— Trabajo aquí — respondió con una mueca de esas que dicen “que no es obvio".
—Espera, tú eres el gerente general de esta empresa — interrogué, queriendo pensar que todo esto podía ser una confusión.
—Si — respondió relajado mientras sacaba unos papeles de un lado de su escritorio — y tú serás mi nueva asistenta personal.
Justo lo que no quería escuchar — que rayos — exprese un poco enfadada con todo lo que hacían nuestros padres por juntarnos.
—Yo dije lo mismo cuando mi padre me dio la noticia — aseguro mirándome de una manera algo extraña.
—Bueno nada se puede hacer, así que dime qué es lo que tengo que hacer — dije sin querer darle más vueltas al tema.
—Ese será tu puesto de trabajo — indico a una de las esquinas dónde se encontraba un escritorio grande, sinceramente me gustó que tenga un espacio de trabajo en un ambiente tan grande y bonito como era está oficina, solo quería hacer unos cuantos cambios y el primero e imposible era botar a Jasper de aquí.
En fin, yo únicamente asentí y me dirigí a tomar asiento a mi nuevo escrito.
—Revisa estos documentos y una vez terminados me los traes para poder firmar o no — dijo parándose de su escritorio y acercándose al mío, yo fruncí el ceño y él al notar mi expresión se quedó quitó mirándome — ¿pasa algo?
—Me podrías repetir lo que dijiste por favor — hice énfasis en la última palabra, esperando que se dé cuenta de su error.
—Comprueba estos documentos y me los traes a firmar — dijo extendiendo los papeles delante de mí, nuevamente cometió el error, pero yo no iba a dejar que se vuelva a equivocar.
—Niño dime ¿dónde se fue el por favor y gracias? — interroga mirándolo fijamente, aún sin recibir los documentos que tenía en mano — yo no te pienso recibir nada si no me pides las cosas bien.
—¿Es en serio? — cuestionó con una ceja en alto.
—Si — respondí mirándolo con seriedad.
— No tengo tiempo para niñeras — frunció el ceño tratando de persuadirme, pero yo mantenía mi postura y nada ni nadie iba a doblegarme.
—Entonces te recomiendo que te apresures — respondí con la mirada fija en él, pasaron unos segundo en los que Jasper se quedó en silencio.
A los pocos segundos escuché un suspiro, de esos que ya ayudan a tener algo de paciencia — Mariana podrías por favor revisar estos documentos para que los pueda firmar — ni bien lo escuché sonreí ampliamente viendo como le había ganado a este niño engreído.
—Claro que si — dije tomando esos documentos entre mis manos, él me dio una última mira y giro para irse a su escritorio, pero antes que de un solo paso tosi para llamar su atención.
—¿Pasa algo? — pregunto arqueando la ceja.
—Sí, falta mis gracias — dije y él rodó los ojos con molestia.
—Gracias — dijo simple y volví a sonreír ampliamente, victoria.
—Vez que es fácil pedir las cosas de manera amable — dije y sin esperar respuesta gire sobre mí, asiento para disponer a leer los documentos.
No me di cuenta cuando se fue de mi lado y tampoco mi intereso, nada más sé, que una vez que termine de leer y dar el visto bueno levanté la mirada y lo encontré sentado frente a su escritorio con la mirada en unos papales que tenía en mano.
Me levanté de mí, asiento y me dirigí a paso firme al frente de su escritorio, él al percatarse de mí, presencia levantó la mirada.
—¿Terminaste? — preguntó
—Si, todo en este contrato está en orden — dije extendiendo los papeles en mano.
—¿Estás segura? — pregunto nuevamente
— Si — dije simple
—Pensé que no sabías nada de negocios — dijo con una sonrisa burlona, recibiendo los papeles que le estaba alcanzando.
—Pues estás muy equivocado niño tonto, si quieres puedes revisarlo nuevamente y verás que todo está en orden — aseguré
—Exclusivamente era un pensamiento — dijo, sin tomarme importancia, yo bufé sin querer hablar más con él.
—Bueno estaré revisando otros documentos que hay en mi escritorio — dije queriendo retirarme a mi cómodo lugar de trabajo.
—Eso déjalo para después tenemos una reunión en 15 minutos y necesito que tomes apunte de todo — explico sin verme ordenando todo el papeleo que tenía sobre su mesa.
—Está bien — dije, y me fui en dirección de mi bolso dónde tenía una libreta de apuntes.
—Bueno vámonos — dijo levantándose de su asiento con varios folders en mano.
—Está bien — dije caminando hasta la puerta, de donde salimos los dos a paso firme.
Llegamos en cuestión de minutos a lo que parecía la sala de juntas dónde se llevaría dicha reunión, era un sitio amplio con unas ventanas enormes, tenía una mesa larga con asientos a los bordes y para finalizar una pizarra blanca al fondo del lugar.
Yo estaba parada admirando el sitio mientras Jasper realiza una llamada, que al parecer era muy importante, una vez que cortó la llamada se acercó a mí.
—Mariana, tenemos que hablar seriamente — yo lo mire con una ceja en alto esperando saber por qué me decía las cosas así, como si yo fuera una niña que no tomaba nada en serio.
—Dime — dije simple
—Yo sé que tú estás aquí en contra tu voluntad cumpliendo con nuestro trato — yo asentí con la cabeza, escuchándolo atentamente — y sé que puedes estar algo molesta, pero te pido por favor que trabajemos como un equipo de la mejor forma.
Sonreí de lado con algo de gracia con lo que me acababa de decir, él se quedó mirándome sin entender mi actitud —será así, siempre y cuando tú me pidas las cosas de una buena manera.
—Está bien no volveré a tratarte mal, discúlpame por eso — dijo siendo amable y yo me asombré un poco, pero no diría nada al respecto porque no quería malograr el momento.
—Disculpado ahora tenemos que trabajar — dije, viendo como una señorita ingresaba en la sala, él se percató de la presencia y le hizo una señal para que pueda acercarse a nosotros.
—Buenos días, señor Romanof — saludo con una sonrisa enamorada que era muy obvia.
—Buenos días, Karen, te quiero presentar a Mariana mi prometida — dijo Jasper siendo sincero y cordial con la señorita a quien se le había borrado totalmente la sonrisa que tenía cuando entró.
—Mucho gusto — dije extendiendo mi mano para saludarla, ella me vio con puro odio, echando celos a vista y paciencia mía.
—Igualmente — dijo sin tomarme el saludo — estos son los documentos que se emplearán en esta reunión señor Romanof — le entrego unas carpetas para luego retirarse como alma de demonio.
Me quedé callada viendo como se iba la tal Karen, una vez que desapareció de la sala gire hacia Jasper con ganas de preguntarle muchas cosas.
—Parece que la noticia le choco fuerte — dije dándole una mirada de reojo.
— Así parece — asintió mientras los dos veíamos en la dirección donde se fue Karen.
—Algo me dice que me odia — afirme con una sonrisa
—Ella es una de las muchas que te odiaran — dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
—Eres un pendejo — dije mirándolo con una sonrisa
—Lo sé, pero no saldré con nadie mientras tengamos nuestro trato — dijo con un poco de seriedad mirándome.
—Sabes que eso no es necesario niño, tú y yo somos libres — dije relajada pero el negó con la cabeza.
—Lo sé, pero no quiero que alguna de mis chicas haga un problema — sonreí viendo como era de descarado.
—Ya es tu decisión, bueno empecemos a trabajar — dije, viendo como unos señores ingresaban en la sala.
—Buenas tardes, señores — Jasper saludo cordialmente