bc

Atado a ti.

book_age18+
210
SEGUIR
3.6K
LEER
una noche de pasión
HE
segunda oportunidad
bxg
alegre
brillante
ciudad
like
intro-logo
Descripción

Cuando dos almas sobrepasan las adversidades, el amor genuino se revela; sin importar el tiempo o la distancia, siempre encuentran el camino de regreso el uno al otro.

¿Lograrán Hermes Ackermann y Hannah Lauder superar cuánta adversidad se les presente?

Un caótico enredo los separó, sin imaginar que el destino les tenía preparada una grata sorpresa y muchos más enredos.

chap-preview
Vista previa gratis
Capítulo I: Cierra la puerta al salir
Hannah “Hola, linda. Anoche la pasé muy bien, pero como ya pudiste darte cuenta, no me interesa una relación seria contigo. Fuiste un lindo y hermoso pasatiempo y estoy muy agradecido por eso. Toma el dinero que dejé para ti en la mesita de noche y por favor, cierra la puerta al salir.” ¿Era esto lo único que buscaba? ¿Acostarse con la chica virgen y pelirroja que conoció meses atrás? Debe ser un gran logro para un hombre de su tipo, sonrío sin ganas, soy una estúpida. —¡Ah, eres un cretino!—Exclamo furiosa al tiempo que arrugo la nota.—Esto no se va a quedar así, te vas a tragar tus palabras. De mi bolso, extraigo un bolígrafo y tomo un pedazo de hoja. Lo que estoy escribiendo no es suficiente para descargar mi furia, sin embargo, servirá para destruir su ego. —¡Hasta nunca imbécil!—Salgo de su departamento dando un portazo, es posible que haya molestado a los vecinos y no me importa. Lo único que quiero es llegar a mi casa, tomar mi equipaje y largarme de una vez por todas de aquí. … —¡Ach du lieber Gott! (Oh Dios mío)—Al entrar a mi departamento, lo último que esperaba encontrar era a Bastian teniendo sexo en el sofá de mi sala con ese ardiente parisino que conoció la noche anterior. —¡Princesa! ¡Creí que llegarías más tarde!—Exclama cubriendo su cuerpo desnudo y el de su amante de mi vista. Como si sus manos pudieran ocultar sus grandes atributos. Ladeando mi rostro, paso de ellos y me encierro en mi habitación. Perdí la batalla contra las lágrimas cuando mi cuerpo tocó el colchón. Mis sollozos se intensifican al recordar todas las mentiras con las que él me endulzó el oído. Caí como una idiota por ese hombre de ojos bicolor hipnotizantes. El golpeteo incesante en mi puerta me hace incorporarme en la cama y secar con el dorso de mi brazo las estúpidas lágrimas. —¡Está abierto Bastian! —¿Quieres explicarme por qué estás en este estado?—Pregunta llevándose una mano al pecho, en un ademán demasiado femenino que no va acorde con su complexión tan…ruda. —Me utilizó, ese estúpido y hermoso hombre me usó.—Logro decir antes de que las lágrimas me impidan continuar—, y no conforme con eso, me dejó una nota que me hizo sentir como una zorra. ¿Puedes creerlo? —La verdad es que no, cielo.—Llega a mi lado y me envuelve con sus fuertes brazos.—No parecía ese tipo de hombres, se veía tan caballeroso y respetuoso…Sabes que a kilómetros puedo oler a los patanes. —Tal vez la gripe que pescaste hace seis meses, atrofió tu olfato porque, tristemente resultó un completo idiota.—Comento sorbiendo mi nariz, pasando por alto el gesto de desagrado que amigo hace. —Lo siento Hannah, sé que ese bombón te gustaba demasiado.—Me consuela acariciando mi cabellera.—Ciertamente, creí que el patán sería su hermano, ¿cómo dijiste que se llama?—Pregunta alejándose de mí para verme directamente a la cara. —Ya da igual. No quiero hablar de ellos. —Sigo insistiendo en que él no es de esos hombres que van por la vida usando a las mujeres, ¡Por Dios Hannah, se desvivía en atenciones hacia ti!—Exclama y los recuerdos se tornan dolorosos, porque no miente. En verdad pensé que él me quería… —Como sea, no quiero saber nada más de él ni de ningún otro hombre. Están vetados de mi vida para siempre.—Le digo con severidad al tiempo que me levanto de la cama.—Necesito tomar un baño y quitarme el olor a sexo y la deliciosa loción que él dejó en mi piel. —Hannah… —¿Sí?—Respondo desde el baño. —¿Usaron protección?—Su pregunta casi provoca un trágico accidente dentro de la bañera.—Por favor dime que sí, soy muy joven para ser tío. —Tranquilo, al menos tuvo la decencia de usar condón. Eso y el maravilloso sexo que me dio, es lo único bueno de ese sujeto al que no quiero verle el rostro nunca más. … —¡Al fin en casa!—Suspiro apenas mis pies pisan el suelo alemán. Pasé tres largos años lejos de mi familia y en verdad los extrañaba demasiado. —Espero que este lugar esté repleto de hombres sexies.—Bastian como siempre, solo piensa en satisfacer sus necesidades afectivas. Viro los ojos con fastidio y continuo con mi camino.—¿Qué? Escuché que los alemanes son ardientes, solo quiero confirmar lo que dicen por ahí… —¡Sebastian Dupont!—Lo interrumpo—¿Podrías hacerme el favor de cerrar la boca? No quiero escucharte hablar de hombres en un largo tiempo.—Mi amigo me mira con los ojos muy abiertos, sabe perfectamente que cuando lo llamo por su nombre completo es porque estoy furiosa y cansada de sus comentarios tan estúpidos. —Está bien, cere…—Arqueo una ceja y le dirijo una mirada de advertencia para que no me llame como piensa hacerlo.—Está bien, princesa. No hablaré de hombres…frente a ti. Niego ante lo último y sin decir nada más, continuamos nuestro camino hacia la salida del aeropuerto. Un auto ya debe estar esperando por nosotros para llevarnos al Luxury Lauder Hotel. Sí, mi padre es el dueño de la cadena hotelera más importante del país ¿Y yo? Yo soy Hannah Lauder, su sucesora. … Luego de convencer al chófer para que le diera un pequeño tour por la ciudad a Bastian, finalmente llegamos al hotel. —¡Oh là là!—Bastian observa con la boca abierta la imponente torre de lujo frente a nosotros.—Princesa... ¿Esto es real?—Pregunta con una mano en el pecho. Asiento con una sonrisa al verlo completamente embobado. —Desde el año 1900.—Mis dedos se posan en su barbilla para cerra su boca y continuar.—Este hotel fue construido por mi bisabuelo, mi abuelo le hizo ciertas modificaciones cuando tomó el puesto y mi padre con el paso de los años, otras más.—Le cuento con orgullo, aunque en un principio no me interesaba el negocio familiar, con el tiempo y gracias a las historias que mi padre me ha contado, ahora agradezco la gran oportunidad que él me ha dado para dirigir el hotel. —¿Cuántos como estos hay en el país?—Pregunta anonadado. —Dieciséis. —¿Estás hablando en serio? —Muy en serio y pronto la cadena llegará a muchos otros países. De eso me encargaré personalmente. Este hotel no será solamente el primero del país, pienso convertirlo en el primero del mundo. —Andando Bastian, tengo muchas ganas de abrazar a mi padre.—Anuncio envolviendo mis brazos alrededor del suyo para comenzar a caminar hacia la oficina de Markus Lauder. Conforme avanzamos, los empleados nos miran sorprendidos, mientras yo grabo en mi mente todos y cada uno de los nuevos rostros que hay en el hotel. Pasamos por recepción y un grito ensordecedor nos hace detenernos en seco: —¡Das kann nicht sein, mein Freund. Du bist zurück!(No puede ser, amiga mía. Regresaste)—Esa es la inconfundible voz de Sofía, mi mejor amiga aquí en Múnich. —¡Sofía!—Me giro en su dirección con los brazos extendidos esperando que venga hacia mí para abrazarnos. Se lanza a mis brazos con tanta fuerza que Bastian tiene que sostenerme para no caer. —Te extrañé, nena.—Me dice al separarnos, la mirada lasciva que le dedica a mi apuesto amigo no pasa desapercibida. —Ni lo intentes, amiga. A este hombre le gusta lo mismo que a nosotras.—No se lo digo, pero lo pienso. —Sofía, él es Sebastian Dupont.—Con toda la galantería que lo caracteriza, el hombre extiende su mano y Sofía la acepta encantada. —Enchanté Mademoiselle. (Encantado señorita)—Mi amiga se muerde los labios y aletea las pestañas, sus mejillas se han ruborizado y eso solo significa una cosa: se siente atraída por mi amigo gay. —¡Dios, que hombre!—Chilla al apartar su mano, más no la vista de Bastian.—El placer es todo mío, señor Dupont. Bastian se ruboriza ante lo que mi amiga le dice. ¿Qué está pasando? Él no suele ponerse en ese estado ante las palabras de una mujer… —Sofía, ya tendremos tiempo para platicar. En verdad necesito ver a mi padre. ¿Sabes si se encuentra en su oficina? —Eh sí, perdona. El señor Lauder ya debe estar esperándote. Ante una rápida despedida, Bastian y yo nos dirigimos finalmente a la oficina de mi padre. En el camino, algunas personas conocidas me saludan, pero esta vez no me detengo a platicar. Mientras más me acerco, los latidos de mi corazón más se aceleran, no puedo controlar las ansias de verlo y abrazarlo. No me molesto en tocar y cuando abro la puerta, lo veo. Sentado con la vista fija en unos documentos, sumamente concentrado. Su aspecto sigue igual que hace tres años. Cabello rubio como el sol, barba cerrada y unas pequeñas arrugas apenas perceptibles que le dan un plus a su belleza masculina. —Vater (Padre), volví.—En cuanto escucha mi voz, se olvida de los documentos en sus manos y corre a mi encuentro. —¡Meine Prinzessin! (Mi princesa)—Exclama envolviéndome en sus brazos, ahogo un grito de sorpresa cuando me levanta para comenzar a girar conmigo—Cuanto te extrañé, hija mía.—Me dice poniéndome de vuelta en el suelo. —También lo hice, padre.—Le doy un beso en la mejilla y me giro para presentarle a Bastian. —Él es el chico del que te hablé. —Mucho gusto señor, soy Sebastian Dupont.—Le extiende su mano y mi padre la toma al instante. —El gusto es mío, señor Dupont. Mi hija me habló mucho de usted, espero que esté a la altura.—Mi amigo traga grueso al escucharlo y veo que se ha puesto nervioso, pues el tic en su ojo izquierdo lo delata. —Papá, te aseguro que es el mejor en lo que hace. Pronto te darás cuenta.—Decido interceder por él, mi pobre amigo está sudando frío. —Lo que ella dijo es cierto, señor. Le prometo que no lo defraudaré. Mi padre solo asiente y vuelve a abrazarme con ternura, inhalar su olor me remonta a los tiempos en que era una chiquilla que solía escaparse de su madre para verlo. Recuerdo que me sentaba en sus piernas y me quedaba horas en su oficina escuchándolo hablar sobre los planes a futuro en este hotel, era una maravilla observarlo tan emocionado, me enorgullece decir que todos esos sueños los ha cumplido. —¿Mamá y Astrid están en casa? —Lo están, tu madre preparó tu platillo favorito. Adelántense, yo los alcanzaré cuando termine con estos asuntos. El nuevo socio llegará en unos días y necesito tener todo en regla.—Abro y cierro los ojos confundida. —¿Nuevo socio?—Es increíble, él nunca había aceptado tal cosa, según él no quería más personas lejanas a la familia involucradas en el negocio. ¿Qué cambió? —Así es, y quédate tranquila, conozco a su padre. El chico es una eminencia en el área de administración, nos vendrá bien para el futuro.—Habla tranquilo, mientras yo siento que me dará urticaria, no lo necesitamos. ¡Para eso me tiene a mí! —Padre, no creo que.. —Créeme Hannah, él sabrá instruirte mucho mejor que yo. Es joven y tiene la energía que a mí me falta, si en algún momento no te sientes cómoda con eso, solo tienes que decírmelo. ¿De acuerdo?—Sabe que no soy capaz de contradecirlo, por lo que asiento y me dispongo a despedirme de él para ir al encuentro con mi madre y hermana. —Tu padre da miedo, princesa.—Comenta Bastian una vez que estamos fuera de la oficina. —Te acostumbrarás. Ahora, vamos a casa. Lo guío hacia la salida del hotel, en dirección a los chalets que se encuentran a tan solo cinco minutos de aquí, cabe mencionar que están dentro del perímetro del hotel. Esa es una de las modificaciones que mi padre ha hecho en el lugar. —¡Wow Hannah! Mis ojos no estaban preparados para ver tanto lujo. ¿Planeabas decirme que eres ultra rica?—Su expresión es un poema en estos momentos. —El dinero es de mi padre, no mío. Y sabes perfectamente que no me gusta alardear sobre los bienes materiales, no es mi estilo, Bastian. —De acuerdo, pero por favor, dime que tendré uno de esos para mí solo.—Señala un lujoso chalet frente a nosotros, sonrío porque no está equivocado. —Lo tendrás, papá suele proporcionarle a los empleados importantes uno de estos. El dichoso socio, también se hospedará en uno.—Hago una mueca de fastidio, aún no lo conozco y ya lo detesto. El solo hecho de que mi padre no sea mi “mentor” me molesta demasiado. ¿Para qué quiere más socios? ¿No es suficiente con el par de accionistas? Además, ¿otra persona encargada de la administración? ¿Dónde quedo yo? Okay, esas son muchas preguntas que tendré que responder mientras me relajo en la bañera. —Oye, piensa que será pasajero y ese hombre se irá en cuanto tú estés lista para tomar el mando.—Bastian siempre sabe lo que pasa por mi mente, agradezco que haya decidido venir conmigo, será de mucha ayuda. —Te quiero.—No digo nada más y me abrazo a él. —Yo te quiero más, mon amour. Y aunque te quieras hacer la fuerte frente al resto del mundo, yo sé muy bien que estás furiosa por… —¡No lo menciones! Quiero olvidarme de ese…hombre. Y si continúas recordándomelo cada cinco minutos, será imposible. Zanjo la conversación tomando su mano para entrar a mi casa. No pensaré más en él, ahora estoy con mi familia, en mi hogar, lejos de todo lo que alguna vez significó para mí. Total, no tendré que verle la cara nunca más. Eso será suficiente para sacarlo de mi sistema de una vez por todas.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
52.8K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.8K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.4K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook