Caminamos a la puerta, pero me detuve a decirle adiós a mi tía y a mi hermano. Aun despistada, baje con cuidado los cuantos escalones que había en la entrada de mi casa, apoyada en el brazo de Bryan. Me detuve cuando vi un auto n***o, muy elegante, ahí estacionado, y era el único coche que había cercas. — ¿Es tuyo? — Sí— dijo con vos seca. — ¡Es hermoso!, Un Mercedes. Tienes buen gusto — Me lo regalaron mis papás, el año pasado que cumplí años — ¿Y por qué no lo usas? — Porque es muy llamativo— él abrió la puerta para mí, y la cerro después de subir. — Bryan, ¿por qué nunca nos contestes de ti? — Pues es una muy buena pregunta, bueno, creo que el dinero, pone a la gente en un estatus social, y a mí eso me tiene sin cuidado, creo que en una amistad no importa quién tiene dine

