Capítulo 1 Su amante
Después de que Kaylah sirviera el último plato en la mesa, vio entrar a Hendry con Alondra Galván.
Durante sus tres años de matrimonio, Hendry siempre ignoró a Kaylah.
Cada noche que Hendry no estaba con Kaylah, Alondra le enviaba mensajes o fotos intimas con Hendry para presumir.
Hendry no quería casarse con Kaylah. Así que su matrimonio no era feliz.
Alondra se apoyó en Hendry. —Kaylah, siento mucho molestarte. ¿Has hecho tú sola todo esto? ¡Qué increíble! Eres mucho mejor que yo. Soy demasiado débil. Hendry siente que doy pena, así que nunca me deja cocinar.
Kaylah se mordió el labio inferior. La aparición de Alondra le hizo darse cuenta una vez más de que Hendry no la quería.
—¡Vaya! Nunca esperé que una amante tuviera tan alto perfil.
Alondra parecía agraviada. —Kaylah, no malinterpretes la relación entre Hendry y yo. El médico dijo que no podía comer demasiada comida rápida. He oído que se te da bien cocinar, así que le rogué a Hendry que me trajera aquí. Sólo quiero disfrutar de tu cocina.
Kaylah apretó los puños. —Sra. Galván, ¿desde cuándo somos cercanos? ¿Cómo puede dirigirse a mí por mi nombre? He cocinado para mi marido, no para usted.
Hendry frunció el ceño. —¿Qué estás haciendo, Kaylah? ¿Es así como tratas a tu invitado? Es sólo una comida. No montes un escándalo por nada.
»Así es. Servirnos es tu trabajo desde que te casaste con mi hermano. No es gran cosa que una persona más coma aquí. —En el piso superior, Cecilia Lowery dijo con expresión impaciente.
—Además, si no fuera por ti, Alondra podría haberse casado con mi hermano. —Cecilia se sentó habitualmente a la mesa y palmeó el asiento que había a su lado—. Alondra, ven y siéntate aquí.
Había cuatro personas en la mesa. Cecilia y Alondra hablaban estrechamente entre ellas, mientras Hendry y Kaylah se miraban con desdén.
—¡Ding!
Sonó el teléfono. Hendry tomó el teléfono y contestó unas palabras. Luego colgó.
—Tengo algo que hacer en la empresa. Kaylah, ocúpate de ellas. Yo me voy primero. No volveré esta noche.
Hendry se marchó a toda prisa.
Kaylah miró a las dos personas en la mesa del comedor y perdió el apetito. —Ya he terminado de comer. Pueden hacer lo que quieran.
Después de eso, se dio la vuelta y subió las escaleras.
—¿Es Kaylah infeliz? Todo es culpa mía.
—Alondra, no te preocupes por ella. Prueba esto...
Kaylah estaba tumbada en la cama, recordando constantemente los últimos tres años.
Cuando conoció a Hendry, que iba a dar un discurso en la escuela, se enamoró de él a primera vista.
Casarse con él era su sueño.
Pero después de casarse con él, su hermoso sueño se convirtió en nada.
Él era tan gentil como ella pensaba, pero nunca le mostró gentileza alguna.
Era tan fuerte como ella pensaba, pero no estaba dispuesto a protegerla.
Para mantener este frágil matrimonio, ella lo dejó todo. Trabajaba duro cada día para cuidar de toda la familia Lowery, haciendo las tareas domésticas y atendiendo a su familia política.
Por muchas dificultades que le hubieran puesto la madre y la hermana de Hendry, ella las soportaría una a una y nunca le causaría problemas.
Ella pensaba que mientras trabajara más y soportara un poco más, él vería lo buena que era.
Sin embargo, él seguía ignorando lo que ella pensaba y traía a Alondra a cenar a casa.
Quizá pronto se divorciaría de ella y se casaría con Alondra.
¡Bang bang!
Llamaron a la puerta.
Kaylah abrió la puerta y vio a Alondra con cara de agravio. —Kaylah, lo siento. No sabía que hoy era tu tercer aniversario con Hendry. No debería haber venido a molestarte.
—Hendry no está aquí. No tienes que fingir lástima. —Kaylah no estaba de humor para tratar con Alondra, así que habló de forma directa.