Llegamos a casa para la hora de comer y mientras Daniel hacía la comida, me fui a darme una larga y merecida duña. Deje que el agua cayera por mi pelo y me apoye en la pared, estaba demasiado estresada por toda la información recibida, por todo lo sucedido en menos de una semana, mentiría si digo que las cosas no me pasan factura, soy una mujer empoderada y con gran fuerza pero esto supera a cualquiera, hace daño a cualquiera, saber que alguien que no te gusta para nada está enamorado de ti, soy una persona que está abierta al amor pero no a un amor con un familiar ni menos con alguien que jure destruir pero si para destruir le, debo dejarle amarme, lo haré. Me puse un pijama de invierno de dos piezas rosa para bajar a la cocina. —Deberíamos pensar en poner la calefacción, hace algo de

