AITANA
Elijah Colton quería que fuera de gira con él.
Um.
¿Qué?
Aparentemente estaba equivocada antes. Eso sí era lo último que esperaba que dijera.
—Como mi novia —añadió.
Error otra vez. Eso sí era lo último que esperaba que dijera.
—Ya sabes, como en el video.
Lo miré parpadear varias veces.
—Um… en el video estábamos actuando.
—Sí.
Lo observé. Un buen rato.
Luego empecé a irritarme. ¿Qué demonios pensaba que era, una especie de novia de alquiler?
—Sí —dije, con un poco de filo en la voz—. Y tú estabas… ya sabes…
Su boca se curvó en una sonrisa de esas tipo Cami.
—Excitado.
Jesús. Ni siquiera trató de poner excusas o fingir la menor vergüenza. Me hizo sentir un poco mal por su verdadera novia. Aunque ella era hermosa, talentosa y asquerosamente rica. Quiero decir, su novio estaba en la cama conmigo, con una erección enorme, y ni siquiera fingía que le importara.
¿Y ahora esto?
—Pero tú tienes novia.
—No —dijo—. Terminamos.
Okay. Información totalmente nueva.
Mi cerebro con resaca trató de procesarlo.
—¿Pero estaban juntos cuando grabamos el video?
—En realidad, terminamos más de un mes antes de la grabación. Solo que no lo habíamos hecho público todavía.
Mierda.
Eso significaba que cuando filmamos el video no estaba siendo un cerdo infiel cuando me besó. Yo había pensado que lo había hecho solo porque su ego gigante se sintió herido cuando creyó que me gustaba Zander. Y yo solo le devolví el beso porque, con su lengua en mi boca, se me olvidó momentáneamente que no estaba soltero.
Definitivamente me habría sentido mucho menos sucia y confundida por todo eso si lo hubiera sabido antes.
Él me miraba sonriendo mientras yo procesaba todo aquello.
Yo lo miré de vuelta, sonrojándome como una idiota. Solo intentaba calmarme y escuchar lo que decía. Porque no me estaba pidiendo que fuera su novia. Me estaba pidiendo que fuera su novia como en el video. Lo que significaba…
—Pero… me estabas pagando para… um… hacer todo eso.
—Exacto.
—¿Así que quieres contratarme para ser tu novia falsa?
—Sí, durante la gira. —Cuando solo lo miré, añadió—: Una gira es lo que hacen los músicos, usualmente después de lanzar un nuevo álbum. Ya sabes, programan conciertos en diferentes lugares y la gente compra boletos para esos shows y los músicos van y tocan sus canciones.
Fruncí el ceño.
—Sé lo que es una gira.
—Parecías un poco confundida.
Más bien mucho confundida.
—Creo que necesito más información.
—Claro. Voy a hacer una gira de seis semanas por Norteamérica para promocionar mi nuevo álbum. La mayoría de los shows son en Estados Unidos, un par aquí en Canadá. Y el teléfono de Ryder no ha dejado de sonar. Todos quieren saber quién es la chica nueva.
—¿Chica nueva?
—La chica del video —dijo—. Esa eres tú.
Cierto.
—Así que, aparentemente, te tengo que agradecer por el éxito del video.
—Um… ¿de nada?
Bebió un sorbo de su café.
—Porque, según los rumores, podríamos ser pareja.
Sí, yo también había escuchado “los rumores”. Gracias a Cami. Aunque elegí ignorarlos, ya que no eran ciertos.
—Vi el video anoche —dijo, y sentí el calor subir a mis mejillas otra vez. Solo la idea de Elijah Colton viendo ese video… todos esos primeros planos de cosas embarazosas, como mis uñas clavándose en su piel o mi labio inferior temblando mientras respiraba…
—Parecía que la estabas pasando bien —añadió.
Me sonrojé aún más, pero no podía negarlo.
—Tú también —repliqué.
—Lo estaba.
Dios.
—¿Entonces qué dices?
Aclaré mi garganta.
—¿Quieres pagarme para fingir ser tu novia durante seis semanas?
—Sí.
—¿Como, las veinticuatro horas del día?
—Sí.
—Tu novia.
—Sí.
—¿Como en el video?
—Exactamente así.
Um.
—¿Por qué?
—Porque este es mi primer álbum como solista y significa mucho para mí. La canción va bien, y eso tiene mucho que ver contigo. Aunque seas demasiado modesta para admitirlo, puedo decirte que es un hecho. Pero desde la ruptura… —Desvió la mirada hacia los niños y se frotó la nuca, lo cual interpreté como que Elijah Colton estaba pensando o quizá nervioso, lo cual era condenadamente tierno—. El álbum como solista de Elise le fue increíble. Ha vendido más que los dos últimos discos de Dirty juntos. Entre el álbum y sus otros proyectos —películas, cosméticos…— le está yendo genial. Y hay mucha gente que piensa que mi álbum solo se venderá si ella está de alguna manera vinculada. Algunas de esas personas trabajan en la disquera.
—Pero… tú eres el talento. O sea, no es que Elise no lo sea… pero tú escribes las canciones, ¿no?
Me miró como si fuera adorablemente ingenua.
—No se trata de talento, Aitana. Se trata de lo que vende. Y si tienen razón, no apoyarán otro álbum solista mío. —Se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas—. Cuando Elise y yo salíamos, estábamos en todos lados. Éramos visibles. Todos querían saber hasta el más mínimo detalle de nuestra relación. Ahora eso terminó. No lo hemos confirmado ni negado, pero solo puedo evitar la pregunta por un tiempo limitado. Solo puedo pedirle a Elise que siga fingiendo que sigue conmigo hasta cierto punto; tengo que dejarla libre oficialmente. Lo haré mañana.
—Pero pensé que tus fans mujeres estarían felices de que estés soltero.
Sus labios se curvaron.
—Podrías pensar eso, ¿no? Pero aun así, necesito ayuda para mantenerme en la mente del público. Hay un dicho: solo eres tan grande como tu último álbum. O, hoy en día, podrías decir tu último sencillo. Bueno, el último disco de Dirty salió hace casi dos años. La gira terminó hace tiempo. Y nunca he hecho un álbum solista. Pero tú, cariño, apareces de la nada… y vendes. —Sus ojos oscuros se clavaron en mí—. O al menos tú y yo juntos vendemos.
—Oh. —Me mordí el labio—. Entonces… básicamente… ¿quieres que te ayude a ganar dinero?
—Si te hace sentir mejor, míralo así: hay mucha gente que depende de mí para que gane dinero y así ellos puedan cobrar. Ryder y Ximena han estado trabajando durísimo, y cada m*****o del equipo que viaja con nosotros vive de esto.
Okay. Me caía bien Ryder —quiero decir, él fue quien me contrató para el video—, y haría casi cualquier cosa por Ximena. Esa chica había sido increíble conmigo. Aunque siempre tenía cuidado de no preguntarle sobre Elijah cuando hablábamos, porque A) no quería que pensara que esa era la única razón por la que mantenía contacto, y B) no quería pensar que mantener contacto con ella significaría volver a verlo.
Y aun así, ahí estaba él, en el patio trasero de mi hermana, ofreciéndome un trabajo. Un trabajo jodidamente raro, pero trabajo al fin.
—Esta gira es especial, Aitana. Estoy pagando gran parte de ella de mi propio bolsillo porque es importante para mí. Es la razón por la que me levanto tan temprano en la mañana. —Sonrió y bebió otro sorbo de café.
—¿Qué piensan Ryder y Ximena de esta… propuesta?
—Aún no lo saben —dijo—. ¿Qué piensas tú?
—Realmente no lo sé.
—¿De verdad? —La expresión de leve asombro que me dio me hizo preguntarme cuántas veces este hombre había escuchado la palabra “no” salir de la boca de una mujer… y solo eso me dio ganas de decirla—. ¿Por qué no?
—Bueno, para empezar, tengo un trabajo.
Levantó su taza de café.
—¿Esto?
—Sí, esto. Este es el lugar de mi hermana, y trabajo aquí cuatro días a la semana.
—¿Sí? ¿Cuánto ganas aquí al día?
Crucé los brazos sobre el pecho.
—Sabes, eso es bastante grosero de preguntar. —Principalmente porque la respuesta era vergonzosa. Pero, afortunadamente, nos interrumpió el golpe oportuno de una puerta y el sonido de tacones altos acercándose por el patio.
Me giré y vi a mi mejor amiga mirándonos.