Sus manos pasan a mis muslos y me levanta, enredo mis piernas en su cadera y profundizó más el beso, cuando me doy cuenta de a dónde estoy llevando las cosas intentó huir, pero ya es tarde. Camina conmigo hasta la cama donde me tira haciendo que rebote en ella, lo miró fijamente y rápidamente se hecha sobre mi. Mordí mi labio inferior. -Ahora si no te podrás ir. - dijo presionando más su cuerpo con el mío, sin llegar a hacerme daño, él y su sonrisa cínica. -¿Quién dijo que quería irme? - me lleno de valor y se lo digo, extrañadamente, en años, no me quejo de ser quien soy. -Me encantas. - dice mientras niega con la cabeza y vuelve a besarme apasionadamente. Mi cuerpo está entre él y el colchón, nuestros cuerpos están tan calientes que queman, prácticamente estamos en ropa interi

