capitulo 1
- Adivina quienes están cenando- Susurra Justin llegando a la cocina y tirando el repasador en la mesa-. El estupido de Ethan y Nataly.
- ¿Estas celoso, Jus?- Pregunto con cierta burla en mi rostro.
- ¿Celoso? ¡Claro que no! Es solo que siempre que el tipo viene aquí es...
- No busques excusas, campeón- Guiñándole un ojo salgo de la cocina con la bandeja en mi mano.
En el momento que llego a mi destinada mesa, con suma delicadeza y educación, dejo los platos al frente de ellos con una sonrisa.
- Que lo disfruten- Me retiro de allí volviendo a la cocina por un vaso de agua.
El hecho de trabajar aquí te cansa de una manera potente. En el momento que presenté mi curriculum no pensé que ser mesera te cansara tanto, tenia en cuenta que solo era dejar platos en su mesa y ya. No imaginé nada de las horas extras cubriendo a algún compañero, o cuando tienes que tomar sus pedidos, los cuales son sumamente largos y se te hace incomodo escribir en una libreta que no está apoyada sobre una mesa, o cuando a veces tienes que lavar los trastes.
Mi vida ah cambiado mucho en el momento que volví a reencontrarme con mis viejos amigos, aquellos que estuvieron consolándome en todas mis miserias, aquellos que estuvieron antes que él. Y eso él no lo entiende.
Cada vez que salgo los fines de semanas a las carreras ilegales, Jason se enoja a tal punto de no hablarme por un buen tiempo. Obvio que eso a mí no me gusta, pero no me puede obligar a separarme de mis viejos amigos.
Yo lo amo, lo amo demasiado como para enojarme con él porque se enoja conmigo. Pero, vuelvo a repetir; no me puede obligar a separarme de mis amigos.
¡No puede!
- ¿Qué pasó?- Pregunto contestando el llamado de mi mejor amiga.
- ¿A que hora vienes?- Al otro lado de la línea puedo escuchar el llanto de una niña, por lo que seguramente es Lucinda llorando.
- Me quedé cubriendo a Josh.
- ¡Alex!- Se queja Katherine.
- ¡En quince minutos termino!- Y decido colgar antes de comerme un sermón de mi mejor amiga.
Ella odia que cubra a mis compañeros de trabajo. ¿La razón? No tengo ni la mas minima idea.
Quince minutos después, estoy sacando el delantal de mi cintura con un suspiro de cansancio.
La noche fue larga y agotadora.
Con mi celular en mano, decido salir del local de Jerry agradeciendo a todos los dioses por no tener que cerrar yo.
Después de despedirme de Justin, dejando un beso en su mejilla con una sonrisa burlona ya que él tiene que cerrar, camino hacia la mesa de Nataly y Ethan.
- Buenas noches, chicos- Murmuro con una sonrisa.
- ¡Alex! ¿Cómo has estado?- Nataly se levanta para dejar un beso en mi mejilla, seguida de su novio.
- ¡De maravilla!- Exclamo con una radiante sonrisa en mi rostro.
A estas alturas ya se me hacefácil fingir una sonrisa al final del trabajo, sobre todo con Lucinda. Aunque con mi pequeña sobrina no era siempre fingir la alegría, ella logra sacarme esa niña inmadura que aún sigue dentro, según yo.
- Bueno chicos, un gusto haberlos visto- Vuelvo a dejar un beso en la mejilla de cada uno-. Espero que tengan una linda velada y, hasta pronto- Salgo del resto con aún con mi sonrisa en la cara, cosa que cuando mi pié izquierdo pisa la vereda, ésta se borra al instante.
Me siento cansada.
Me tiraría justo aquí a dormir si no fuera por toda la gente que está pasando en este momento por la calle. Sólo me queda caminar hasta mi apartamento, para ver un montón de juguetes tirados en el suelo, sobre el sofá, sobre mi cómoda, sobre mi cama, sobre la cocina, en fin. Sobre todos lados.
Así como lograba sacar lo mejor de mí, a veces la pequeña Lucinda saca lo peor de mí.
Cuando Katy consiguió trabajo, no tenía descanso. Mis días libres de mi trabajo, los dedicaba a cuidar a mi sobrina, por lo que cada noche al acostarme podía sacar canas de color verde de mi cabello.
Esa nena de verdad que me exasperaba cuando era más pequeña. Ahora con sus seis años se comporta como una niña educada, dado que se ah criado con mujeres y hombres, todos hemos tratado de poner un poco de cada uno para educarla como la niña que tiene que ser.
Al lograr llegar a mi humilde hogar, con un suspiro logro colocar la llave en la cerradura y comenzar a girar ésta para abrir la puerta y darme paso a un desastroso departamento.
Pero no.
Los juguetes estaban muy bien ordenados en una caja color rosa al lado del televisor, la ropa se encuentra, al parecer, guardada Ya que no había ni siquiera un calcetín en el suelo. Lo pañales con popo en el basurero estaban, y eso si que se notaba ya que en el tacho hay como cinco o seis pañales.
Dejo mi chaqueta en el perchero, algo curiosa por descubrir quien es la persona que está viendo la televisión.
Y más curiosa por descubrir quien cojones ordenó todo.
Cuando llego al sillón, logro ver al hermoso castaño del que me enamoré profundamente, dormir. Con una sonrisa me acerco a él, colocándome a su lado y apoyando mi cabeza en su pecho, tratando de no despertarlo. Comienzo a sacar mis zapatos y dejarlos en el suelo, para así poder subir mis pies al cómodo sofá.
Lo miro a los ojos y me permito susurrar algo que le recuerdo todos los días de su existencia.
- Te amo demasiado- Veo la punta de esas largas pestañas apuntar hacia abajo. Dejo un suave beso en su clavícula y sonrío con ternura-. Enserio que me haces bien y... Puede que a veces te haga enojar demasiado- Río-, pero es que soy así y no puedo cambiar. Y quiero que sepas que cada fin de semana que voy a esas malditas carreras, no dejo que ningún idiota me toque un pelo, ni siquiera mis amigos, Jason. ¿Sabes por qué?- Pregunto sintiéndome algo tonta de estar hablando con él mientras está dormido-, Porque te amo como no tienes idea. Sólo tú me puedes tocar de la forma en que lo haces, soy tuya- Finalizo aún mirando esa piel que cubre sus muy hermosos ojos.
Paso su brazo sobre mis hombros y me acurruco de una manera más cómoda entre sus brazos. Cierro mis ojos y me dispongo a dormir entre el hombre que amo, pero me temo que eso se me hace imposible en el momento que un llamado de Mark me llega al celular.
- ¿Qué pasó?- Pregunto sabiendo que no es necesario decir un "Hola" para comenzar una conversación con él.
- Carrera ilegal, ¿vienes?- Con un suspiro, miro a Jason y, con todo el dolor del mundo respondo algo que en realidad no me duele.
Y me duele saber que eso no me duele.
Más allá del cansancio que mi cuerpo tiene, respondo un sí.
[...]
- ¡VAMOS ALEX!- Escucho el grito de Mark a la vez que estaciona su moto frente a mí sin apagarla. No dudo ni dos segundos en subirme a ella y, conociendo la rutina de siempre, trato de tapar la matricula con mi pañuelo, el cual antes se encontraba en mi cuello.
La moto va demasiado rápido por lo que en el momento que estoy suficientemente segura de que ya no hay policías cercas, saco mi mano y las pongo sobre la cintura de mi amigo.
Para así evitar caerme de su moto.
- ¡Eso estuvo cerca!- Lo oigo decir. Sonrío asintiendo con mi cabeza, sabiendo que él sabe que para mí, es la mejor parte.
Sentir la adrenalina de que la policía te agarre y que pueda llevarte a la comisaría, es algo simplemente increíble. Ver a todos correr como si su vida dependiera de ello, algunas personas ser capturadas por hombres con el uniforme de trabajo.
Es imposible no reírse de eso.
Sí, me da gracia ver a todos de ese modo, incluyéndome. Aunque, más me río de mí misma que de los demás.
- Mark- Lo llamo gritando-, llévame a casa.
- ¿Tan pronto?
- Sí, sabes que salí de trabajar hace apenas unas horas. Estoy cansada- Le recuerdo. Siento como él asiente con su cabeza en el momento que acelera rumbo a mi departamento.
Apoyo mi cabeza en la espalda de mi amigo y sonrío.
Cuando logro subirme a una moto y mirar hacía el frente, me siento asfixiada. Sé que algunas personas dicen que se sienten libres por ello, pero para mí, en el momento que te subes a una moto y te poner de perfil contra el viento, eso sí sentirse libre.
¡Y más estar de este modo!
No por la persona, sino por la posición.
Quince minutos después de vagar y vagar por la ciudad, logramos llegar a mi departamento, por lo que separo mi culo del asiento y me bajo de la moto. No hace falta que le entregue el casco ya que en esta ocasión no me prestó un casco.
- Gracias por traerme- Susurro con una sonrisa.
- No hay de qué- Dejo un beso en su mejilla cuando termina de hablar-. Alex- Me doy la vuelta para ver a Mark un tanto incomodo sobando su cuello con su mano. Lo miro esperando a que hable y cuando toma una bocanada de aire preparado para hacerlo, me decepciona escucharlo- Nada. No es nada- Convencida asiento con mi cabeza y entro a mi departamento.
Vuelvo a dejar mi chaqueta en el mismo lugar donde la dejé horas atrás. Y cuando camino hacia el sofá, no logro ver a mi novio dormir allí, por eso decido observar todo el lugar para encontrarlo. Y lo hago.
- ¿Era Mark?- Pregunta dejando el vaso con agua sobre el fregadero.
Con mis ojos cerrados, esperando a lo siguiente, asiento con mi cabeza.
Sé que no le gusta que me junte con él, lo sé porque aunque no quiera demostrarlo, se nota que se pone celoso.
- Alex...- Susurra ahora con su semblante tranquilo y se acerca a mí- No te quiero impedir que te juntes con él, es tu amigo y lo entiendo pero...
- Yo te amo- Suelto mirando al suelo-. No hago otra cosa que no sea esa. Sólo eres tú, tú te mantienes en mi cabeza todo el día, Jason. Te amo y juro que no me canso de decirlo, pero es mi amigo y me gusta ir allí solo...
- Alex, confío en ti. ¡Obvio que lo hago! Solo que no confío en él, sé que lo cliché te empalaga pero esa frase tan cliché es la pura verdad. Se han besado, ¡has besado a todos tus amigos y...!- No puedo dejarlo terminar.
Creo que no logra entender que a pesar de juntarme con millonadas de chicos, siempre será él y ya no sé como demostrárselo. Pero de la única forma que puedo ser capaz de tranquilizarme y sentirme segura, es en sus brazos y en sus besos.
Por eso, en el momento que hace que enrolle mis piernas en su cintura, pierdo la cordura.
Su lengua hace magia en donde sea, debo admitirlo.
- Te amo, Jason. Ya no sé como demostrártelo- Susurro juntando nuestras frentes pero separando nuestras bocas para poder respirar-, eres mi todo- Y así, prosigo a juntar nuestros labios en otro efusivo beso.
Él me apoya sobre la mesa que se encuentra en la cocina mientras sus manos viajan a mis pechos, masajeándolos con amor y, así es como nos volvimos uno entre besos y caricias.
[...]
Zarandeo a mi novio en la cama murmurando su nombre.
Con demasiada suerte para mí, hoy es sábado. Pero con mala suerte para mi novio, hoy es sábado, por lo tanto tiene que trabajar.
- Jason- Murmuro zarandeando por decimoquinta vez su cuerpo sobre la cama-. ¡Despierta!
Creo que tendría que unirme a él, ya que no puedo contra él. Pero no.
- Amor- Susurro dejando un beso en su mejilla. Después prosigo por la comisura de su labio para acabar en ellos-, lindo- Dejo varios besos húmedos sobre su boca y, aprovechando el hecho de que acabo de enjuagarlalamo la suya con una sonrisa-, Despierta amor- Él se remueve pasando la lengua por sus labios y dejando ésta fuera por unos segundos, por lo que no desaprovecho la oportunidad y, con mi lengua fuera, me acerco hasta llegar a sus labios y chocar parte de su lengua con la mía.
- Que pesada eres, amor- Murmura ronco restregando su rostro con sus manos.
- Tienes que irte a trabajar.
- Lo sé- Esta vez habla más quejándose que para otra cosa-. Dame un beso.
- No lo sé.
- Quiero un beso tuyo, amor. ¿Qué tan difícil es chocar tus labios con los míos?
- No sé, dímelo tú.
- Te amo- Susurra acercándose a mí para juntar nuestras frente y, después de varios segundos observar sus hermosos ojos, decide lamer sus labios y dejar un casto beso en los míos.
- Yo también lo hacía.
- ¿Hacías?- Pregunta con su ceño fruncido.
- Sí. En el momento que lamiste tus labios para darle un simple toque a los míos, lo tengo en duda- Él comienza a reír dándome uno de sus besos, uno de esos besos que sólo él sabe dar. Uno de aquellos besos que me encantan y hace que me enamore aún más de él-. Te amo a pesar de tu feo aroma mañanero- Vuelve a dejar un beso en mis labios y se levanta de la cama, dejando ver su trasero al descubierto.
Oprimo una risa mirándolo. Debo admitir que tiene un trasero de la puta madre.
- Deja de mirar mi trasero- Dice cubriendo su bulto con su bóxer.
- Lo tienes durito- Digo con una sonrisa. Él me guiña un ojo mientras que yo tiro un beso al aire.
Veo como desaparece por la puerta del baño, cerrándola con un poco de fuerza. Suspiro y cojo mi celular para ver la hora. Al ver que ya son casi las nueve, me levanto de la cama y camino hacia mi guardarropa.
Colocándome un short y una polera para andar en casa, salgo de mi habitación.
- Buenos días- Digo entrando a la cocina y caminando a por una taza de café.
- Buenos días, Alex- Katherine se acerca y deja un beso en mi mejilla-. ¿Vas a tomar algo?
- Café- Murmuro acercando la taza a mis labios para beber un poco. Asiente caminando a la silla de Lucinda, la cual se encuentra frente a una mesa, y deja un vaso con leche chocolatada, a su lado se encuentra un sándwich cortado en pequeños trozos sobre un plato. Ella tiene su semblante feliz al ver el rico desayuno que está por digerir.
En el momento que termino mi desayuno, Jason aparece por la cocina con su habitual ropa de trabajar y su cabello bien peinado. Cuando comenzó a estudiar medicina, empezó a trabajar como secretario en una gran empresa de autos.
Sí, secretario.
Necesitaba demasiado pagar sus estudios, así que decidió trabajar para pagarlos con su propio sueldo. Obvio que en el momento que logre recibirse, dejará ese trabajo, o al menos es lo que él dice.
Con respecto a mí, por el momento estoy decidida a seguir como mesera en el restaurante de Jerry. Planeo comenzar con mis estudios el año que viene, así en el momento que tenga que asistir a la universidad, no ocuparé la mayor parte de mi tiempo trabajando. Juntaré dinero y con todo lo recaudado, pagaré mis estudios el próximo año.
Simplemente esa idea me agradó.
- Tía Alex- Lucinda trata de bajarse de su silla, por lo que rápidamente corro hacia ella y la cojo en mis brazos ya que la silla es demasiado alta y podría caerse-, Yo no quiero que Jason se vaya- Murmura haciendo un puchero con su boca. Con sus seis años ya logra articular bien sus palabras. Habla bien.
- Él tiene que irse a trabajar- Susurro-, yo tampoco quiero que se vaya pero tiene que hacerlo.
- ¡Pero yo no quiero!- Chilla frunciendo su ceño.
- Ya pequeña- Jason se acerca a nosotras con su rostro serio-. Volveré en unas pocas horas- La coloca entre sus brazos dejando un beso en su mejilla-, además, tía Alex se quedará contigo, muñeca.
- Sí, ¿acaso no me quieres?- Hago un puchero con mis labios.
- No tía Alex, ¡no pienses eso!- Siento como Jason acerca sus labios a los míos, por lo que logra darme un beso- Ew- Jason y yo reímos.
Miro toda la cocina en busca de mi amiga, pero no está así que decido buscar a su padre, pero, ¿qué creen? Tampoco está.
Él deja a Luci en el suelo y esta no pierde la oportunidad de ir corriendo y, ya que ella aprovechó su oportunidad, yo decido hacer lo mismo, por lo que me acerco a mi novio con una sonrisa y dejo un beso mojado en su mejilla.
- Te amo- Susurro haciendo un camino hasta sus labios con mis besos-. A eso lo sabes, ¿no?
- Claro que lo sé, amor. Te amo mucho más de lo que te imaginas- Sonrío con ternura al escucharlo decir esas simples palabras que ya logran alegrarme el maldito día.
Media hora después, me encontraba con Lucinda en el sofá, mirando la televisión.
Todos cumplieron el deber de ir a trabajar mientras que yo puedo disfrutar de la compañía de mi sobrina y la televisión.