―No, iba a decir el redescubrimiento de los cuarenta. Cuando estás a punto de rebasar la frontera de los cuarenta tu mente se abre más, estás más receptiva, sabes lo que quieres y cómo conseguirlo. Juegas con todo tu cuerpo, no solo con las partes obvias, sabes que una mirada sensual, una palabra en el momento oportuno, un gemido de más, una caricia en la zona apropiada... puede hacer que todo cambie y la balanza se incline hacia un lado u otro. Conoces tanto el funcionamiento del sexo y de los hombres que nada te pilla de nuevas y tu capacidad de reacción y de amoldarte a las situaciones es increíble. Sharon contempló a Eva con la boca abierta. ―Eres consciente de que acabas de subirme mucho la moral, ¿no? ¿Pero en qué te basas para decir esas cosas? Que yo sepa hace siglos que no tiene

