-¡Vaya que estas arruinando todo! –Gruñe una voz desde el otro lado de la habitación y hace que me erice los pelos de la nuca. Reconozco esa voz y claro que reconocía ese horrible piso. Voltee y tenía a Prada en frente, con una mirada fría. No me salían las palabras pero tenía tantas preguntas. Ya no estaba la mesa, ni las cortinas o los cuadros que había visto antes, todo se veía bastante borroso. Lo único que reconocía eran esas ventanas tapadas con periódicos que apuntaban la luz del atardecer. -¿Qué se supone que pretendías lanzándote a ese carro? ¡Pudiste haberlo matado! Seguía sin decir una palabra ¿Dónde estaba? ¿Había despertado del sueño? ¿Seguía en él? Me pellizque fuerte en mi brazo izquierdo. No funcionó. -Vaya que eres una tonta si crees que esto es un sueño. Ya debiste d

