Para el verano, las negociaciones de Mónica con la empresa de software habían dado como resultado un excelente contrato. Además de un salario sustancial y mucha autonomía creativa, tendría cierto control sobre sus horas y podría realizar parte de su trabajo desde casa. Le avisó a su antiguo jefe con un mes de antelación, ya que el nuevo trabajo no estaría listo hasta entonces, y anunció que se tomaría inmediatamente sus dos semanas de vacaciones acumuladas. Su repugnante jefe no estaba en posición de protestar, ya que era la única que podía capacitar a su reemplazo.
Cole y Monica acordaron que, cuando ella dejara su trabajo en el centro, se mudaría con él para comprobar aún más su compatibilidad. Si podían vivir juntos y felices durante unos seis meses, creían que el matrimonio sería el s
