Fue una gran desilusión para mí saber que Vlad es gay, y con esto no estoy diciendo que me desilusione el hecho de que un hombre sea gay, para nada. De hecho, soy una completa mariliendre. Los únicos libros de romance que leo son los que tienen parejas LGBT, y sí que me encantan los libros homo eróticos. Solo es que me parece injusto que el hombre más hermoso que he visto en esta ciudad, no pueda ser de alguna buena chica. — Da, pap, ya khorosho pozavtrakal*— le dice él a quien sea que esté al otro lado de la línea, en un perfecto ruso —. Ok, los llamaré al medio día, recuerden que estoy en horario laboral. Ciao, los quiero. Colgó, y llegamos al ascensor. Vlad marcó el primer piso, ya que me mostraría las instalaciones de abajo hacia arriba. —¿Eres ruso? —se me ocurrió preguntar,

