No te pienso dejar

1316 Palabras
El ambiente se tornó incómodo, dejándonos a mí y a Leonel como los protagonistas de esta escena dramática que nos estaba carcomiendo por dentro por tanto silencio, nos habíamos quedado viéndonos uno al otro, pero ya había llegado el momento de poder responderle. —Hola — hablé sin saber que más decir, no sé si era por el largo tiempo que había pasado o porqué eran muchas personas en esta habitación, solamente se que esto era algo que no me esperaba. —Bueno lo mejor será dejarlos solos para que puedan conversar — anunció Daniel tratando de quebrar el silencio que se formó en el ambiente, lanzando una mirada hacia Andrés quien se quedó observando atentamente. —Será lo mejor tienen mucho de que hablar — prosiguió argumentando camila, cómo quien le daba señales Andrés, pero este ni se percataba en lo absoluto. —Por favor doctor vámonos — habló Daniel captando la atención de Andrés, quien solo asintió con la cabeza para empezar a salir de la habitación junto a mis amigos. Una vez que quedamos solo los dos, él se acercó lentamente, hasta quedar a un lado mío, mostrando una mirada dulce que era tan bonita como siempre, a pesar de tiempo esa mirada había estado rondando mi mente y no la habia olvidado y ahora que podía verlo nuevamente me sentía muy bien. —Te he extrañado mucho — dijo cautivándome con su voz y su mirada, estas palabras hacían que sentimientos muertos vuelvan a renacer dentro de mí — no tienes idea de cuanto me haces falta — volvió a expresarse logrando trasmitir una maravillosa vibra. Tragué en seco tratando de ordenar mis palabras de manera mental para así no tener que cometer un error. —¿Qué haces aquí? — pregunté evadiendo sus palabras que me estaban conmocionando, él me miró negando con la cabeza para luego dar un suspiro pesado que emitía tristeza y pesadez. —¿Fue por tu enfermedad que me alejaste de ti? — preguntó repentinamente poniéndome los nervios de punta, seguramente Daniel y Camila le habían contado que estaba mal y pues la verdad era algo difícil de negarlo, porque tenía una apariencia de zombie. —No tengo por qué responderte — dije con la única finalidad de acabar con esta conversación y que él se vaya muy lejos de mí lo antes posible. —¿Por qué no confiaste en mí? — preguntó nuevamente ignorando mis palabras, tratando de ablandar mi frio corazón — si yo te amo de la manera más inexplicable — insiste con la mirada fija en mí, logrando que me tense ante sus palabras. —Ya las cosas están en el pasado y lo mejor será olvidar todo de una vez por todas — respondí mostrando una seriedad en mi rostro que a decir verdad solamente era pura pantalla, porque muy dentro de mí yo estaba por colapsar con está actuación, quería abrazarlo y decirle que lo sentí, tenía muchas ganas de darle explicaciones, sin embargo, eso no era correcto. —Kim tú sabes que no podemos olvidar — manifestó seguro en voz baja, mirándome directamente a los ojos, sentí una gran tristeza en él, tanto que quería abrazarlo para que deje de estar así — yo he tratado de olvidarte de mil maneras, pero créeme no lo he podido lograr. —Llegará el momento, en que puedas hacerlo, ya lo verás — dije pausadamente mirándolo con una expresión triste que no pude contener más, sabía muy bien que si él seguía aquí, yo podía doblegarme y hasta pedirle que no me dejara jamás. —Eso nunca pasará, yo ya no me quiero alejar de ti — aseguró Leonel con firmeza, parecía que me hablaba enserio y no dudaba de que fuera así, pero yo no permitiría que él se quede a mi lado, porque sé que lo lastimaría, no era justo que él viva atado a mí. En verdad lo quería y por esa razón es que lo quería lejos de mí, yo esperaba que fuera feliz al lado de una persona sana que lo ame tanto como yo lo amo. —Tendrás que hacerlo, porque yo no quiero que estés cerca de mí — declaré con frialdad mostrándome seria, pero él ni se inmutaba de verme con ternura, cómo si no le importara en lo mas mínimo todo lo que había dicho. —No pienso dejarte, yo quiero estar a tu lado aunque sea solo como amigos, yo deseo estar a tu lado — expuso decidido causando estragos en mi pobre corazón que no aguantaría más desamores. —Tengo cáncer que no te das cuenta — elevé la voz con molestia de que me siga insistiendo, esperaba que con esto él se vaya lejos de mi lado y así se olvide de su absurda idea. —Ya lo sé — respondió serio dejándome totalmente callada, sinceramente no pensé que mis amigos le habían detallado mi enfermedad, no pensé que él fuera a decirme esto que me dejó atónita — y créeme que yo quiero estar aquí luchando a tu lado contra ese mal — expresó con amabilidad logrando causar dudas en mi mente y corazón. —Leonel...— quise seguir protestando en negativa pero él me interrumpió antes de que pueda decir algo más. —Digas lo que digas yo me quedaré a tu lado y esta vez no me iré, porque sé que tú me amas tanto como yo a ti — dijo con tanta sinceridad que podía sentirlo muy dentro de mí, me quede helada exclusivamente mirándolo y mi pobrecito corazón quería salir de mi pecho para irse lejos de tanto amor. —¿No cambiarás de opinión? — pregunté tratando de que mi voz no suene a derrota, tenía que estar segura antes de levantar bandera blanca. —Ni por todo el dinero del mundo cambiaría de opinión — respondió acercándose más, tomando mis manos entre las suyas, sentí una calidez que relajó mi cuerpo y derritió aquel iceberg que tenía de corazón — no pienso dejarte sola. Con escuchar estas palabras me di por derrotada ahora solamente me faltaba levantar mi bandera blanca y darme por vencida. —Te extrañé mucho — dije con voz dulce y él me sonríe emocionado con mis palabras. —No sabes cuanto me alegra escuchar eso de ti — dijo con esa voz que me encantaba para luego entrelazar nuestras miradas en una conexión muy bonita que hace mucho no sentía. —Quiero que me abraces — dije sin pensarlo dos veces anhelando tenerlo entre mis brazos y poder sentir su calor, él me miró con una sonrisa cálida que demostraba amor. —Está bien — dijo acercándose a mí para darme un abrazo, el cual lo sentí como algo maravilloso, sentía su olor entrar por mis fosas nasales, era como una droga para mí y que no decir de su calor corporal que descongelaba por completo mi frío corazón. —Gracias — susurré aún abrazada a él, sin ganas de querer alejarme, estaba feliz y no quería que esto termine tan rápido,. No quería soltarlo y sentí como él tampoco quería dejarme ir, era un abrazo que necesitábamos los dos, que nos hacía mucha falta y era muy necesario, ya que habíamos pasado bastante tiempo distanciados. —Por favor ya no te alejes de mí — susurró a mi oído estremeciendo mi cuerpo en un solo instante, no podía prometerle nada, porque sabía que era algo imposible lo que él me pedía, no me gustaría prometerle algo así, cuando se que mi futuro es incierto. —Lo intentaré — respondí consiente de mis palabras queriendo seguir luchando por mi vida, ahora tenía un nuevo motivo para seguir adelante y no me daría vencida tan fácil. —Está bien con eso es suficiente para mí — dijo Leonel con una voz agradable para poco a poco romper nuestro abrazo.
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