CAPITULO 5

1242 Palabras
—Maldita sea Bastián —El nerviosismo de Franco hizo que Bastián soltara una carcajada nada educada, pero poco le importaba. Franco estaba realmente sorprendido, Bastián había hecho un aterrizaje limpio, después de dejar caer la mercancía en las aguas del Piccolo Pozzallo, las lanchas estaban listas para recogerla y la entrega había sido un éxito, nadie podría dudar ahora de su capacidad para manejar los inconvenientes que podían surgir, el viaje del sur de España hasta Sicilia no había sido detectado por radares. Apenas habían tocado la pista de aterrizaje cuando fueron informados de que la policía española había confiscado la embarcación Alessia, era tal como tenía que haber sucedido el cargamento hubiese estado perdido si Bastián no hubiese cambiado los planes en el último minuto, debía reconocer abiertamente que la mente de Bastián trabaja de manera muy diferente a la de su padre, no sabía si eso era bueno o malo, pero era cuestión de tiempo para saberlo. —Está claro, que el traidor está dentro de nuestras filas, posiblemente alguien con intereses en evitar que llegues a heredar el liderato –—Franco se sentó junto a Bastián mientras este bebía un sorbo de agua, había llegado a casa apenas unos minutos antes —Lo sé, Javier me parece muy sospecho, sin embargo no lo considero capaz de una traición por el momento, de lo contrario no me hubiese informado de sus sospechas, es probable que el conflicto lo tenga en casa, sin embargo me gustaría que investigaras a todos los hombres que fueron contratados recientemente, no quiero sorpresas, mi padre espera mucho de nosotros como equipo —Bastián observo al hombre junto a él, no podía evitar el deseo de apretarse contra su cuerpo en busca de protección pese a que todo había salido bien y mucho mejor de lo que el mismo esperaba, para sí mismo admitía que el nerviosismo y el miedo a fallar se habían adueñado de su cuerpo por un momento pero saber que tenía a su lado al hombre que amaba y que sus vidas dependía de él, habían hecho que todo saliera bien, estaba tranquilo por eso. —Puedes estar seguro que lo haré, no dejare que nadie se interponga en tu camino —Franco dijo solemne y Bastián dejo de ser el hijo y heredero para sentarse ahora sobre la pierna fuerte de su amate. —Te amo —Bastián bajo su bello rostro sobre el rostro sorprendido de Franco, apoderándose de sus labios en un beso fuerte, posesivo, Bastián  descargo en ese beso la adrenalina de horas anteriores, pero no podía perder el juicio de todo, sabía que la oficina de su padre no era el mejor lugar ya Javier había estado a un paso de descubrirlos, por lo que aferrándose a su fuerza de voluntad dejó los labios de su amante y se levantó de la cómoda pierna. —¿Puedo visitarte esta noche? —Franco sonrió ante la pregunta, se le había lanzado apenas unos minutos antes y ahora ¿pedía permiso? —Claro, tu padre no vuelve hasta dentro de unos días, creo que podemos pasar desapercibidos, ¿puedo venir a tu habitación? —Bastián sonrió, sería la primera vez que Franco entraría a su habitación, había estado tantas veces en casa pero nunca, jamás en su habitación, la idea lo lleno de excitación anticipada, mientras aceptaba. Franco, dejo un beso corto en los labios de su amante y salió de la biblioteca, necesitaba darse un baño el día había sido largo y en unas horas más volvería a la casa principal con el objetivo en mente. ⧓⧓⧓ —Maldita sea, no puedo creer que todo se haya ido a la mierda, como sabían que la embarcación iba ser confiscada, ¿Cómo sospecharon? – El hombres estaba furioso, sus planes se habían ido al carajo, con la jugada del joven Mancini —Perdone mi incompetencia señor, no puedo saber con seguridad que fue lo sucedió, todos los planes al parecer fueron cambiados en el último minuto – El hombre se encogió ante el grito furioso de su jefe —Pon atención en lo que voy a decirte y espero que esta vez no falles, te aseguro que no te perdonare —se giró para no ver a su subordinado, todo sus planes habían ido al traste debía encontrar la manera de exterminara al Clan Mancini, iba encontrar sus puntos débiles y los aprovecharía con seguridad, estaba cansado de vivir de acorde a como dictaba el Clan Mancini sus vidas, estaba cansado de conformarse con las sobras de los mercados, se apoderaría de todo y eliminara a Marcelo y su astuto hijo. ⧓⧓⧓ —La primera fase de la misión está cumplida, te envié los archivos, hoy hare un nuevo movimiento para conseguir toda la información que necesitas, espera noticias mías hasta entonces no se te ocurra aparecer de improviso sabes muy bien que odio las sorpresas —El hombre no espero la respuesta del otro lado de la línea se limitó a colgar  sin despedirse, ahora que estaba casi todo a tiro no iba a perder la oportunidad por pequeñeces. ⧓⧓⧓ Bastián estaba ansioso, estaba en la sala de la casa esperando por su amante pero este al parecer tenía cosas más importantes que hacer que cumplir con su promesa de llegar, sin querer pensarlo mucho, subió a su habitación, estaba seguro que pronto tendría una explicación por faltar a su palabra, no estaba enojado posiblemente su padre le  había pedido hacer algo, aunque debió igualmente darle por lo menos un mensaje estaba al alcance de la mano si no lo había hecho es porque definitivamente no había querido. Franco se adentró a la habitación, estaba en penumbras pero podía distinguir la figura acurrucada de Bastián en la cama, la luna era su mejor aliada en este momento, se lamentaba llegar tarde, pero Marcelo había llamado y no había podido enviarle un mensaje, estaría enojado con seguridad, ¿pero que más podía hacer?, lentamente se desvistió y acomodo su bien formado cuerpo junto al pequeño de Bastián, lo sintió removerse, sabía que debía estar alerta, sin embargo Bastián acomodó su cuerpo cerca del suyo y continuo dormido, debería enojarse su falta de atención en un futuro podría costarle caro -¿Sabes que tu desatención podría costarte la vida, en algún momento? —Franco susurro a su oído mientras dejaba una caricia con su lengua, sobre ella. —Si no estuviera tan seguro que eres tú, ten por seguro que tendrías un tiro en medio de la frente —Bastián sonrió, aun así no se giró, coloco su nueve milímetros debajo cerca de su almohada otro recordatorio de su madre, “recuerda Bastián, debes memorizar los diferentes olores, puede salvarte la vida, el aroma de una persona puede hacer la diferencia, si un día eres secuestrado y cegado, aun así podrás saber de quién se trata” —¿Sabías que era yo? —Franco preguntó. Mientras dejaba caricias sobre el hombro desnudo del joven —Siempre sabré cuando eres tú —Bastián se dejó hacer por unos minutos, sentir la calidez de las manos de su amante lo relajaban pero no había olvidado que prácticamente había sido olvidado. —Duerme, mañana tenemos muchas cosas que resolver —Bastián no se giró ni para darle el beso de buenas noches, lo que Franco lamento, debía darle una explicación mañana para tener de vuelta a su juguetón amante.
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