Contacto

2504 Palabras
Llego a la empresa, cuando estoy por traspasar la puerta de entrada, escucho una voz conocida que me llaman pero no logro identificar, detengo mi caminar, procedo a girarme para ver quien es, a la distancia noto que es la chica que conocí ayer, veo que viene apurada, supongo que para alcanzarme, cuando la tengo cerca la saludo. — Hola, ¿Cómo estas? — Me saluda en cuanto esta a mi lado —.No te vi ayer en el comedor, te estuve esperando, pero se me hizo tarde y me tuve que ir a mi oficina a seguir con mi trabajo — me comenta — — Estoy bien, ¿y tu? no fui al comedor, porque me quede en la oficina poniéndome al día con algunas cosas que no entendía, aunque me fue mejor de lo que esperaba. — Bien bien, comprendo no tome en cuenta que era tu primer día, por lo mismo debías ponerte al corriente con todo. Vamos hablando mientras nos dirigimos al ascensor para comenzar con nuestra jornada laboral, en eso noto como ella pasa su brazo alrededor mío, no le tomo mucha importancia, porque me he dado cuenta que es una persona muy efusiva, y cariñosa.  — Anda al comedor así nos conocemos un poco mas, además ahí tendremos mas tiempo para hablar. — Claro, esta vez voy a bajar — le digo mientras nos acercamos al ascensor —. Que raro siento, como si esto ya hubiera pasado anteriormente — pienso interiormente cuando el ascensor esta apunto de cerrarse. Entra Lydia — — De ahí venia esa sensación de hace unos momentos — me respondo a mi mismo — — Buen día Miguel, veo que si ibas en serio con lo que dijiste ayer — dice a modo de saludo — — Claro que si señorita — le correspondo el mismo — Termina de entrar, se posiciona en el lado lateral de la cabina, todo esta en silencio incomodo, supongo que todavía queda algo de tensión, del comentario que escucho ayer de Rebecca. — Miguel, tenia pensado decirte que mas tarde nos vamos a reunir unos compañeros después del trabajo, para relajarnos un poco — me comenta Becca —. Si estas interesado puedes venir, así conoces a los demás.  — Oh, creo que si — le respondo —. Si me desocupo temprano me pongo en contacto contigo, por cierto todavía no tengo tu numero. Al instante, desbloqueo mi móvil, para pasárselo y posteriormente guarde su numero de contacto, ella lo toma, cuando me lo devuelve, le mandó un mensaje para que también tenga el mío.  Al termina el intercambio percibo una mirada, — Es imposible la única persona aparte de nosotros aquí es la señorita Lydia — dudo un poco pero me decido —  Cuando estoy guardado el celular, miro disimuladamente hacia la posición en la que se encuentra, efectivamente la señorita nos esta viendo, pero tiene una mirada que no se descifrar. Hago como si no hubiera visto nada, termino de guardarlo, Becca se baja en el suyo, espero hasta que llegamos a nuestro respectivo piso, cuando ella se propone a bajar, al parecer no vislumbra bien, lo que causa que casi se caiga, actúo de manera rápida, la tomo del brazo rápido para estabilizar, antes de que ocurra la caída. Ella se endereza con mi ayuda, al darse cuenta de lo sucedido rehúye de mi contacto, sigue caminando como si no hubiese pasado nada.  — Ni siquiera agradeció por haberla ayudado — suspiro imperceptiblemente —. Creo que va a ser más difícil de lo que pensé llegar a ella — me digo —  Sigo caminando en el camino saludo a  Ángela, luego entró a la oficina. Me acerco a mi escritorio, procedo a trabajar como me explico ayer, termino antes de lo esperado. — Supongo que ya le voy agarrando el hilo, termine mucho antes que ayer — me acerco a Lydia, a ver si necesita algo antes de ir al comedor, como quede con Rebecca — — Señorita Lydia, va a necesitar algo mas es que ya termine con mis asignaciones. — Si ya terminaste, entonces no hay ningún problema se puede retirar al comedor. Cuando me dispongo a salir, escucho que me llama, algo intrigado por este cambio, me volteo para ver que es lo que necesita la señorita. Veo como me examina, durante un momento, la veo dudando de si decirme o no, lo que tiene pensando, nunca me hubiera esperado lo que me dijo. — ¿Miguel, acaso estas usando la misma ropa de ayer? — me pregunta — En el momento en que termino de asimilar todo, no se ni que expresión puse, pero lo que si es cierto es que estoy muy avergonzado, de todos no pensé que la señorita lo notaria, no sabia ni que responder. — Al no recibir respuesta de tu parte, puedo intuir que estoy en lo correcto — me amonesta —. Me parece una falta de respeto, siento que le estas faltando el respeto a la empresa, al venir con la misma ropa dos días seguidos. Avergonzado, me quedo en el mismo lugar, escuchando lo que dice la señorita Lydia. — Señorita, lo que pasa, es que este es el único traje que tengo — digo muy avergonzado — La señorita al escuchar mis palabras, detiene lo que iba a decir justo en ese momento. Se queda pensando un poco, al ver mi rostro avergonzado por admitir esto, aparentemente toma una decisión. — Lo siento, no era mi intención actuar de esa manera, es que no sabia la totalidad de tus condiciones  — continua:— Creo que lo mejor seria que después del trabajo te acompañe a comprar, para que no pase de nuevo, piénsalo bien, no quieres darle mala imagen a la empresa, o estoy equivocada. — Si señora comprendo lo que quiere decir, pero no tengo como pagar, no todavía al menos. — No te preocupes, lo descontaremos de tu pago. Lo dice como si nada, aunque vaya a ser descontado de mi cheque mensual, realmente lo pienso bien.   —Bueno tendría que salir con la señorita, así que como tal no seria una perdida ¿Verdad? — Si señorita tiene razón, al terminar el horario laboral iremos. Al parecer, de acuerdo conmigo, me hace un gesto con la mano, decido irme al comedor a reunirme con Rebecca, al llegar al comedor, veo a Rebecca cuando me acerco, ella me nota, y me hace señas.  — ¿Pensé que no vendrías, como te fue con la señorita snow? — me pregunta — — Señorita snow, tengo entendido que su apellido es Montgomery — Ah si, pero esa mujer es un tempano de hielo, además la mayoría de sus compañeros se van al poco tiempo porque no pueden trabajar con ella. — Hasta lo momentos, no he tenido ningún problema al trabajar con ella, a lo mejor es porque apenas estoy comenzando. — Puede ser, ya veremos en fin, les dije a los muchachos que te nos unirías. — Lo siento, pero no voy a poder ir — dudo un poco en decirle o no la verdad, opto por decirle la verdad a medias —. Tengo que hacer unos compras, será otro día —. No me gustar mentir, bueno aunque realmente no le estoy mintiendo si voy a salir de compras — — Oh, entiendo ya me había hechos ilusiones pero si tienes que ocuparte de algunas cosas, lo entiendo no te preocupes. Así sin darnos cuentas, pasa el tiempo hasta que terminamos de comer, nos despedimos y volvemos a nuestros puestos de trabajo. Cuando llego Lydia esta en su puesto trabajando, en cuanto me nota, solo sube la mirada en reconocimiento, para posteriormente proseguir con su trabajo, así pasan un par de horas, cuando se acerca la hora de salida, acomodo mis cosas, cierro el computador. Me siento en el sillón que esta lateral a mi escritorio, a esperar que la señorita termine con su trabajo, para salir. Al rato, se levanta, se dirige hacia donde estoy. — Veo que estas listo, vamos que aun tengo que llegar a mi casa a terminar unas cosas. Asiento, la sigo a través del pasillo, nos despedimos de su secretaria, o mejor dicho nuestra, aun estoy en periodo de prueba por lo mismo, no me atrevo a pedirle ningún favor a Ángela. Llegamos al ascensor, presiono el botón que nos llevara a la planta baja, salimos al exterior, sigo a la señorita hacia un Audi A8 n***o mate, estacionado al frente de la empresa. Espero hasta que enciende el automóvil, me hace señas, entro, nos dirigimos hacia el centro comercial, en un silencio cómodo, enciende la radio, en una estación que reproduce los mejores éxitos de Radiohead, actualmente suena el icónico Creep. Así van cambiando de pista cada cierto tiempo, acompañado de la voz de locutor.  No hablamos en todo el transcurso del camino, llegamos al centro comercial, nos bajamos, caminamos, ella dirigiendo el camino, llegamos a una tienda, donde obviamente venden trajes, por lo visto de muy alta calidad, muy caros cabe destacar. — Espera un momento, voy a buscar un conocido, que también ayuda a mi papa cuando necesita comprar un traje.  En el momento que se va, procedo a observar un poco mejor la tienda, Por lo visto aquí vienen personas con mucho dinero, solo con ver se que la mayoría de las cosas que están exhibidas son costosas. Cuando me voy a sentar en una mueble a esperar, veo cuando se acerca Lydia, hermosa con ese vestido pegado color lavanda. — Este es François, el nos ayudara a escoger que es lo que vamos a comprar. El tal François, se acerca aparentemente midiendo, o quizás pensando que es lo que me quedaría mejor.  —Tampoco es que soy tan desubicado, se que ellos tiene un ojo especial para estas cosas — al rato, el nos hace un gesto para que lo sigamos — — Esperen un momento aquí, en lo que elijo algunos trajes para que te los pruebes, a partir de ahí decidas que es lo que te vas a llevar. Nos sentamos, a esperar como nos dijo François que hiciéramos, no tarda mucho cuando llega con bastantes trajes, a lo mejor cuando Lydia le comento que era lo que buscábamos porque llego con varios. — Ahí hay una cortina, en ese lugar te podrás cambiar, los dejo para que decidan, Lydia querida sabes donde encontrarme cuando se decidan. — Cuando nos decidamos, iré a buscarte — François se retira, en ese momento Lydia voltea a verme —. Anda, yo estaré aquí esperando, sal cuando te decidas por uno para ver como te queda, así haremos con cada uno. Asiento, entro donde me indico, para retirarme lo que traigo puesto, la cortina tiene una abertura, como especie de un mecanismo que permite que por medio de un interruptor los trajes afuera entren por medio de una banda deslizante, veo el primero, para después, proceder a cambiarme. Salgo cuando esta todo en su lugar, camino por la especie de pasarela que va hacia los sillones donde se encuentra Lydia, cuando llego al final, ella se me queda viendo con una mirada que nunca había visto en ella, esa mirada causa algo que no se poner en palabras, así hacemos en este par de horas. Asiente cuando esta de acuerdo como me queda cada uno, hace un gesto en desacuerdo, cuando piensa que no seria la mejor opción. Al momento de salir por primera vez, cada vez que salgo de nuevo noto su mirada oscureciéndose, parecía como la mirada de un león, observando a su próxima presa.  Cuando voy por el ultimo, pasa algo. Opta en ese momento por pararse del sillón donde se encontraba, con una mirada que podría describirse como oscura, pasa su mano por las hombreras del traje, aparentemente viendo si todo esta en su lugar, su mirada es algo posesiva me atrevería a decir, pero para ser sincero esa mirada me atrae mas a ella. Ella de repente sale de su ensimismamiento, se aleja para proceder a sentarse. Algo contrariado, me devuelvo al vestidor me retiro la ropa que tenia puesta hasta yo soy consciente de que estoy tardando mas de lo que debería, cuando estoy en bóxer y solo la camisa de vestir. — Miguel, estas tardando mucho, ya es momento de irnos — me dice —  Sin esperar respuesta de mi parte, entra abruptamente para ver que me toma tanto tiempo, me quedo quieto sorprendido por su entrada rápida, en ese momento me acababa de quitar la camisa, ladeo un poco el rostro, para decirle que ya voy a salir, que espere un momento. Pero justo en ese momento la veo a los ojos, veo como su mirada se oscurece cuando nota algo en mi espalda, me tenso al instante porque se que es lo que esta viendo. Cuando salgo de mi mismo, voy a terminar de subirme la camisa, para abotonarla y salir, no se en que momento pero ella se acerca. Toca esa protuberancia algo rojiza a pesar de que sucedió hace muchos años, la acaricia, me tenso mas si es posible.  Me volteo rápido, veo duda en su mirada, pero ella no dice nada, cuando siente que estoy tocando la mano, que ella tenia en ese lugar en mi espalda, levanta la mirada, pasamos un rato en lo que parece ser un concurso de mirada, tomo la valentía de acercarme a poco a poco a sus labios, en ese instante ella se da cuenta, su mirada cambia, como si esa vulnerabilidad que mostró al verme, es como si una muralla se hubiera levantado entre nosotros. Se separa rápido, sale. En cuanto vuelvo en mi, salgo ya vestido la busco pero no la encuentro, hasta que llego a la entrada de la tienda se encuentra hablado con el que nos atendió, hay unas bolsas en el mostrador como no hay nadie mas aparte de nosotros, puedo intuir que son nuestras, las tomo. — Hasta que sales, ya es momento de irnos, tengo que terminar unos asuntos — me dice, volteo a ver al señor, continua: — El costo de esto, lo puedes anexar a mi cuenta. Asiento un poco consternado por la situación de antes, aunque el comportamiento de ella es como si no hubiera pasado nada. En silencio veo como se despide, caminamos hasta llegar a su carro estacionado, nos montamos y entre instrucciones le voy explicando como llegar a donde resido. Cuando estoy apunto de bajarme ya con todo listo.  — Creo que eso se llamaría huir — ve alrededor de donde vivo, pero no opina nada, solo me observa mientras me ve apurado, por bajarme — — No te hagas ideas que no son, no pienses cosas que no están ahí, solo bájate para seguir mi camino. Si antes estaba apurado ahora mas, me bajo rápido. Me quedo en la acera, asimilando todo, cuando salgo de mi estupor, procedo a entrar a la residencia.
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