
Mis padres son hombres lobo y yo una simple chica que no tiene una loba.
Mis padres murieron cuando tenía dieciocho años y fuí adoptada por el hermano de mi madre. Mi tío Williams me llevo a vivir con su familia y la manada a la que pertenece.
Cuando conocí al Alfa de la manada todo se volvió un caos.
Él tiene ya a su mate pero ella tiene un gran odio a mí, porque cree que le robaré a su pareja.
— ¡Porfavor detente! —rogue ya sin aliento, la chica es más fuerte pues ella tiene una loba.
— ¡Es mi pareja! ¿entiendes? —rugio la chica mientras me sostenía del brazo.
— Lo sé, yo no entiendo ¿porque te enojas? jamás he querido quitarte lo.
— Ja, ¡él se preocupa mucho por ti! y no tendría porque, yo soy su mate no tú.
Ella metió sus uñas en mi suave piel. Mis brazos empezaron a sangrar cuando el sonido de la puerta abriéndose se escuchó.
— ¿¡Pero qué demonios haces!? sueltala —la voz del chico resonó por todo el gimnasio y todos bajaron la cabeza en modo de sumisión, pues él estaba usando su aura de alfa para que su luna me soltara.
— ¡Soy tú luna! ¿y te atreves a usar tu aura conmigo?
— Si no lo hago —él chico dio un largo suspiro— tu no la dejarás ir.
— ¿Y te importa?
— Si, ahora ella es un m*****o de la manada y mi deber como alfa es proteger a los míos y más a los débiles. Tú sabes que ella no tiene una loba.
La chica soltó su agarre y me miró con asco antes de salir echa una furia del lugar.
— Lo siento, ella puede ser muy posesiva aveces, pero es una chica muy buena solo que los celos no la dejan pensar.
