¡Santo Pecado! El Amor de Un Don Juan

Vincent.- Intento normalizar mi respiración mientras me subo el cierre de mi pantalón, observando a la rubia que apenas oculta su escultural cuerpo debajo de la sábana blanca. — No me provoques, debo irme, el deber me llama linda —Levanto mi camisa del suelo colocándomela con rapidez. — Siempre hacemos esto Vincent, unos tragos venimos al hotel, tenemos sexo y te vas, la misma rutina ¿No te aburre? –Me reclama en un tono fastidioso, esta es una alerta que mi mente grita, Georgia es la amante más constante que he tenido desde hace dos años, habíamos llegado a un acuerdo solo sexo nada más, pero creo que ahora espera más y ese más nunca se lo daré. — Georgia, desde el principio sabíamos lo que era esto, no he cambiado de opinión –Hace una mueca, obviamente no era la respuesta que esperaba. –Si no quieres que sigamos con esto, pues decírmelo, no tengo problema en dejarlo hasta aquí — ¡Wow! Dos años de solo sexo, de complacerte y así nada más te quieres deshacer de mí, ¿por qué no lo intentamos? No creo estar pidiendo mucho — Porque no quiero más, no quiero una relación, no soy un hombre de citas, no quiero matrimonio, solo me gusta tener amantes si fuiste la más constante, pero no significa que quiera más que eso, tú lo aceptaste, tengo que irme. No le di chance de reaccionar y responder me di media vuelta y salí de la habitación, mi vida ha cambiado estos dos años después de que existiera la posibilidad de tener una hija, en ese momento estaba listo para sentar cabeza y no me refiero a casarme, eso jamás va a pasar, pero si trabajar duro y darle una vida a esa hija que ahora es mi ahijada la preciosa Lucia la hija mayor de mis buenos amigos y socios Jacob y Natalia Morgan. No lo voy a negar, me partió el corazón, no ser el padre de esa pequeña que ayudé a rescatar, tal vez porque por un breve momento me sentí atraído por Natalia. Tengo cierta debilidad por las rubias y a mi amigo le tocó una que no solo es hermosa, inteligente y con carácter todo el paquete completo. En fin Jacob y Natalia se mudaron a Seattle y me hicieron una propuesta que no pude rechazar, estar ligado al apellido Morgan ha sido un plus para mi carrera, ahora soy el CEO de la empresa JCM Morgan, he estado muy ocupado y enfocado en hacer subir mi carrera, después de la experiencia con Jacob y Natalia creo que no me ha quedado ganas de enseriarme o formar familia. Me apresuro para ir al aeropuerto, debo cumplir con un compromiso de la empresa en Toulouse, Francia, una donación que quiere hacer la madre de Jacob en una casa hogar, como representante debo asistir. (…) Estaciono en el hangar donde me espera el jet. Me bajo corriendo del auto sacando mi maleta del portaequipaje. El piloto me espera al pie de la escalera. — Señor, estamos listos para el despegue — Gracias, Cooper, lamento el retraso Justo cuando mi culo toca el asiento, mi celular comenzó a sonar, al ver el nombre en la pantalla: “Caroline Morgan” — Caroline, ¿cómo estás? — Espero que vayas camino a Francia en este momento, no puedo quedar mal — Sí, estoy a punto de despegar, no te preocupes. — Muchas gracias Vincent prometo no volver a molestarte con estas cosas, de no haberme excedido con los cocteles no me habría torcido el tobillo –Sonrío negando con mi cabeza, Caroline es ese tipo de persona con una frescura en su personalidad, siempre te saca una sonrisa, cuando se trata de caridades ella es la encargada oficial de asistir, pero se fue de copas con su cuñada y con los tacones de quince centímetros de aguja trastabilló causándose un esguince invalidándola para cumplir con su deber. — Lo hago con gusto y lo sabes, tú cuídate ese tobillo. Saludos a Jacob y Natalia, besos a Lucía. Toulouse, Francia. Me acomodo la corbata antes de salir del auto, me bajo rápidamente cuando soy recibido por la madre superiora que dirige el convento. — Bienvenido, señor Mars, es un gusto conocerlo, la señora Caroline me habló mucho de usted. —Esto último lo dijo como si fuera una advertencia. — Todo lo que le haya dicho es mentira o exagera, es un placer estar aquí — Espero que el placer sea solo por la donación —Me quedé sin habla ante el comentario, solo pude darle mi sonrisa, derrite bragas. ¿Por qué piensa que me interesaría coquetear con una de sus monjas? Este convento data del siglo XV más o menos todas deben ser como mi abuela. — ¿Cómo se ha portado el personal en la obra? —Le pregunto para eliminar la tensión causada por ella. — Ya casi terminan, de verdad le debemos mucho a la señora Caroline. ¿Cómo sigue ella? — Muy bien, su tobillo sana sin problemas, le envía muchos saludos, esperamos que la donación ayude Observo con detalle la construcción es poco de estilo gótico, pero no pierde esa esencia francesa, es enorme, noto como las monjas me miran y luego se ocultan entre las columnas puedo notar que me equivoqué no todas son viejas, trato de convencerme de que debo portarme bien si hago alguna travesura Caroline me cuelga y Jacob viajaría para castrarme. La madre superiora se detiene delante de mí, sacándome de mis pensamientos. Una monja se acerca, susurrándole algo en el oído; ella asiente. — Lo dejaré para que recorra el lugar, le agradezco respeto y seriedad Asentí poniendo mi gesto de niño bueno e inocente, la veo alejarse y comienzo a caminar no se puede negar que el lugar es tiene carácter, es muy histórico, en algunas áreas se ve la diferencia de las remodelaciones y restauraciones que se han hecho en el lugar, Caroline comentó que le tiene mucho aprecio a la madre superiora la cual conoció Roma. Camino lentamente viendo las enormes columnas y el pequeño jardín del exterior cuando mi mirada se enfoca en una monja, pero va vestida con hábitos diferentes. — Hola —saludo con amabilidad, retrocedo cuando se sobresalta de manera exagerada. — ¡Ay, Dios! Me asustó: ¿Quién es usted? —Quedo con la mandíbula en el suelo, no puedo creer que esta hermosura sea una… monja. — Discúlpame, no quise asustarte, soy el enviado de Caroline Morgan, mi nombre es Vincent Mars –Le extiendo mi mano, ella mira mi mano y luego a mí con algo de duda. — ¡Oh, entiendo! Si busca a la madre superiora, debe ir por el otro lado, esta sección es prohibida — Uhm… no sabía lo siento, ella me dijo que podía recorrer el lugar –Estaba sorprendido de la belleza de esta chica unos preciosos ojos verdes que adornaban la hermosa forma de su rostro con unas pequeñas y graciosas pecas sobre su nariz y dios que pestañas y qué labios, rosados, carnosos, perfectos. — De acuerdo, si me disculpa, debo irme, no me permiten hablar con nadie de afuera — ¿Estás secuestrada? —pregunté dejándola sorprendida. — No, ¿cómo se le ocurre? Estoy a punto de tomar mis votos permanentes y la madre superiora es muy estricta, con permiso —le bloqueo el paso y ella se sorprende. — ¿Por qué elegiste esta vida? Eres muy hermosa —Noto como sus mejillas se sonrojan rápidamente. Fue decisión de mis padres, que dediqué mi vida a Dios, con permiso —Se aleja corriendo despavorida como si yo fuera un delincuente sin darme tiempo a refutar. ¿Qué clase de padres castigarían a una hija así? Decidir su vida de manera tan cruel.