BASTIAN
Puedo ver la emoción contenida en los rostros de las personas del público, incluso algunos participantes no paran de mirar hacia la dirección de la chica Bloodmoon, y es que no es para menos, pues la velocidad que tiene, incluso en su transformación a medias, es impresionantemente mayor que la de muchos otros participantes con su transformación completa, y eso que el grupo está compuesto de alfas, betas y algunos gammas, pero ella es la única que oficialmente es una omega, aunque todos estén bastante conscientes de que su linaje es de reyes alfa.
Cuando ya han entrado los primeros quince y ella va en línea con otros diez lobos, algunos de los cuales van delante, parece tomar una respiración profunda y con un impulso renovado empieza a correr aún más rápido y un murmullo generalizado de asombro se extiende por la multitud, el cual va creciendo a gritos de aliento a medida que se van acercando a la tercera y última etapa de la competencia, y casi como si se tratara de uno solo, el público entero suelta un suspiro de alivio cuando la chica se cuela en el último momento entre el grupo de veinte que pasa a la tercera etapa de la competencia.
Pero el alivio dura poco, especialmente el de la familia que la acogió, pues tan pronto como se cierran las puertas de la arena de combate, empieza una lucha descarnada y sangrienta entre los participantes para poderse quedar con uno de los diez primeros lugares y así asegurar un puesto en el grupo élite, y aunque en un principio los participantes se vuelven unos contra otros, casi ignorando por completo a la chica transformada a medias, quizá porque su tamaño es pequeño a comparación del resto, ella pasa desapercibida, pero esta dicha no dura mucho, pues los participantes no tardan en reconocerla y en un par de minutos ya ella está rodeada por al menos seis lobos, dispuestos a despedazarla, ya sea por la competencia o por la sed de venganza, pues muchas de las familias de nuestro reino perdieron a sus seres queridos en la guerra y culpan a los Bloodmoon de ello.
Cuando el primer lobo ataca, me sorprendo con la rapidez de la chica, quien con un movimiento veloz esquiva el primer zarpazo y logra esquivar los demás por un buen par de minutos, hasta que uno de los lobos logra conectar el primer golpe y la envía volando por sobre otro lobo hasta que ella aterriza con un golpe seco en la arena y es evidente que el aire ha dejado sus pulmones momentáneamente, los jadeos de sorpresa que se escuchan en el público no logran llegar hasta la arena de combate, por lo que no hay nada que pueda distraer a los competidores en su feroz lucha.
La chica se pone de pie rápidamente y después de esquivar un par de ataques más, un segundo zarpazo le abre un tajo en su brazo derecho y se escuchan gritos entre el público, ya para este momento las otras peleas entre los demás participantes han cesado repentinamente y a los primeros seis lobos se le sumaron otros tres, mientras los demás permanecen en la periferia observando la pelea y esperando por su turno de atacar; la chica sigue tratando de esquivar mordiscos y zarpazos, pero su rapidez se ve disminuida con una gran herida que se abre en su pierna, rompiendo su pantalón y dejando ver su carne al rojo vivo.
El público está aferrado a las vallas y yo estoy sentado al borde de mi silla, con mis manos agarradas a cada lado de mis muslos, mi madre tiene las manos firmemente entrelazadas y noto que incluso los miembros de mi guardia personal están completamente atentos a la pelea, y mientras los rostros de la mayoría de personas muestran expresiones de sorpresa y expectación, los miembros de la pequeña manada a la que pertenece la chica se ven genuinamente preocupados, mientras que la familia que la acogió está sobrecogida y la madre está llorando desesperadamente mientras un chico grande la consuela, el alfa de la manada sigue gritándole instrucciones a la chica, y cuando otro zarpazo logra abrirle una herida en el pecho, el padre de la chica, un hombre enorme que parece más un oso que un hombre lobo, pareciera estar a punto de saltar a la arena y ponerse en medio de los lobos y ella.
Y no sólo él, sino que sus dos hijos parecen estar conteniéndose para no intervenir, el miedo y la preocupación es evidente en sus rostros y estoy seguro de que la razón por la que no han saltado a la arena, es porque saben que eso les traería una muerte segura, a ellos y a la chica; siento mi corazón latir con fuerza en mi pecho y no recuerdo nunca haberme sentido tan alterado por una pelea en la que yo no estuviese involucrado, y me encuentro a mi mismo deseando que la chica se transforme o que algún suceso inesperado interrumpa lo que será una matanza segura, pero un nuevo golpe, más fuerte que los anteriores y que lanza a la chica por los aires, hace que todo parezca ir en cámara lenta.
Un grito ensordecedor y lleno de terror, el cual proviene de la mujer que cuidó de la chica todos estos años, hace eco por todo el lugar y llega hasta lo más profundo de nuestros cuerpos, haciéndonos estremecer con el recuerdo lejano de una guerra ya peleada y ganada hace décadas, la mujer parece estar a punto de colapsar y justo cuando la chica gira su cabeza para ver a la mujer gritando desesperada, algo parece hacer clic en ella y un segundo después, ante la mirada atónita de todos los presentes, ella se transforma por completo en una enorme loba blanca con manchas cafés, casi doradas y unos ojos dorados penetrantes.
La multitud enmudece y el silencio se esparce rápidamente por el lugar, y no es para menos, pues la loba no sólo es una bestia hermosa que parece sacada de un cuento de hadas, sino que también es gigantesca, y puedo decir con seguridad, que es la loba más grande que haya habido en el reino en décadas, su sangre de alfa es evidente y su linaje real deja a sus competidores como simples aficionados, casi como unos perros de feria jugando a ser lobos, pero sólo cuando escucho a mi madre maldecir en voz baja, es que me doy cuenta del enorme poder que ella tiene y que podría amenazar mi reinado.