retome mi camino por el pasillo, pasando de lado de el y salí de nuevo por el edificio solo que por la entrada principal de este. —Entonces, ¿Vas conmigo? — Escuche a Kevin muy cerca hasta que se coloco a mi lado. —¿A dónde iría con un desconocido? —tenia planeado ir a la cafetería y esperar a que diera la hora de la siguiente clase. Odia no entrar o faltar así que no iba a moverme de la cafetería. —Resulta que no soy un desconocido Cherry— Kevin seguía siguiéndome y ¡Joder! Parecía no tener planes de esfumarse para otra parte. — Y piensa en que el destino nos une. — Voltee a verlo, en lo que ajustaba mi capucha y seguía sonriendo. Oigan a este chico parecía chicle además de que no dejaba de sonreír… Pero era algo positivo, solo internamente. —Y pienso aprovechar las cuatro horas libres que tenemos señorita, así que — Kevin se coloco delante de mi y redirigió el camino— conozcámonos Cherry, y sirve que por fin me dices tu nombre nena. —¿Estas loco? —Te lo dije ¿no? Que por fin te habia encontrado y no iba a dejarte ir y si eso implica ir contigo. Un hombre jmas huye de su palabra, asi que vamos juntos a donde vayas Cherry, iRapido! Ay dios… Creo que por mas que lo alejara menos lo haría. Aun asi, gracias por no hacerlo Kevin; Gracias…
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR