Me encuentro alistándome, decidiendo que es lo que voy usar Bueno tampoco es como que haya mucho de donde escoger, solo tengo un traje. Suspiro, tomo el que tengo muy en el fondo de mi closet, que he usado por cierto una sola vez, consta de un traje n***o, una corbata azul oscuro, y un pantalón de vestir.
— Espero que, con esto, no me vea tan desentonado como estaba ayer, y si note las miradas despectivas de las personas, cuando pasaban a mi lado — pienso mientras me acerco mas —. Supongo que debí, pensarlo mejor y cambiar un poco mi vestimenta antes de ir a esa entrevista, bueno lo importante es que obtuve el trabajo.
Dejo de divagar, tomo el maletín, que prepare con antelación ayer, antes de irme a la cama, aunque no haya descansado nada, pensando en todo. Sacudo mi cabeza para separarme de esos pensamientos, doy un último vistazo alrededor, como todo está en su lugar, decido salir.
Como sé que el trayecto es largo, tomo mis auriculares los conecto, pongo una canción, con el pasar del tiempo me voy perdiendo en el mar de mis pensamientos, ya montado en el transporte público rumbo a mi próximo trabajo, espero que sea permanente, pienso con mucha emoción. No lo voy negar, si es difícil aceptar como los padres que debieron estar para mí, protegerme, no permitir que me hicieran daño, decidieron abandonarme en esa iglesia, es algo triste de recordar, a veces me gusta pensar, que lo hicieron por mi bien, que posiblemente no tendrían como alimentarme, o estaban en peligro. Aunque eso no quiere decir, que mi vida haya sido más fácil, mejor dicho, fue todo lo contrario, pasar de casa de acogida tan constantemente, cabe destacar que cambie constantemente hasta que cumplí la mayoría de edad, supongo que las personas veían lo roto que estaba, lo que me hicieron en cada una de ellas, también me marco, quizás de por vida. Quizás por eso mismo, no soy alguien muy abierto, con las personas. No tuve, a alguien presenté el tiempo suficiente para que decidiera que yo valía la pena.
Me despejo de mis pensamientos, al darme cuenta que termino la lista de reproducción.
— Ed Sheeran, siempre me hace despejarme de todo, y al mismo tiempo recordar épocas duras — fijo mi mirada, en la ventana lateral del transporte, es hora de que baje. Me bajo, en el camino desconecto mis auriculares, los guardo, en ese proceso choco con alguien —.Tan despistado como siempre — pienso interiormente, veo que es una chica, me inclino para ayudarla a recoger, lo que noto que son unos papeles —. Menos mal no se dañaron ni arrugaron — levanto la mirada, noto que es una chica atractiva, de unos atrayentes ojos azules, a pesar de lo hermosos que resultan no siento lo mismo, que con ciertos ojos color miel. Le ofrezco mi mano, para ayudarla a levantarse, se limpia un poco la falda, en eso fija su mirada en mí.
— Lo siento fue mi culpa, no me fije por donde iba — me dice, algo apenada —
— No te preocupes, le pudo haber pasado a cualquiera, por cierto, mucho gusto me llamo Miguel — le ofrezco mi mano nuevamente, pero esta vez para presentarme —
— Un placer Miguel, me llamo Rebecca, pero me puedes decir Becca, con solo verte sé que eres una buena persona, además me ayudaste aquí no todos tendrían este tipo de gesto.
— No lo pienses tanto, ¿ Tu también trabajas aquí? — le pregunto interesado en su respuesta —
— Sí, llevo meses trabajando aquí eres nuevo ¿no?, nunca te he visto por aquí
— Precisamente, hoy es mi primer día, aunque no sé si decir que estoy exactamente contratado porque estoy bajo un periodo de prueba — le comento mi situación, me genera confianza a pesar de ser la primera vez que nos vemos —
— No te preocupes, sé que te anexaran en la empresa
— Muchas gracias por tus buenos deseos — le digo sonriendo un poco —. No siempre te encuentras con alguien tan abierto.
— A que piso ibas, quizás no estemos muy lejos — me pregunta —
— Un momento — le digo mientras reviso en mi móvil, a tempranas horas me llego un correo que deje anexado en mi resumen curricular, donde me informaron el piso al que me debo dirigir —. Ese sería el piso número cinco
— Bueno no estamos muy lejos realmente, yo trabajo en el piso cuatro — continua —: Ahí es donde se encuentra el área de recursos humanos, si necesitas algo no dudes en decirme
— Muchas gracias, ya va siendo hora lo mejor es ir subiendo
Ella asiente, vamos juntos pasamos por la puerta principal saludo a Adrien, el vigilante que me recibió ayer, por lo visto a lo mejor trabaja aquí a tiempo completo. Pasamos por la recepción, directo hacia el ascensor, presionamos los interruptores que nos llevaran a nuestros respectivos pisos. Cuando está a punto de cerrarse las puertas, una mano aparece en el medio de las puertas, lo que causa que se vuelvan a abrir.
— Oh, a lo mejor las puertas tienen sensor de movimiento — cuando me encuentro analizando esto, entra la persona que faltaba por subir, me sorprendo de gran manera, cuando veo quien está entrando —
— Buen día, al menos estas al consiente de tu horario, pensé que tendría que reprenderte por llegar tarde. Me dice groseramente, la chica de los ojos más hermosos que he visto.
— Buen día señorita, pierda cuidado, si tengo un horario me gusta cumplirlo — le respondo el saludo, aun algo fuera de lugar, por su manera de dirigirse a mí —
— Sera que es así nada más conmigo, o su actitud es así en general con todos
Salgo de mi estupor, y mi duda al mismo tiempo cuando veo como se dirige a Rebecca, o mejor dicho como la ve, porque no le dirige la palabra. La mira despectivamente, con una mirada desprovista de emoción alguna.
— ¿Conoces a la señorita Lydia? — me pregunta, algo sorprendida por el giro de acontecimientos —
— Sí, ella estaba ahí cuando me hicieron mi entrevista ayer
— Un momento, tu eres el desafortunado nuevo compañero de la señorita
Frunzo el ceño cuando escucho su extraña elección de palabras, pero opto por no opinar. Al momento de que salieron dichas palabras, capturo el momento en que, por el rabillo de mi ojo, como la señorita Lydia se aleja un poco de nosotros, es obvio que ella escucho. Por lo mismo, se sonroja cuando se da cuenta de sus acciones. En el transcurso de la llegada a su piso, no habla más, supongo que apenada, por lo que dijo.
— Chao Miguel, nos vemos al rato que pase buen día señorita — se apresura a salir —
El corto tiempo que tardamos en llegar a nuestro piso, ella lidera el camino. Doy un vistazo alrededor del piso, veo que al igual que el piso de su padre cuenta con una sola oficina, con su respectiva secretaria puedo suponer.
— Ella es Ángela, es mi asistente personal, ella misma se encargará de darte tu credencial — me informa a medida que nos acercamos —. La necesitaras para subir sin ningún problema, y para cuando pasen los quince días de prueba
— Muchas gracias Ángela
Aunque estoy un poco aturdido por lo que dijo, supongo que tiene confianza en que pasare sin ningún problema.
— No te equivoques, no es que tenga confianza en ti, es que confió en el criterio de mi papa.
Así mis esperanzas decaen, parte de mi emoción era en parte, porque creí que tenía confianza en mí. Asiento algo decepcionado por este giro.
— Sígueme, trabajaremos juntos codo a codo, como ya se te explico anteriormente, la sección de la derecha es la tuya, mientras que la contraria es la mía — continua —: Si tienes alguna duda, no dudes es ir hacia allí, a preguntarme cualquier cosa — Procedo a dejar mis cosas en mi escritorio designado —. Vengo en un momento a explicarte que es lo que te toca hacer.
Cuando me dirigía a mi escritorio, tomo un pequeño vistazo de Lydia —. Me encanta como suena su nombre — Lleva un traje, que se pega a todas sus curvas, lo que me deja algo bobo todavía no supero, lo hermosa que es. Salgo de mi estupor, termino de llegar a mi escritorio coloco mis cosas, prendo el ordenador, me siento a esperar que llegue Lydia, para comenzar a trabajar posteriormente.
— Veo que ya estas instalado, lo principal es que cada día te llegaran en la mañana, y en la tarde, una cantidad indeterminada de artículos competentes a las obras con las que nos encontramos manejando en este momento — continua —: Dichos artículos son los que se van a necesitar a lo largo de toda la obra, por lo mismo llevamos una contabilización de todos los materiales, así como los costos, la cantidad, en el computador — me sigue explicando todo lo que hare, aunque esto no es nada nuevo para mi, ya que tengo una vaga idea de lo aprendido en clases, continua —: Hay una aplicación que a medida que llenes la información se guardara automáticamente en la cuenta vinculada a mi papa, ahí el determinara que todo esté en su lugar, para posteriormente ponerse en contacto con las personas competentes, supongo que a partir de ahí sabrás que hacer
Asiento comprendiendo lo que quiere decir, en el momento donde ella se da cuenta que comprendí la información, se va a su escritorio. Procedo a comenzar, abro el programa con el que ya tengo experiencia ya que he trabajado con él por mucho tiempo, me posiciono en el correo, leo la información, para posteriormente, comenzar a introducirla. Y así pasa el tiempo, cuando veo la hora que refleja el computador, es la hora del almuerzo. Me levanto, me dirijo hacia la parte donde se encuentra Lydia.
— Disculpe, me dirigía a hablar con Ángela, para que diera las instrucciones de donde se encuentra el comedor, usted viene también — le pregunto —
Ella deja de teclear el computador, aparentemente como yo comenzó a trabajar sin notar la hora que es, está usando lentes para leer.
— Se ve tan bien con lentes — se los retira, se masajea la zona donde estaban, y sube la mirada para responderme —
Ella se inclina, lo que permite ver un poco de su escote, al parecer nota el movimiento de mis ojos, lo que hace que su mirada se muestre algo afilada. — Sí, está bien te puedes dirigir al comer, yo iba a llamar a alguien para que me trajera de comer —
— ¿Va a comer sola? — le pregunto preocupado —. No tengo problema en quedarme, a acompañarla claro esta — le menciono nervioso —
— Haz lo que quieras
Sonrío dentro de mí, aunque allá sido algo pequeño, para mi es una batalla ganada, asiento. Me pregunta que es lo que voy a querer, le respondo, no mucho tiempo después traer nuestros pedidos, a pesar de que dije esto de querer acompañarla, ella no opina lo mismo, así que se queda en su asiento para posteriormente comer, sin ningún gesto hacia mí. Suspiro, termino de comer, para terminar mis asignaciones.
El día pasa sin mucho más, es algo menos de lo que esperaba que seria, pero bueno no me extraña, supongo que será más difícil de lo que creí crear un vínculo, o hasta una conversación con la señorita. Cuando me encuentro bajando, casualmente Lydia también se desocupo al mismo tiempo, nos encontramos bajando al mismo tiempo. Nos encontramos a Rebecca cuando vamos saliendo ya de la empresa, noto que Lydia frunce el ceño, cuando se nos acerca a saludarnos, pero no dice nada como siempre.
— Vas de ida, si quieres nos vamos juntos.
— Claro no tengo ningún problema — cuando me volteo para despedirme de Lydia ella ya no está —
— Vamos
Ella sonríe, y seguimos, a medida que vamos caminando, vamos conversando entre nosotros, da la casualidad, de que ella vive relativamente cerca de mí. Así como nos montamos, a medida que hablamos el tiempo pasa volando, por lo mismo llegamos rápido. Llega el momento de despedirnos.
Me bajo, subo a mi habitación, despojándome de mi ropa, la coloco a lavar, mientras eso pasa, me doy un baño para refrescarme un poco, me hago algo de comer mientras espero que el ciclo de lavado termine, mientras saco la ropa, la doblo para mañana, pasan por mi mente, las cosas que sucedieron hoy. Estando todo listo, me recuesto a descansar.
— Espero mañana poder hablar un poco más con Lydia, creo que, si hablo con ella, a lo mejor pueda descubrir porque es así, y quien sabe a lo mejor ocurra algo más — pienso en lo que me quedo dormido —