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1041 Palabras
02 de diciembre Milo esperaba al fotógrafo que llevaría adelante la producción. Le habían hablado tanto de Charly, que sentía curiosidad por conocerlo. Llevaba demasiados años modelando y llegando casi a los 30, se sentía listo para cambiar el rumbo de su vida. No podía negar que había disfrutado mucho de esos años, pero haber vivido las fiestas, los eventos y los viajes desde tan temprana edad, habían hecho que nada logre sorprenderlo. Sus relaciones solían durar lo justo para no involucrarse, le gustaba ser claro desde el principio, para evitar cualquier tipo de culpa posterior. Cuando terminaron de maquillarlo se acercó al set preparado con múltiples luces navideñas y cientos de estrellas plateadas colgando del techo. Era una publicidad navideña para una famosa marca de una tienda de departamentos. -En 5 arrancamos.- gritó su representante y Milo, con su curiosidad creciente, recorrió el lugar con la mirada, sin poder identificar al famoso Charly. Entonces una joven de baja estatura, vestida con unos jeans negros rotos y una musculosa desgastada se acercó recogiendose el cabello ondulado oscuro en un rodete, con una cámara de fotos colgada de su cuello. -Hola, soy Charly. ¿Estás listo para comenzar?- le dijo ofreciéndole su mano para estrecharla. Milo no pudo ocultar su gesto de sorpresa. Frente a la falta de respuesta por parte de él, Charly puso los ojos en blanco y emitió un corto suspiro, tomando su cámara para comenzar con su trabajo. No era la primera vez que fotografiaba modelos, muchos solían mostrarse arrogantes, distantes y hasta demasiado seguros de sí mismos. Imaginó que trabajar con Milo Roberts iba a ser distinto, creyó que al ser un poco más grande, sería más maduro y sin embargo ahí estaba, con cara de sorpresa sin pronunciar palabra. -Me gustaría hacer unas tomas desde acá y luego algunas más espontáneas. ¿Pensas que podremos?- le dijo ella con un dejo de sarcasmo que no pasó desapercibido para Milo, quien pasado el momento de sorpresa por fin respondió. -Claro que podremos.- y ofreciéndole su mano, como antes había hecho ella agregó. -Hola, soy Milo, disculpame, no esperaba…- pero ella lo interrumpió. -Me llamo Carlota, pero todos me dicen Charly, pasado el momento en que no podes creer que sea mujer, ¿comenzamos?- le dijo sin mirarlo, luego de estrechar su mano brevemente. Milo no podía sentirse más frustrado. ¿Quién se creía para hablarle así? La observó con algo más de detenimiento, tenía los ojos pequeños, pero de un color verde oscuro enmarcados por largas pestañas, su piel era clara con escasas pecas en sus mejillas, no parecía tener más de 25 años y cuando frunció los labios en un gesto de concentración, Milo decidió concentrarse en su trabajo, podía ser atractiva pero tenía un carácter horrible y él nunca había tenido la necesidad de cambiarle el humor a las mujeres, eran ellas las que lo hacía por él. Charly comenzó a fotografiarlo sin hablarle, pero al cabo de los primeros minutos se detuvo y comenzó a negar con la cabeza. Milo alzó ambas cejas esperando alguna indicación, entonces ella se dio vuelta y buscó su teléfono. Lo conectó a un parlante y luego de buscar en sus listas de reproducción por fin levantó la vista. -¿Te molesta trabajar con música?- le preguntó a Milo antes de presionar play. Él negó con la cabeza y la voz de Aretha Franklin comenzó a sonar. -No me mires.- le dijo acercando el objetivo de la cámara a su rostro y volviéndolo a sorprender. -Confía en mí, por ahora no me mires. - volvió a decirle Charly, esta vez, bajando la cámara y clavando sus ojos verdes en él con profundidad. Milo asintió con la cabeza y dejó de mirarla. -¿Te gusta esta música?- le preguntó y cuando él se volvió a mirarla le dijo: -No me mires.- Milo sonrió y negó con su cabeza incrédulo. -No me disgusta, pero soy más del rock. - le respondió sin mirarla. -No se porque no me extraña.- dijo Charly sin dejar de fotografiarlo. -¿Por qué?- le preguntó él. - Aunque tengas esa carita de nene, tenes pinta de rebelde. - le dijo volviéndolo a hacer sonreir. -Te juro que no se sí eso es una ofensa o un halago. - dijo sin poder contener la risa. -Es una apreciación. -respondió ella imitándolo. Entonces volvió a tomar su celular y esta vez la voz de Brian Johnson, inundó el lugar. Milo la miró y volvió a sonreír, entonces ella lo capturó en el momento justo. Tomó algunas fotografías más y por fin le dijo: -Creo que ya tengo suficiente. - El volvió a sorprenderse, le pareció que el tiempo había pasado demasiado rápido y cuando vió que Charly comenzaba a guardar su cámara se acercó, quitándose el ridículo gorro de navidad que le habían hecho lucir. -¿Eso fue todo?- le preguntó con algo de fastidio. -Sí. -respondió ella sin mirarlo. -¿Estas segura?- volvió a preguntarle incrédulo. -Si. -volvió a responder ella con seguridad y al ver Milo seguía allí, sacó su cámara de nuevo y la encendió. -¿Querés ver?- le preguntó invitándolo a acercarse a la pequeña pantalla. Milo lo hizo y en ese momento un aroma dulzón se coló en sus fosas nasales, miraba sobre su hombro, sin llegar a tocarla y comenzó a ver las fotografías, que sin duda eran muy buenas. -Falta la postproducción, pero tu trabajo está hecho. - le dijo ella girando y notando su rostro demasiado cerca. Esta vez la sorprendida fue ella, no había dudas de que era un hombre atractivo, pero ver sus ojos tan cercanos y una escueta sonrisa asomando en sus labios, le resultó demasiado abrumador. Para recuperar la compostura volvió a girarse y mientras guardaba su cámara le sugirió: -Si queres dame tu numero y te las paso. -en cuanto vio el gesto de superación en sus ojos se dio cuenta de lo que había dicho. -No pensé que necesitarás una excusa para pedirme mi número. - le dijo él con una gran sonrisa. Charly no le respondió, terminó de guardar sus cosas y se retiró a gran velocidad, dejándolo nuevamente sorprendido y con una necesidad creciente de seguirla.
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