1 Un Milagro de Nacimiento
Siempre me han interesado los acontecimientos sobrenaturales. Mi curiosidad por el misterio me ha dotado de una profunda imaginación. Diría que me he pasado la vida persiguiendo casos que nadie puede explicar. Aunque mi afición hizo que muchos me llamaran loco, realmente me ayudó. Las rarezas de las que fui testigo me mostraron que hay una vida más allá de la muerte, otra verdad más allá de la verdad, y levantaron la cortina que cae sobre nuestros ojos cuando nacemos. Y lo que es más importante, me dio nuevos amigos que hicieron que el mundo dejara de ser un lugar aburrido.
Un conocido mío, profesor del Instituto de Ciencias Sociales, tenía un gran círculo en la universidad. Todos eran de mente abierta, figuras destacadas del mundo científico. Entre ellos había físicos, filósofos, médicos. Como siempre tenían que parecer racionales en la sociedad, respetaban los pensamientos más locos entre ellos. Los casos que la ciencia calificaba de disparates eran de gran interés hasta el punto de permanecer en secreto. Nos reuníamos a menudo y hablábamos de temas sobrenaturales. Un día, uno de nuestro grupo llegó con un libro de un autor no reconocido llamado "Veneno de amor". Encontró este libro, que ya no estaba en el mercado, en una librería de segunda mano, bajo una montaña de libros cubiertos de polvo. En la primera historia del libro, llamada "Dispositivo Milagroso", se mencionaba que la muerte aparecía junto a nosotros en forma de un fotón de luz, justo antes de que respiráramos nuestro último aliento, y luego entraba en nuestros cuerpos y nos quitaba la vida. Esta afirmación, que nadie tomaría en serio, había llamado la atención de algunos de nosotros. Sin embargo, los físicos no encontraron esta tesis digna de interés. Este descubrimiento, que, de confirmarse, sería considerado el más grande de nuestro siglo, se había dejado perder en un libro de páginas dispersas de un autor desconocido. Entonces mi amigo académico me señaló la reticencia de los científicos a exponer ideas en un campo en el que la religión tiene voz y voto. La muerte era una cuestión de monopolio de la religión. Un doctor en filosofía también estaba en la sala en ese momento. El filósofo, que tenía un aspecto frenético y su cabello parecía ventilarse con el viento en la cabeza, expresó su opinión de la siguiente manera:
"Según el alma, tener un cuerpo es una enfermedad. El alma ve la posesión de un cuerpo como un mal funcionamiento. Lo entendemos por los contratiempos que nos ocurren, que algo va mal a nuestro alrededor en cualquier momento. Por eso, cuando morimos, nos libramos de una enfermedad".
Pasaron los meses. Pero no podía dejar de pensar en la tesis del autor desconocido. Un día, cuando fui a visitar a mi amigo académico, lo encontré discutiendo con un grupo de profesores en pie. El tema de la disputa era una tesis de maestría presentada por un estudiante para su aprobación por el rectorado. En la sala estaban el director del instituto, el director de la tesis, un profesor asociado y un profesor auxiliar. El alumno superó la defensa de su tesis, pero no hubo consenso en cuanto a su éxito. La tesis, elaborada a partir de casos de reencarnación, se llamaba " Memoratos ". El director del Instituto de Ciencias Sociales consideró el trabajo poco científico, aunque se trataba de experiencias personales. El asesor del estudiante sugirió que la tesis se había elaborado teniendo en cuenta el libro `Reencarnación y Biología', del profesor estadounidense de psiquiatría Ian Stevenson, que refutaba esta afirmación. Porque la tesis presentaba pruebas biológicas de la reencarnación. Se trataba de personas que, de alguna manera, fueron asesinadas y luego renacieron. No sólo recordaban sus vidas pasadas, sino que volvían a nacer con las marcas con las que murieron. De hecho, el artículo de Stevenson "Birthmarks and Birth Defects Corresponding to Wounds on Deceased Persons" (Marcas de nacimiento y defectos de nacimiento correspondientes a heridas en personas fallecidas), publicado en el Journal of Scientific Exploration en 1993, se incluyó en la tesis. El niño turco objeto de este artículo afirmaba que la marca de nacimiento que tenía en la cara derecha se debía a que le habían disparado a corta distancia con una pistola en su vida anterior. La bala penetró en el lado derecho de su cráneo, dañando su cerebro, y la víctima murió tras seis días en el hospital luchando por su vida. Stevenson había recibido una copia de los registros del hospital que mostraban que las marcas de nacimiento y muerte del caso coincidían. Lo sorprendente era que las marcas de entrada y salida de la bala en la cabeza estaban en el mismo lugar tanto en la persona que murió como en la que nació. La tesis planteaba las siguientes preguntas: ¿El ser que vivía en dos cuerpos distintos y que parecía haber sido disparado con la misma arma era una sola persona o dos personas distintas? ¿O fue todo una ilusión? ¿El suceso, que parecía haber tenido lugar en momentos diferentes según el calendario de nuestras mentes, ocurrió simultáneamente en una eternidad donde el tiempo nunca existió? ¿Aparecía una sola persona en dos personas distintas, como un electrón que se encuentra en dos lugares distintos al mismo tiempo? ¿Podría nuestra perspectiva estar engañándonos?
El artículo de Stevenson de 2005 "Algunas malformaciones corporales atribuidas a vidas anteriores" fue ampliamente incluido en la tesis. Según este artículo, A.D. nació en un distrito de Hatay y empezó a hablar a la edad de 1,5-2 años. En su vida anterior, era un obrero llamado Salih Girisken y murió bajo un edificio que se derrumbó durante la construcción, pero un trozo de escombro le cayó encima antes de que un montón de hormigón le causara la muerte y le arrancara la mano izquierda. Así que A.D. nació sin su mano izquierda y todavía sangrando por su herida, durante el parto..
No era un problema, por supuesto, que la tesis presentara casos con pruebas tan concretas. Porque la reencarnación nos ha dado muchos ejemplos que demuestran que los que fueron disparados con una pistola nacieron con una marca de bala. Pero nunca se ha atestiguado que alguien que recibió un disparo en la pierna haya nacido con una bala en la pierna. El caso número 14 de la tesis estaba causando controversia en el jurado. Al parecer, cuando un hombre que fue disparado con una pistola mientras hacía contrabando volvió a nacer, se llevó consigo una bala alojada en la pierna en una vida anterior. De hecho, cuando el bebé nació, la herida de su pierna aún sangraba y la bala seguía en su sitio. Por alguna razón desconocida, la bala no pudo ser extraída, más tarde, el niño recordó su vida pasada, relatando largamente cómo fue asesinado.
El director del instituto insistió en que este caso, que no presentaba ninguna prueba, fuera excluido de la tesis. El asesor era partidario de un estudio detallado. Cuando se llamó al estudiante y se le preguntó si podía respaldar la afirmación, objeto del caso 14, con registros hospitalarios o judiciales, dijo que no había hablado con la persona en cuestión, y que el incidente se lo había contado el caso 13, que se había reencarnado. Por una extraña coincidencia, el caso 13 también recibió un disparo en la cabeza con la pistola que le causó la muerte en su vida anterior. Las marcas dejadas por la bala que entró en su sien izquierda y salió por la parte posterior de la cabeza podían verse fácilmente incluso hoy. El punto de entrada de la bala se parecía a un agujero por el que podría entrar un dedo al nacer. Dijo que a menudo soñaba y reconocía a personas de su vida anterior, como su mujer y sus hijos, pero que no podía recordar sus nombres. Los añoraba, pero no sabía dónde estaban. Siempre se despertaba de sus sueños por la noche llorando. Conoció el caso 14 cuando trabajaban en la misma planta de montaje en Arabia. En medio del desierto, lejos de la ciudad, tenían mucho que contarse por las noches. No sólo recordaban sus vidas pasadas, sino también el momento de su muerte e incluso después. El velo del misterio sobre la muerte se había levantado para ellos, pero el secreto de la vida seguía siendo ininteligible. No sabían por qué habían vuelto a nacer. ¿Quién los empujó de vuelta a la Tierra? El número 13 se volvió más religioso en su nueva vida, mientras que el número 14 se volvió escéptico. Pero aquí también había un contraste. El número 13 era un pecador que cometía crímenes en su vida anterior, mientras que el número 14 estaba comprometido con su religión en su vida anterior, aunque era un contrabandista. Así es como la muerte sacó a uno de la religión y puso al otro en el camino de la religión. El número 13 creía en la existencia del alma. El número 14 sugería que aunque muriera y resucitara, el alma podría no existir.
Mostrando la ubicación de la bala de una vida anterior en su pierna, decía: "Si hubiera un alma, esta bala no estaría aquí". Según él, la presencia de la bala era también una señal de que no existía Dios.
Aunque el estudiante que presentó la tesis intentó entrevistar al caso número 14 muchas veces, no pudo contactar con él. En ese momento, trabajaba para una empresa dirigida por sus hermanos, y su familia no le permitía reunirse con nadie. ¿Podría deberse a la actitud escéptica del caso ante la religión? Porque sus hermanos eran bastante conservadores y encontraban absurda la afirmación de la reencarnación. Acusaban a su hermano de ser un enfermo mental por decir que había renacido a pesar de tener una bala o una marca de bala de una vida anterior. Lo consideraron loco y construyeron un muro a su alrededor. Sus palabras, que negaban la existencia del espíritu y de Dios, horrorizaban a la familia. Pensaban que era lo peor que les podía pasar. Así que cuando el estudiante pidió reunirse con el sujeto, los hermanos le echaron en cara que todas esas acusaciones eran inventadas. Y lo que es más sorprendente, esta persona no estaba en ningún sitio. El estudiante lo intentó varias veces más, pero fue insultado. Si la afirmación de la reencarnación era una mentira, ¿por qué lo escondían? ¿Por qué no dejaban que nadie lo conociera? Si el caso de la bala era una invención, podrían haberse librado de los que acudieron a la entrevista dejando que el sujeto lo explicara.
Era bastante intrigante. Tras largas deliberaciones, el jurado calificador decidió solicitar la opinión de un obstetra. La tesis se puso en conocimiento de un profesor del hospital universitario. Me dijeron que, como persona curiosa, también podía estar presente cuando el experto explicara su opinión.